El bronce mundial de Josué Canales en Nankín comenzó a cocinarse dos semanas antes, justo después de la final del Europeo de Apeldoorn. Aquella carrera era la que, en realidad, estaba marcada en rojo en el calendario del atleta. El momento elegido para brillar. Sin embargo, la gestionó mal. Durante tres vueltas peleó con el neerlandés Ryan Clarke por ganar la posición, y cuando llegó a la última recta se encontró vacío, sin fuerzas. Acabó quinto. «Cuando volvió el martes a Sant Cugat estaba destrozado, totalmente desilusionado», explica a este periódico su entrenador, Carles Castillejo. «Decía que tenía que esperar dos años para tener otra oportunidad así». Nada más lejos de la realidad. «Yo le dije: 'Dentro de quince días...
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