La bebida de guisante es una de las más saludables y nutritivas. También puede ser la leche vegetal más sostenible para el planeta
En el universo de las bebidas o leches vegetales alternativas a la leche de vaca, una en particular comienza a destacarse: la bebida de guisante. El guisante, cuyo nombre científico es Pisum sativum, es una planta herbácea perteneciente a la familia de las leguminosas. Nutricionalmente, el guisante es un alimento muy valioso. Destaca por su contenido en proteína vegetal, fibra, hidratos de carbono complejos, vitaminas del grupo B, C y K, y minerales como el hierro, potasio, fósforo y magnesio. Además, contiene antioxidantes y su aporte calórico es relativamente bajo. Y aunque suene peculiar, esta legumbre se puede transformar en una carne vegetal, como ha demostrado la startup Novameat, como en una bebida liquida. Esta innovadora propuesta se perfila como un fenómeno nutricional, capaz de rivalizar e incluso superar a otras opciones populares en el mercado, como pueden ser la leche de almendras o la leche de avena. Su perfil rico en proteínas y hierro la convierte en una opción interesante para personas que buscan aumentar su ingesta proteica o para deportistas. Asimismo, al no contener lactosa ni gluten, resulta apta para personas con intolerancias o alergias. Pero los beneficios de la bebida de guisante trascienden a la salud individual y alcanzan la del planeta. En un contexto de creciente conciencia ambiental, la producción de esta leche vegetal es una alternativa prometedora, con una huella hídrica y de tierra significativamente menor en comparación con otras opciones como la almendra o la soja. La investigación sugiere que la leche hecha de guisantes emite una fracción de los gases que calientan el planeta en comparación a la leche de vaca, por ejemplo. Para hacerla, básicamente se utiliza harina de guisantes amarillos que se mezcla con agua. A menudo, para mejorar la textura y el sabor, se le añaden otros ingredientes como aceites vegetales por ejemplo, de girasol o coco, sales minerales y, a veces, algún edulcorante o aroma natural como la vainilla. El proceso suele incluir la molienda fina de los guisantes, la mezcla con agua, un tratamiento térmico para asegurar su inocuidad y mejorar su estabilidad, y finalmente la homogeneización para conseguir una textura uniforme. También se suelen añadir nutrientes como calcio y vitaminas. La bebida resultante tiene un color marfil o crema. El cultivo del guisante suele requerir menos agua y tierra en comparación con otros cultivos como la almendra o la soja, siendo así opción más amigable con el medio ambiente. Una investigación titulada Dairy and Plant-Based Milks: Implications for Nutrition and Planetary Health (del inglés, Leches lácteas y de origen vegetal: implicaciones para la nutrición y la salud planetaria) del año 2023, sugiere que una taza de leche de vaca tradicional es responsable de un promedio de 330 gramos de dióxido de carbono. En contrapartida, y de forma diametralmente opuesta, una taza de leche de guisantes genera un promedio de 71 gramos de dióxido de carbono. En tanto al recurso del agua, la leche de origen vacuno consume alrededor de 18.9 litros de agua por litro de leche producida, según la Current Environmental Health Reports. Mientras que, de acuerdo al paper "Evaluación del ciclo de vida de la leche vegetal Ripple", un fabricante de leche de proteína de guisante con sede en California, el uso de agua se reduce en un 86% en comparación con la leche láctea tradicional. Revisando los detalles nutricionales, la leche de guisante se destaca por su contenido significativamente mayor de proteína en comparación con la leche de almendras y la de avena. De hecho, su aporte proteico suele ser comparable al de la leche de soja y, en algunos casos, incluso al de la leche de vaca. Una taza de leche de almendras, por ejemplo, tiene un promedio de un 1 gramo de proteína. Pero la leche de soja tiene un promedio de 6,1 gramos de proteína, y las leches a base de guisantes tienen un promedio de 7,5 gramos, según la bilibografia del 2023. En relación con los micronutrientes, es importante tener en cuenta que muchas leches vegetales comerciales están fortificadas con calcio, vitamina D y otras vitaminas y minerales para equipararse nutricionalmente a la leche de vaca. Sin embargo, de forma natural, la leche de guisante suele ser una buena fuente de hierro. La leche de almendras aporta vitamina E, mientras que la de avena puede contener más fibra soluble (betaglucanos). La leche de soja es rica en isoflavonas. En general, cada una tiene su propio perfil nutricional distintivo, y la elección ideal dependerá de las necesidades y preferencias dietéticas individuales. En la cocina, la textura cremosa de la leche de guisantes la hace adecuada para muchas de las mismas aplicaciones y situaciones que la leche de vaca. Se puede beber sola, con cereales, en batidos, para cocinar salsas, hacer postres e incluso para espumar si buscas una alternativa vegetal para tu

