La agenda económica del nuevo Papa: sanear las cuentas y reformar el plan de pensiones del Vaticano
El nuevo pontífice tendrá que hacer frente al déficit de la Santa Sede estimado en 83,5 millones de euros, así como apuntalar el futuro del Plan de Pensiones del Vaticano, sobre cuyo "desequilibrio" advirtió Francisco.

¡Habemus Papam! En el segundo día del Cónclave los 133 cardenales reunidos en la Capila Sixtina han nombrado al estadounidense Robert Francis Prevost (Chicago, 1955), el ya Papa León XIV. El nuevo pontífice tiene por delante retos de diversa naturaleza de carácter pastoral y geopolítico, pero la economía también tendrá un lugar preferente en su agenda. El principal reto pasa por sanear las cuentas del Vaticano, que según el último boletín económico de la Secretaria para la Economía, padecía un déficit de 83,5 millones de euros aunque el dato es del ejercicio 2023 (el más reciente pulbicado). También deberá abordar el futuro del Plan de Pensiones del Vaticano sobre cuyo "desequilibrio" advirtió Francisco en una inédita carta dirigida al Colegio de Cardenales, los prefectos y los responsables de la Curia Roma el pasado mes de noviembre.
En la misma misiva el Papa argentino se reafirmaba sobre la necesidad de impulsar el 'déficit cero' para equilibrar el presupuesto del Vaticano y lo hacía tras dar muestras claras de sus intenciones durante todo su papado desde la creación de la Secretaría para la Economía en 2013 (una suerte de Ministerio de Economía) hasta 'ajustes' en los salarios de la Curia. Medidas que ahora deberá culminar su sucesor León XIV. En concreto, Francisco aplicó tres recortes consecutivos al salario de los cardenales en los años 2022, 2023 y 2024. No son los únicos ajustes que tuvo que realizar, ya que en abril de 2021 y todavía en plena pandemia, decretó un 'tijeretazo' del 10% en el salario de los miembros del Colegio Cardenalicio así como del 8% en el sueldo de los superiores de varios departamentos vaticanos (prácticamente casi todos son clérigos). Mientras que los sacerdotes, monjas y religiosos vieron sus remuneraciones reducidas en un 3%.
No son los únicos ajustes que tuvo que realizar, ya que en abril de 2021 ya decretó un primer 'tijeretazo' del 10% en el salario de los miembros del Colegio Cardenalicio así como del 8% en el sueldo de los superiores de varios departamentos vaticanos.
83,5 millones de déficit
¿Por qué no le 'cuadran' los números al Vaticano? Según el 'Informe sobre los estados financieros consolidades' de la Secretaría para la Economía, el déficit aumentó en 5 millones de euros respecto a 2022 hasta los mencionados 83,5 milones a pesar de "la positiva evolución de los ingresos operativos como consecuencia de una gestión más eficiente" (1.152 millones de euros generados frente a unos gastos de 1.235,6 millones). Lo que, siempre según la Secretaría para la Economía, fue "insuficiente" para compensar el "impacto de la inflación". En este sentido, en comparación con 2022, el Vaticano no se benefició de un ingreso extraordinario de 114,7 millones que compensó el déficit en aquel ejercicio. Al respecto, en la Santa Sede, esperaban que "un buen comportamiento de los mercados financieros puedan mitigar el déficit estructural".
En cualquier caso, excluyendo los dos hospitales de la Santa Sede, el Vaticano logró un resultado financiero positivo de 34,8 millones de euros (18,1 millones en 2022). Los ingresos ordinarios del Vaticano, según el citado documento, alcanzaron en 2023 los 483,7 millones de euros. Esto son 33,3 millones más que en el ejercicio precedente que fue de 450,4 millones. Por partidas destacan los beneficios 'autogenerados' por su patrimonio inmobiliario, su actividad comercial y de servicios. Una partida que sumó en 2023 un montante total de 205,3 millones de euros (por 183,3 millones de 2022), a los que se añaden las 'donaciones externas', que retrocedieron levemente hasta los 217,6 millones de euros, así como las contribuciones de diferentes entidades relacionadas (15 millones del propio Estado del Vaticano) y 45,8 millones de euros de 'ingresos financieros'.
El Vaticano logró un resultado financiero positivo de 34,8 millones de euros en 2023 (18,1 millones el año anterior). Los ingresos ordinarios alcanzaron los 483,7 millones.
La asignatura pendiente de las pensiones
Otro gran reto en el ámbito económico lo constituyen las pensiones, en concreto, el Plan de Pensiones del Vaticano. En su carta de noviembre, Francisco nombró como administrador único al camarlengo y cardenal irlandés Kevin Farrell para hacer frente a "un significativo déficit" en palabras del antecesor de León XIV. Además añadía que, tras varios estudios realizados por expertos independientes se podía hablar de "un serio y potencial desequilibrio" en su balance. Un agujero creciente que llevaba a Franciso a lanzar un serio aviso a navegantes: "El actual sistema no puede garantizar a medio plazo las pensiones para las futuras generaciones". En 2022, el máximo responsable económico de la Santa Sede, estimó en 631 millones de euros el pasivo que acumulaba el Plan.En 1993, cuando se fundó, apenas alcanzaba los 5 millones, según la prensa especializada.
La Ciudad del Vaticano, el estado soberano más pequeño del mundo con apenas 0,49 kilómetros cuadrados de extensión y una población de alrededor de 800 personas, emplea a unas 4.500 personas según estimaciones de medios internacionales como Associated Press (AP). De los que alrededor de 3.100 trabajan en la Curia Romana y el resto en las oficinas de la Santa Sede, en los Museos Vaticanos y otras estancias oficiales.
"En este período de transición delicada, también nosotros estamos esperando entender cómo evolucionará la situación, incluida las pensiones, para luego decidir cómo proceder con nuestras iniciativas", apuntan a '20 minutos' desde la asociación de trabajadores laicos del Vaticano (ADLV)
Los 'funcionarios' del Vaticano, a la expectativa
La 'Associazione Dipendenti Laici Vaticano (ADLV), la asociación que agrupa a más de 800 empleados laicos de la Santa Sede, publicaban esta semana un comunicado en el que constataban que se volvía a hablar del sistema de pensiones y reiteraba sus preguntas sobre quién había certificado oficialmente el "desequilibrio" del Fondo. En este sentido, apuntaban que "los empleados, al contribuir con sus aportaciones, desean ser informados sobre la evolución de sus ahorros y especialmente los aspectos más críticos". De cualquier modo, mostraban su confianza plena en "la sabia actuación del cardenal Camarlengo y nos sometemos a sus decisiones" (fue nombrado por Franciscos como administrador único). En respuesta a este medio, la citada asociación añadía que "en este período de transición delicada, también nosotros estamos esperando entender cómo evolucionará la situación, incluida las pensiones, para luego decidir cómo proceder con nuestras iniciativas".