La Trastienda | La "obsesión" del Comando Sur, el arma que comprará Milei y otra base en disputa
La visita del almirante Alvin Holsey dejó mucho más que una serie de fotos en Casa Rosada y una breve estadía en Tierra del Fuego. Los cinco ejes sobre los cuales la Casa Blanca desea profundizar la "cooperación" con Buenos Aires. El impacto regional de la expansión china

La visita del jefe del Comando Sur, el almirante Alvin Holsey, dejó mucho más que una serie de fotos en Casa Rosada con el presidente Javier Milei y el ministro de Defensa, Luis Petri, y una breve estadía en Tierra del Fuego, escala ya obligada a esta altura para las visitas de los "embajadores" del Pentágono. También se plantearon cinco ejes sobre los cuales la Casa Blanca desea profundizar la llamada "cooperación" de Estados Unidos con Buenos Aires: una parte de ellos, de carácter geopolítico y que hacen al posicionamiento de la Argentina en un mundo en competencia con China; otros, de innegable impacto interior, que no pasarán desapercibidos para los opositores.
Desplegado desde la península de Florida, el Comando Sur de Estados Unidos (USSOUTHCOM) es uno de los diez comandos de combate unificado que forman parte del universo del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. En su web oficial detalla su responsabilidad a la hora de proporcionar planificación de contingencias, operaciones y cooperación en materia de seguridad en su área de responsabilidad asignada: Centroamérica, el Caribe (excepto los territorios propios) y Sudamérica.
La Argentina entró en su radio de interés por múltiples razones que Hosley dejó en claro en febrero de este año cuando rindió examen ante el Senado tras suceder a la general Laura Richardson. Se trata de un territorio rico en recursos estratégicos -desde el litio a los minerales de las llamadas tierras raras- y un punto neurálgico en el tablero global para acceder a la Antártida y controlar el paso interoceánico más austral. Además, una puerta de acceso que hace tiempo explora China para consolidar su influencia en el sur del continente. Por eso es necesario para Washington disputar esa influencia.
"Es un tema recurrente, la pregunta respecto a la Base Naval Integral en Ushuaia. Surge cada vez que vienen de arrastre de años anteriores por ese proyecto de (el gobernador Gustavo) Melella de meter a los chinos en el tema", deslizó una fuente del ámbito castrense a El Cronista. A menudo no es solo curiosidad: también hay una oferta detrás. Pero por ahora la decisión del Gobierno es mantenerla "100% argentina". "Salvo que vengan con una oferta de swap estadounidense y la pongan toda sobre la mesa, es difícil que cambie eso", bromeó el mismo referente.
No es el único cruce interoceánico que preocupa por estas horas al Pentágono y su conducción política en la Casa Blanca. De hecho, en su sitio oficial, el Comando Sur indica que es responsable de garantizar la defensa del Canal de Panamá, además de proteger los recursos militares estadounidenses en las ubicaciones desplegadas entre sus coordenadas de acción. Que Trump haya puesto tanto énfasis en "recuperar" el Canal de Panamá en el inicio de su gestión no es casual. Como tampoco que blufee con la idea de anexar Groenlandia: el tercer cruce interoceánico que explora China a partir del cambio climático y el deshielo pasa por el Ártico.
Junto canal de Beagle, son las tres vías para unir el Atlántico y el Pacífico en una era de rediseño de la influencia internacional entre una potencia en declive, como Estados Unidos, y otra en ascenso, como China. "Mientras que ese paso, el del Beagle, se mantenga abierto, no les preocupa. Para monitorearlo y ejercer su influencia no nos necesitan específicamente: ellos (por EE.UU.) pueden hacerlo desde Chile", reconoció un interlocutor del Gobierno nacional al admitir el recurrente interés del Washington que no estuvo ausente en esta visita oficial.
En su comparecencia ante el Comité de Servicios Armados, en febrero, el jefe del Comando Sur ponderó "los esfuerzos de los dedicados hombres y mujeres del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos (USACE) (que) están facilitando la colaboración, construyendo infraestructura clave y aumentando la capacidad de nuestros socios en todo el hemisferio". Acorde a Holsey, se registran actividades "constantes" del USACE en 17 países socios.