En el universo de las bebidas o leches vegetales alternativas a la leche de vaca, una en particular comienza a destacarse: la bebida de guisante.
El guisante, cuyo nombre científico es Pisum sativum, es una planta herbácea perteneciente a la familia de las leguminosas. Nutricionalmente, el guisante es un alimento muy valioso. Destaca por su contenido en proteína vegetal, fibra, hidratos de carbono complejos, vitaminas del grupo B, C y K, y minerales como el hierro, potasio, fósforo y magnesio. Además, contiene antioxidantes y su aporte calórico es relativamente bajo.
Y aunque suene peculiar, esta legumbre se puede transformar en una carne vegetal, como ha demostrado la startup Novameat, como en una bebida liquida. Esta innovadora propuesta se perfila como un fenómeno nutricional, capaz de rivalizar e incluso superar a otras opciones populares en el mercado, como pueden ser la leche de almendras o la leche de avena. Su perfil rico en proteínas y hierro la convierte en una opción interesante para personas que buscan aumentar su ingesta proteica o para deportistas. Asimismo, al no contener lactosa ni gluten, resulta apta para personas con intolerancias o alergias.
Pero los beneficios de la bebida de guisante trascienden a la salud individual y alcanzan la del planeta. En un contexto de creciente conciencia ambiental, la producción de esta leche vegetal es una alternativa prometedora, con una huella hídrica y de tierra significativamente menor en comparación con otras opciones como la almendra o la soja. La investigación sugiere que la leche hecha de guisantes emite una fracción de los gases que calientan el planeta en comparación a la leche de vaca, por ejemplo.

Para hacerla, básicamente se utiliza harina de guisantes amarillos que se mezcla con agua. A menudo, para mejorar la textura y el sabor, se le añaden otros ingredientes como aceites vegetales por ejemplo, de girasol o coco, sales minerales y, a veces, algún edulcorante o aroma natural como la vainilla. El proceso suele incluir la molienda fina de los guisantes, la mezcla con agua, un tratamiento térmico para asegurar su inocuidad y mejorar su estabilidad, y finalmente la homogeneización para conseguir una textura uniforme. También se suelen añadir nutrientes como calcio y vitaminas. La bebida resultante tiene un color marfil o crema.
El cultivo del guisante suele requerir menos agua y tierra en comparación con otros cultivos como la almendra o la soja, siendo así opción más amigable con el medio ambiente. Una investigación titulada Dairy and Plant-Based Milks: Implications for Nutrition and Planetary Health (del inglés, Leches lácteas y de origen vegetal: implicaciones para la nutrición y la salud planetaria) del año 2023, sugiere que una taza de leche de vaca tradicional es responsable de un promedio de 330 gramos de dióxido de carbono. En contrapartida, y de forma diametralmente opuesta, una taza de leche de guisantes genera un promedio de 71 gramos de dióxido de carbono.
En tanto al recurso del agua, la leche de origen vacuno consume alrededor de 18.9 litros de agua por litro de leche producida, según la Current Environmental Health Reports. Mientras que, de acuerdo al paper "Evaluación del ciclo de vida de la leche vegetal Ripple", un fabricante de leche de proteína de guisante con sede en California, el uso de agua se reduce en un 86% en comparación con la leche láctea tradicional.
Revisando los detalles nutricionales, la leche de guisante se destaca por su contenido significativamente mayor de proteína en comparación con la leche de almendras y la de avena. De hecho, su aporte proteico suele ser comparable al de la leche de soja y, en algunos casos, incluso al de la leche de vaca. Una taza de leche de almendras, por ejemplo, tiene un promedio de un 1 gramo de proteína. Pero la leche de soja tiene un promedio de 6,1 gramos de proteína, y las leches a base de guisantes tienen un promedio de 7,5 gramos, según la bilibografia del 2023.
En relación con los micronutrientes, es importante tener en cuenta que muchas leches vegetales comerciales están fortificadas con calcio, vitamina D y otras vitaminas y minerales para equipararse nutricionalmente a la leche de vaca. Sin embargo, de forma natural, la leche de guisante suele ser una buena fuente de hierro. La leche de almendras aporta vitamina E, mientras que la de avena puede contener más fibra soluble (betaglucanos). La leche de soja es rica en isoflavonas. En general, cada una tiene su propio perfil nutricional distintivo, y la elección ideal dependerá de las necesidades y preferencias dietéticas individuales.

En la cocina, la textura cremosa de la leche de guisantes la hace adecuada para muchas de las mismas aplicaciones y situaciones que la leche de vaca. Se puede beber sola, con cereales, en batidos, para cocinar salsas, hacer postres e incluso para espumar si buscas una alternativa vegetal para tu café. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el sabor puede ser ligeramente diferente al de la leche de vaca, de almendras o de avena, aunque muchas marcas trabajan para minimizar el sabor a legumbre.
Para algunas preparaciones específicas, como ciertas recetas de repostería muy delicadas, podría haber ligeras diferencias en el resultado final debido a las distintas propiedades de las proteínas y grasas. No obstante, en la mayoría de los usos cotidianos, la leche de guisantes es un sustituto apto.
En resumen, la creciente popularidad se debe precisamente a esta combinación de beneficios nutricionales, sostenibilidad y versatilidad. En España, es posible encontrar la bebida de guisante, aunque quizás no sea tan ubicua como la leche de almendras, avena o soja. Algunas de las marcas que se encuentran incluyen Sproud, Alnatura, Isola Bio, algunas enriquecidas con calcio y vitaminas e incluso versiones barista diseñadas para espumar bien en el café. Están disponibles en cafeterías, tiendas de productos ecológicos y plataformas de venta online.
Imagen | Foto 1: freepik, Foto 2: azerbaijan_stockers, Foto 3: Chevanon Photography
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La noticia
La bebida de guisante es una de las más saludables y nutritivas. También puede ser la leche vegetal más sostenible para el planeta
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Directo al Paladar
por
Inés Vazquez Noya
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