La larga caída de Frank Cuesta: de defensor de animales a estar acusado de maltratarlos
Sospechas con pruebas - Pese a su intento por restar importancia a lo ocurrido, asegurando que se trataban de conversaciones privadas y que solo usó laxantes, sus explicaciones no consiguieron disipar la gravedad de lo que quedó registradoFrank Cuesta queda en libertad bajo fianza tras ser detenido por posesión ilegal de animales protegidos Fue grabado hablando con una traficante de animales. Reconoció que sustituyó animales muertos por otros para mantener el interés en su canal. Se le oye diciendo que envenenaría gatos y perros. Todo eso mientras aseguraba que vivía por y para la fauna salvaje. Así empezó a venirse abajo la imagen que durante años sostuvo Frank Cuesta, antiguo referente televisivo de la conservación animal. Las grabaciones filtradas dejaron al descubierto una doble cara que muchos intuían Antes de que todo eso saliera a la luz, ya había señales de que algo no encajaba. En apenas unos meses, había sido mordido por una cobra escupidora, embestido por un ciervo y afectado por una rana venenosa. Aunque en apariencia eran percances propios de alguien que trabaja con fauna salvaje, empezaron a llamar la atención por su frecuencia y por cómo siempre acababan en contenido para redes o en peticiones de apoyo económico. En paralelo, su nombre aparecía vinculado a tres denuncias de su exmujer Yuyee y a una detención por tenencia de animales protegidos. Pero fue otra cosa lo que acabó de dinamitarlo: una serie de audios filtrados por Chi Wildlife, su exsocio y antiguo amigo personal, que le han colocado en el centro de una grave polémica. En esos audios, Cuesta hablaba de forma agresiva sobre los animales bajo su cuidado, mencionando que había comprado ejemplares para luego revenderlos y lanzando amenazas explícitas: “Voy a poner veneno todos los putos días hasta que mueran todos los putos perros”. También decía que iba a preparar comida envenenada para gatos, a los que llamaba “hijos de puta”. Más allá del lenguaje, el contenido de las grabaciones ha hecho tambalear la credibilidad de alguien construyó su imagen pública sobre la defensa de la fauna. Chi Wildlife también aportó vídeos e imágenes del mal estado de algunos animales del santuario, como un cerdo visiblemente deteriorado o unas nutrias encerradas. Además, en una conversación privada publicada días después, Cuesta hacía alusión a que engañarían a sus seguidores asegurando que una parte del santuario ya había sido vendida, todo para justificar una nueva recaudación: “Lo que vamos a decir es que la sabana ya está vendida y necesitamos más dinero por culpa de Yuyee”. Las justificaciones públicas no lograron frenar la pérdida de apoyos ni cambiar la narrativa Desde su entorno, se han intentado justificar esas declaraciones como fruto de un momento de tensión. En un vídeo que después fue borrado, él mismo apareció llorando y tratando de dar algún tipo de explicación exculpatoria, asegurando que lo único que había hecho era usar laxante para mantener alejados a perros y gatos. Alegó que esos audios eran una conversación privada grabada sin su consentimiento. Algunos de los youtubers con los que colaboró también se han posicionado. TheGrefg, que participó con él en un directo desde Tailandia para recaudar fondos, explicó en uno de sus streams que, tras revisar todo, se quedó más tranquilo al comprobar que el dinero había ido donde se prometió. Plex, más vinculado aún a Cuesta, lo defendió en varias intervenciones. Contó que había visto personalmente cómo vivía en un contenedor, durmiendo en un colchón contra la pared, y cómo se mostraba preocupado por sus animales: “Le he visto rayado por los animales. Trajimos dos capibaras del refugio, se perdieron por el Santuario y ví a Frank preocupado por los animales”. Sin embargo, con el paso de los días, Plex matizó su postura. Tras saber que una suricata que le mordió podría no haber estado vacunada, tal y como se contó en El Mundo, cambió su mensaje: “Si actuó mal, no puedo ni debo defenderlo. Guardaré respeto, pero no distorsionaré los hechos”. Aseguró que prefería no hablar mal de alguien a quien consideró un amigo, aunque admitía que ya no podía justificar lo incorrecto. Otro de los puntos más delicados llegó cuando LOC tuvo acceso a otra grabación que no había sido publicada. En ella se escucha a Cuesta hablando en inglés por altavoz con una mujer identificada como At, descrita como “la mayor traficante de animales de la historia de Tailandia”. Durante años se dijo que estos contactos formaban parte de una estrategia para recuperar animales del mercado negro, pero la grabación volvió a sembrar dudas sobre cómo y con qué fines se gestionaban esas relaciones. Su legado televisivo y su imagen pública se han desplomado Toda esta cadena de episodios contrasta con la imagen que durante años cultivó en televis

Sospechas con pruebas - Pese a su intento por restar importancia a lo ocurrido, asegurando que se trataban de conversaciones privadas y que solo usó laxantes, sus explicaciones no consiguieron disipar la gravedad de lo que quedó registrado
Frank Cuesta queda en libertad bajo fianza tras ser detenido por posesión ilegal de animales protegidos
Fue grabado hablando con una traficante de animales. Reconoció que sustituyó animales muertos por otros para mantener el interés en su canal. Se le oye diciendo que envenenaría gatos y perros.
