La OCDE advierte de la vulnerabilidad de la deuda: en 2027 habrá que pagar 6.400 millones más
El Gobierno tendrá que refinanciar en torno a 250.000 millones del pasivo a tipos de interés más elevados.

España es uno de los países con mayor deuda pública de la OCDE (el cuarto) y de la Unión Europea (el quinto). El tamaño del pasivo es similar a todo lo que la economía nacional es capaz de producir en un año. La situación ha mejorado notablemente desde lo peor de la pandemia y el Gobierno no está teniendo problemas para colocar la deuda que necesita. No obstante, el abultado pasivo coloca las finanzas públicas españolas en una situación de vulnerabilidad. Un factor que se ve agravado por la subida de los tipos de interés, que hacen que el precio que hay que pagar para financiarse sea mayor. Tanto es así que la OCDE estima que en 2027 España tendrá que abonar unos 6.400 millones (cuatro décimas de PIB) más que los que paga ahora en concepto de intereses de su deuda.
Así se refleja en el informe anual que elabora la OCDE sobre el estado de la deuda pública en los países que forman este club de Estados, fundamentalmente de renta media-alta. El organismo sitúa a España junto a Francia, Estados Unidos y el Reino Unido en el grupo de países que más deuda tendrán que refinanciar a medio plazo. En concreto, estima que en el periodo 2025-2027 estos países deberán sustituir deuda que vence por deuda nueva por valor de más del 15% de su PIB.
En el caso de España, la cifra supera el 20%, por lo que estaríamos hablando de 320.000 millones de euros de pasivo que hay que reemplazar por otro a tipos de interés más elevados. En la actualidad, el Estado se deja cada año unos 40.000 millones de euros en pagar intereses (una cantidad equivalente al 2,5% del PIB). Si las estimaciones de la OCDE se cumplieran, el monto aumentaría hasta los 46.400 millones en 2027, en euros de 2024.
No obstante, las previsiones que maneja el Gobierno son bastante más optimistas. En el plan fiscal estructural a medio plazo remitido a Bruselas en 2024 estimaban que el gasto en intereses se situaría en el 2,6% del PIB, tan solo una décima más (1.600 millones) que en la actualidad.
Más allá de cuál sea el escenario que se materialice finalmente, lo cierto es que los costes de financiar la deuda van a ir en aumento en los próximos años. El motivo es que, poco a poco, la deuda barata que los gobiernos consiguieron colocar en los tiempos de los tipos de interés ultrarreducidos va venciendo poco a poco. Y hay que sustituirla por deuda nueva a tipos de interés más elevados.
Esto es especialmente relevante en un contexto en el que los Estados europeos empiezan a proyectar aumentos muy sustanciales del gasto público en defensa. Este desembolso, aunque pueda esquivar de alguna manera las reglas de déficit, irá a engrosar la deuda pública. Y habrá que financiarlo a tipos de interés relativamente elevados en comparación con los últimos años. A esta necesidad se suman las inversiones que requiere adaptarse al cambio climático o la transformación digital.
A nivel global, la OCDE advierte de que la montaña de deuda acumulada por los países tras la crisis financiera de 2008 y por la pandemia ha servido para financiar la recuperación económica, pero ha dejado "muchas necesidades de inversión a largo plazo sin atender". Esto deja a los países situación compleja, con mercados de deuda más caros y el apoyo de los bancos centrales en retirada.
Bruselas advierte también de la vulnerabilidad
El informe de la OCDE se conoce en la misma semana en que la Comisión Europea ha publicado su análisis de sostenibilidad de la deuda pública para los veintisiete Estados que conforman la UE. En el caso de España, no ven riesgos a corto plazo, pero advierten de que el peligro es elevado a medio plazo. España forma parte del grupo de 11 países (Bélgica, Gracia, Francia, Italia, Hungría, Austria, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Finlandia).
La Comisión Europea estima que si el país no corrige su déficit estructural, la deuda volverá a aumentar a partir de 2027 hasta alcanzar el 112% del PIB dentro de diez años. En un escenario en el que el gasto ligado al envejecimiento irá al alza. Los modelos de Bruselas dan una probabilidad del 48% a que la deuda llegue a 2029 con un nivel más elevado con el que cerró 2024.
En todo caso, estas previsiones no tienen en cuenta el compromiso adoptado por el Gobierno de alcanzar superávits primarios (sin contar el gasto en intereses) en los próximos años. El nivel de cumplimiento de los objetivos fijados será determinante a la hora de reducir o no la deuda pública.