Uno de ellos es la Argentina, donde la presidencia de Javier Milei selló un acuerdo en torno a la Vía Navegable Troncal (Hidrovía). En el Gobierno afirman que, por ahora, solo se tradujo en capacitaciones. Pero la idea de que el USACE ponga un pie también en la Base Naval Integral en el extremo sur no es nueva.
Según informó el propio Holsey, el Cuerpo e Ingenieros del Ejército de EE.UU. también orbita en los proyectos de construcción de dos enclaves marítimos estratégicos en el continente, siempre en línea con su plan de bloquear la influencia china. Se trata del Fuerte Tolemaida (Colombia) y el Puerto del Callao (Perú) además de desplegarse en el Canal de Panamá "para garantizar el funcionamiento abierto y exitoso del canal durante los próximos 50 años".
La inversión china en el megapuerto de Chancay, al norte de Lima, así como el plan de conectarlo mediante un ferrocarril con el Atlántico brasileño en Bahía -a través de Ferrovía de Integración Este-Oeste (Fiol)- enciende las alarmas en Washington. También la adquisición por parte de China Merchants Port Holdings del 67,5 %de la Terminal de Contenedores de Paranaguá, una de las más importantes del gigante sudamericano.
"China afirma haber sido 'siempre miembro del Sur Global' y está utilizando la BRI (La Franja y la Ruta de la Seda) para preparar el escenario y expandir su acceso a metales de tierras raras y el control de puertos, instalaciones espaciales e infraestructura de telecomunicaciones para un posible propósito dual civil-militar", alerto el almirante a las y los senadores el pasado febrero. Puntualizó que el 50% de las reservas mundiales de litio se encuentran en Argentina, Bolivia y Chile y que las entidades estatales chinas tienen el monopolio de la minería y refinación de tierras raras en la región.
"Entre 2000 y 2018, China invirtió u$s 73 mil millones de dólares en los mercados de América Latina y el Caribe, dejando las cadenas de suministro de tecnología avanzada y artículos cotidianos bajo su control, y acumulando influencia que hace que Estados Unidos y nuestros socios sean vulnerables a la agenda maligna de Pekín", consignó.
De hecho, la última semana, el representante diplomático chino en Santiago se enfureció por el presunto congelamiento de un proyecto de cooperación astronómica previsto para el cerro Ventarrones, en el desierto de Atacama del norte de Chile. El embajador Niu Qingbao acusó a EE.UU. de injerencia y de difundir "desinformación" sobre ese proyecto de "naturaleza científica" y muy similar a la base construida en Neuquén que cada tanto vuelve al foco de atención.
El Proyecto de Monitoreo de Objetos Transitorios (Transient Objects Monitoring Project), firmado en 2023 entre el Observatorio Astronómico Nacional de China (NAOC) y la Universidad Católica del Norte de Chile, tiene por objeto construir un telescopio de alta precisión para estudiar objetos cercanos a la Tierra. Pero hace dos semanas, previo al paso de Holsey por la región, la Cancillería puso en pausa la iniciativa después de una serie de cuestionamientos de Washington por un posible doble uso, tanto para fines científicos como militares. El gobierno de Boric alegó que incluso un acuerdo de observación astronómica debe involucrar el aval del Estado
Visita del Comando Sur: de qué hablaron con el Gobierno de Milei
Holsey asumió la conducción del Comando Sur en noviembre pasado. Antes que él, la general Laura Richardson, del Ejército, ya había hecho el mismo viaje en 2024 por Buenos Aires y Ushuaia. Un año antes, incluso, se fotografió con la entonces vicepresidenta Cristina Kirchner cuando descendió hasta el extremo sur de su mapa en tiempos de Alberto Fernández. Al acto de asunción en Washington a fines del año pasado asistió Petri y cuando supo que seguiría los pasos de su antecesora, se ocupó que la estadía porteña no solo incluyera un paso por el Edificio Libertador.
