Hasta 9 años de prisión: el precio por capturar colibríes en México
En México, los colibríes no solo son símbolo de libertad y belleza: también están protegidos por la ley. Aunque parezca difícil de creer, estas pequeñas aves son víctimas de tráfico ilegal, especialmente en prácticas turbias como los “amarres de amor”. Si te metes con un colibrí, te va a salir muy caro. La Profepa está […]

En México, los colibríes no solo son símbolo de libertad y belleza: también están protegidos por la ley. Aunque parezca difícil de creer, estas pequeñas aves son víctimas de tráfico ilegal, especialmente en prácticas turbias como los “amarres de amor”. Si te metes con un colibrí, te va a salir muy caro. La Profepa está poniendo el dedo en la llaga contra el tráfico ilegal y el maltrato de estas aves diminutas, y no están jugando: hasta nueve años tras las rejas y multas que te harán pensarlo dos veces. Pero no solo es crueldad: es un golpe directo a la biodiversidad.
Colibríes en México: pequeños pero protegidos por ley
Estas aves no son cualquier cosa: están blindadas por la Norma Oficial Mexicana NOM-59 y la Convención CITES, que las clasifican como especies protegidas. Capturarlas, transportarlas o tenerlas en casa sin permiso es un delito federal. La Profepa no se anda con rodeos: si te encuentran traficando o usándolas en rituales, enfrentas de uno a nueve años de prisión y multas de 300 a 3,000 días de salario mínimo. ¿Un día de multa? Lo que ganas neto en 24 horas: súmale tus ingresos y multiplica. Es un castigo que pega donde duele, y con razón, los colibríes son clave para el ecosistema.
Rituales y tráfico: el enemigo de las alas rápidas
¿Por qué tanto drama por estos pequeños? Porque los colibríes están en peligro, y no solo por perder su hábitat. El tráfico ilegal los saca de la naturaleza para venderlos como amuletos o sacrificarlos en rituales de “amarres”, esas ceremonias que prometen amor eterno pero terminan matando biodiversidad. Cada ave atrapada es una menos polinizando flores, y eso perjudica a las plantas que dependen de ellas. En México, con 58 de las 350 especies mundiales, perderlas sería como tirar un dominó que tumba todo el equilibrio natural. La Profepa dice que estas prácticas son un riesgo serio, y no van a dejarlo pasar.
El castigo no es broma: cárcel y billetes
Si te encuentran con un colibrí enjaulado o usándolo para un “hechizo”, prepárate. La pena va de uno a nueve años de cárcel dependiendo de qué tan grave sea el caso, y las multas pueden llegar a miles de pesos, entre 300 y 3,000 días de salario mínimo, según tus ingresos. Imagínate: si ganas 200 pesos al día, eso es hasta 600,000 pesos. La idea es simple: hacer que duela tanto en el bolsillo como en la conciencia. Y si lo haces en un área protegida o con fines comerciales, te suman hasta tres años más y otra multa extra. La ley está puesta para que lo pienses mil veces antes de tocarlos.
¿Cómo viven y por qué importan tanto?
Son máquinas de la naturaleza. Viven de néctar, polinizan flores como locos y pueden durar de 6 a 12 años libres o hasta 17 en cautiverio. Pero su vida no es fácil, cualquier cambio en su hábitat los pone en una situación complicada. La deforestación, el tráfico y los rituales los están perjudicando, y sin ellos, muchas plantas no se reproducen. ¿Resultado? Ecosistemas en picada. La Profepa lo tiene claro: protegerlos no es solo salvar pajaritos bonitos, es mantener viva la cadena que nos sostiene a todos.
Tú puedes frenar esto y es fácil
La buena noticia es que puedes ayudar. La Profepa pide que denuncies si ves algo raro: un colibrí enjaulado, un ritual o venta sospechosa. Tienes el portal www.profepa.gob.mx, el teléfono 800-7763372 o el correo denuncias@profepa.gob.mx para reportarlo rápido. No hace falta ser héroe, un mensaje puede cambiar todo. Y si te gusta la idea, evita comprar “amuletos” con colibríes o apoyar estas tradiciones turbias. Cada pequeño paso cuenta para que estas aves sigan zumbando libres.
Los colibríes son más que un destello de color en el cielo: son vida, equilibrio y un pedazo clave de México. Con penas de hasta nueve años de cárcel y multas gordas, la Profepa está diciendo “basta” al maltrato y al tráfico. Pero no basta con leyes, tú decides si este cuento sigue con alas o se queda en jaulas. Denuncia, comparte, y cuida.