Se argumentaba
antes de la final de Copa del Rey que difícilmente el Barcelona enlazaría tres Clásicos seguidos ganando. Estadísticamente complicado, se decía
desde la trinchera madridista. Pues ahora
tendrán que ser cuatro, no tres. Cinco si se añade el de la gira por EEUU del pasado verano, también
ganado por el Barcelona. Pero lo cierto es que es complicado, pero hay un precedente que demuestra que no es imposible: no fueron cuatro victorias seguidas, pero sí
cuatro más un empate que tuvo el valor de un triunfo.
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