Independiente goleó a Godoy Cruz y avisa: tiene argumentos como para pelear a fondo por el Apertura
En Avellaneda, se impuso por 4 a 0; todos los goles fueron anotados en el primer capítulo; ahora, el debut por la Copa Sudamericana
Una tarde de otoño, Independiente se convirtió en candidato serio. Atención a todos: el Rojo va a pelear por el título, un aviso con entrada a un baile que duró 35 minutos, casi un capítulo entero.
Ni siquiera iban 2 minutos, el cronómetro avanzaba en consecuencia. Felipe Loyola, defensor, volante y libre pensador, a unos 20 metros del arco, apunta con más optimismo que justeza. De pique al piso, el balón viborea, choca con un palo y adentro. “¡Chileno, chileno!”, exclama el Libertadores de América, al rojo vivo. Gana Independiente, casi sin darse cuenta, celebra el Rojo el grito del jugador del seleccionado chileno, que juega, siempre pero siempre, con el vaso medio lleno.
“Para ser campeón, hoy hay que ganar...”, replica la gante, antes, durante y después del inesperado 1-0, que rompe los libretos de Julio Vaccari, el DT que a los tumbos reconstruyó la fe del gigante y de Esteban Solari, que levantó la moral de Godoy Cruz, más allá de algunos rumores de rencillas internas. El Tomba avanza con cierto entusiasmo, Independiente se desata con la vieja enciclopedia de los contraataques, rápidos, punzantes, por las bandas. En uno, Franco Petroli le adivina la intención a Gabriel Avalos, un mano que hubiera sellado la historia a los 11 minutos.
Hacía algunos años que no pasaba, más inquieto por los dislates dirigenciales, los conflictos económicos y planteles de baja sintonía: ahora sí, hay aroma a esperanza. Alegría, la que cobijó en buena parte de su historia el Rey de Copas. Ya son 19 partidos sin derrotas como local: el dato es mucho más que un número. La gente está (más dispuesta a cantar que a silbar, a aplaudir que reprochar), más allá de que en este encuentro no tuvo el color de la hinchada, las banderas ni los bombos, porque Aprevide impuso una sanción por los incidentes en el clásico de Avellaneda.
A los 17, la música y el color la siguió poniendo el chileno, que marcó su quinto gol con la camiseta roja. Desde unos 30 metros, un bombazo cruzado estableció el 2-0. A Independiente le bastaba con Loyola, a quien Ricardo Gareca, que se retiró como futbolista con la camiseta de Independiente, no le puede sacar el jugo detrás de la cordillera.
El desarrollo continuó con un monólogo mendocino sin pimienta. Abrego, Yáñez, Pascual y Martínez Dupuy lo intentaban, verdaderamente, pero no le hacían ni cosquillas a Rodrigo Rey, que una hora antes había vivido un momento muy emotivo, que seguramente guardará para toda su vida.
Antes del precalentamiento, Benicio Rey estuvo pateando penales con Pepé Santoro ❤️
Hoy comienza la Semana Azul, siete días para hablar de autismo, una problemática que afecta a 1 cada 36 niños en todo el mundo.#TodoRojo