"Todo el año pasado se trabajó en la agenda de Richardson, que en rigor es una que se arrastra desde antes, lo que cambió es la velocidad", describen desde el Ejecutivo a este medio. La decisión de acelerar se tradujo en 2024 en el acuerdo para dotar a la Fuerza Aérea de los F-16 -al menos uno de ellos, por ahora, que ya se encuentra en la base de Tandil- y antes de fin de año significará un nuevo paso en la modernización de las fuerzas terrestres.
La negociación estaba en estudio ya desde la gestión de Alberto Fernández, que analizaba en paralelo una oferta china por los JF-17. Sin embargo, la gestión Milei no dudó en dar curso a la opción estadounidense, para quienes ese logro fue una victoria geopolítica, "esencial para evitar que China se integrara aún más en el aparato militar de un socio clave", tal como admitió en su comparecencia Holsey. En noviembre de 2024, Brasil también compró 12 helicópteros UH-60M Black Hawk, pero ahora Beijing le ofrece un modelo más avanzado que los aviones supersónicos que rechazó la Argentina. Strengthening the U.S.-Argentina defense partnership:Last December, U.S. & Argentine leaders signed an agreement for the U.S. to provide first-level equipment & capabilities to support the long-term sustainment & operational readiness of Argentina's F-16 program.#SOUTHCOM... pic.twitter.com/YTrMBodj1n— U.S. Southern Command (@Southcom) April 30, 2025
En la cartera de Defensa argentina, la decisión de profundizar la modernización militar de la mano del Pentágono está tomada y pronto habrá novedades con los Strykers, los todoterrenos que es el próximo proyecto en carpeta en la gestión Petri. Están a la espera de afinar los números y confían que habrá novedades en poco tiempo. Mantienen con recelo el número de unidades que involucrará el nuevo acuerdo militar entre Estados Unidos y la Argentina. Pero esperan que la primera dotación de vehículos blindados para el Ejército esté en el país antes de fin de año.
Una parte clave del esquema de inserción del país en la cadena militar estadounidense -que inició con la compra de los aviones supersónicos y seguirá con los todoterreno- es convertir a la Argentina en un centro de certificación y reparación de estas maquinarias Made in USA, con el aval del Pentágono. De momento, admiten desde la Rosada, no es una iniciativa de corto plazo porque involucra capacitación de la mano de obra local. Los entusiasma, no obstante, la idea de la transferencia tecnológica que es el núcleo de lo que alguna vez constituyó el Fondo Nacional de Defensa (Fondef), en este caso aplicado a un alineamiento geopolítico específico con el Norte.
También en esa dirección marchan otros dos ejes de la cooperación militar con Estados Unidos que se conversaron con Holsey en su excursión a la Argentina. Por un lado, profundizar el acuerdo con la Guardia Nacional de Georgia -a mediados de año viajará una comitiva local para estudiar entrenamiento en combate convencional- y por el otro ampliar la participación argentina en ejercicios combinados con Estados Unidos como el UNITAS.
En Defensa estudian la posibilidad de realizar maniobras con fuerzas especiales en climas adversos, tanto en el sur como en el norte, para plantear escenarios de despliegue ante desastres naturales y bajo los efectos adversos del cambio climático. Un dato que no deja de ser llamativo viniendo de dos administraciones políticas que se declararan contrarias a esos planteos en los foros mundiales.
Donde sí hay manifiestas coincidencias, tanto en público como en privado, es en el rol que el gobierno de Trump y el de Milei le quieren asignar a las fuerzas armadas en el campo de la seguridad fronteriza. Petri lo expuso y no por casualidad, en vísperas de la llegada de Hosley a la Argentina, cuando justificó la posibilidad que los militares intervengan ante casos de flagrancia si se topan con civiles cometiendo un delito.
Sentado en la mesa con Hosley, Petri y Juan Battaleme, el secretario de Asuntos Internacionales para la Defensa, estaba también el responsable de Estrategia y Asuntos Militares, Marcelo Rozas Garay, quien hoy sigue de cerca la futura asignación de militares en el norte del país para actuar junto a Gendarmería nacional. Hosley ofreció intercambiar experiencias con los militares repartidos en el límite con México con idéntica finalidad. Quedaron en mantener el contacto.