Todo eso mientras aseguraba que vivía por y para la fauna salvaje. Así empezó a venirse abajo la imagen que durante años sostuvo Frank Cuesta, antiguo referente televisivo de la conservación animal.
Las grabaciones filtradas dejaron al descubierto una doble cara que muchos intuían
Antes de que todo eso saliera a la luz, ya había señales de que algo no encajaba. En apenas unos meses, había sido mordido por una cobra escupidora, embestido por un ciervo y afectado por una rana venenosa.
Aunque en apariencia eran percances propios de alguien que trabaja con fauna salvaje, empezaron a llamar la atención por su frecuencia y por cómo siempre acababan en contenido para redes o en peticiones de apoyo económico.
En paralelo, su nombre aparecía vinculado a tres denuncias de su exmujer Yuyee y a una detención por tenencia de animales protegidos.
Pero fue otra cosa lo que acabó de dinamitarlo: una serie de audios filtrados por Chi Wildlife, su exsocio y antiguo amigo personal, que le han colocado en el centro de una grave polémica.
En esos audios, Cuesta hablaba de forma agresiva sobre los animales bajo su cuidado, mencionando que había comprado ejemplares para luego revenderlos y lanzando amenazas explícitas: “Voy a poner veneno todos los putos días hasta que mueran todos los putos perros”. También decía que iba a preparar comida envenenada para gatos, a los que llamaba “hijos de puta”.
Más allá del lenguaje, el contenido de las grabaciones ha hecho tambalear la credibilidad de alguien construyó su imagen pública sobre la defensa de la fauna.
Chi Wildlife también aportó vídeos e imágenes del mal estado de algunos animales del santuario, como un cerdo visiblemente deteriorado o unas nutrias encerradas. Además, en una conversación privada publicada días después, Cuesta hacía alusión a que engañarían a sus seguidores asegurando que una parte del santuario ya había sido vendida, todo para justificar una nueva recaudación: “Lo que vamos a decir es que la sabana ya está vendida y necesitamos más dinero por culpa de Yuyee”.
Las justificaciones públicas no lograron frenar la pérdida de apoyos ni cambiar la narrativa
Desde su entorno, se han intentado justificar esas declaraciones como fruto de un momento de tensión. En un vídeo que después fue borrado, él mismo apareció llorando y tratando de dar algún tipo de explicación exculpatoria, asegurando que lo único que había hecho era usar laxante para mantener alejados a perros y gatos. Alegó que esos audios eran una conversación privada grabada sin su consentimiento.
Algunos de los youtubers con los que colaboró también se han posicionado. TheGrefg, que participó con él en un directo desde Tailandia para recaudar fondos, explicó en uno de sus streams que, tras revisar todo, se quedó más tranquilo al comprobar que el dinero había ido donde se prometió.
Plex, más vinculado aún a Cuesta, lo defendió en varias intervenciones. Contó que había visto personalmente cómo vivía en un contenedor, durmiendo en un colchón contra la pared, y cómo se mostraba preocupado por sus animales: “Le he visto rayado por los animales. Trajimos dos capibaras del refugio, se perdieron por el Santuario y ví a Frank preocupado por los animales”.
Sin embargo, con el paso de los días, Plex matizó su postura. Tras saber que una suricata que le mordió podría no haber estado vacunada, tal y como se contó en El Mundo, cambió su mensaje: “Si actuó mal, no puedo ni debo defenderlo. Guardaré respeto, pero no distorsionaré los hechos”. Aseguró que prefería no hablar mal de alguien a quien consideró un amigo, aunque admitía que ya no podía justificar lo incorrecto.
Otro de los puntos más delicados llegó cuando LOC tuvo acceso a otra grabación que no había sido publicada. En ella se escucha a Cuesta hablando en inglés por altavoz con una mujer identificada como At, descrita como “la mayor traficante de animales de la historia de Tailandia”.
Durante años se dijo que estos contactos formaban parte de una estrategia para recuperar animales del mercado negro, pero la grabación volvió a sembrar dudas sobre cómo y con qué fines se gestionaban esas relaciones.
Su legado televisivo y su imagen pública se han desplomado
Toda esta cadena de episodios contrasta con la imagen que durante años cultivó en televisión. Después de aparecer en Callejeros Viajeros, Cuesta dio el salto a Cuatro con Frank de la Jungla, por el que recibió un premio Ondas.
Más tarde protagonizó La selva en casa' Natural Frank y, ya en Discovery Max, Wild Frank, que tuvo hasta 17 temporadas. En paralelo, fue endureciendo sus posiciones políticas y generando enfrentamientos con sectores progresistas, especialmente tras alinearse con Vox en 2022.
A día de hoy, todo eso ha quedado sepultado bajo una montaña de grabaciones comprometidas, acusaciones de todo tipo y antiguos aliados que ahora le quieren ver caer - tanto que han propiciado su caída -. Lo que empezó como una historia de conservación y aventura ha acabado envuelto en una sucesión de conflictos que han vaciado de contenido el mensaje que decía defender.