La baja definitiva de
Alejandro Balde contra el
Inter es un contratiempo para
Hansi Flick. El plan colectivo blaugrana asumió que la profundidad de la banda izquierda pertenecía en gran parte al lateral, ya que el despliegue de
Balde lo permitía, aunque a menudo se quedaba solo en el carril porque
Raphinha tenía libertad por dentro. Hay partidos que se ha podido disimular más su ausencia, pero el
Inter es uno de los rivales que aprovechó mejor la herida blaugrana con
Denzel Dumfries. Aún con
Balde, el Barça ya sufrió en ese sector contra el
Benfica o el
Bayern. Acumulaban pases en el lado opuesto para atraer la presión y la basculación del
Barça con el objetivo final del cambio de orientación cuando el panorama se había limpiado. Ya sin él, el
Celta de
Claudio Giráldez abrió a la banda a
Pablo Durán el día de la remontada blaugrana por 4-3 con la convicción que haría daño a la espalda de
Gerard Martín. Y fue un dolor de cabeza permanente.
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