Gabriela Mistral. Antología.

Penguin Random House, 2019. 770 páginas. Antología de poemas de gabriela Mistral de la que copio esta definición a Arsenio: La suya es una poesía sencilla, muy humana, de ternura, intimista y a veces dolorida. La religiosidad es frecuente en sus versos, . Dedicó muchos a la infancia, a los niños, a la maternidad, a las mujeres. Sin embargo, el poema ‘Besos’ que aparece en el enlace, y que es uno de sus más famosos, no lo he encontrado. He ido leyendo el libro poco a poco, y aunque es agradable la limpieza del verso y la claridad de sus poemas, no es una de mis poetas preferidas. Dejo muestras. Está bien. Dame la mano y danzaremos; dame la mano y me amarás. Como una sola flor seremos, como una flor, y nada más… El mismo verso cantaremos, al mismo paso bailarás. Como una espiga ondularemos, como una espiga, y nada más. Te llamas Rosa y yo Esperanza; pero tu nombre olvidarás, porque seremos una danza en la colina, y nada más… AMANECER Hincho mi corazón para que entre como cascada ardiente el Universo. El nuevo día llega y su llegada me deja sin aliento. Canto como la gruta que... The post Gabriela Mistral. Antología. first appeared on Cuchitril Literario.

May 16, 2025 - 05:58
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Gabriela Mistral, Antología
Penguin Random House, 2019. 770 páginas.

Antología de poemas de gabriela Mistral de la que copio esta definición a Arsenio:
La suya es una poesía sencilla, muy humana, de ternura, intimista y a veces dolorida. La religiosidad es frecuente en sus versos, . Dedicó muchos a la infancia, a los niños, a la maternidad, a las mujeres.

Sin embargo, el poema ‘Besos’ que aparece en el enlace, y que es uno de sus más famosos, no lo he encontrado. He ido leyendo el libro poco a poco, y aunque es agradable la limpieza del verso y la claridad de sus poemas, no es una de mis poetas preferidas. Dejo muestras.

Está bien.

Dame la mano y danzaremos;
dame la mano y me amarás.
Como una sola flor seremos,
como una flor, y nada más…

El mismo verso cantaremos,
al mismo paso bailarás.
Como una espiga ondularemos,
como una espiga, y nada más.

Te llamas Rosa y yo Esperanza;
pero tu nombre olvidarás,
porque seremos una danza
en la colina, y nada más…


AMANECER

Hincho mi corazón para que entre
como cascada ardiente el Universo.
El nuevo día llega y su llegada
me deja sin aliento.
Canto como la gruta que es colmada
canto mi día nuevo.
Por la gracia perdida y recobrada
humilde soy sin dar y recibiendo
hasta que la Gorgona de la noche
va, derrotada, huyendo.
MAÑANA
Es ella devuelta, es ella devuelta. Cada mañana la misma y otra. Que lo esperado ayer y siempre ha de llegar esta mañana. Mañanas de manos vacías, que prometieron y defraudaron. Mirar abrirse otra mañana saltar como el ciervo del este despierta, feliz y nueva, vívida, alácrita y rica de obras. Alce el hermano la cabeza caída al pecho y recíbala. Sea digno de la que salta y como alción se lanza y sube, alción dorado que baja cantando: ¡Aleluya, aleluya, aleluya!
ATARDECER
Siento mi corazón en la dulzura
fundirse como ceras:
son un óleo tardo
y no un vino mis venas,
y siento que mi vida se va huyendo
callada y dulce como la gacela.

NOCHE
Las montañas se deshacen
el ganado se ha perdido;
el sol regresa a su fragua:
todo el mundo se va huido.
Se va borrando la huerta,
la granja se ha sumergido
y mi cordillera sume
su cumbre y su grito vivo.
Las criaturas resbalan
de soslayo hacia el olvido,
y también los dos rodamos
hacia la noche, mi niño.


ESTOY LLORANDO
Me has dicho que me amas, y estoy llorando. Me has dicho que pasarás conmigo entre tus brazos por los valles del mundo.
Me has apuñaleado con la dicha no esperada. Pudiste dármela gota a gota, como el agua al enfermo, ¡y me pusiste a beber en el torrente!

Caída en tierra, estaré llorando hasta que el alma comprenda. Han escuchado mis sentidos, mi rostro, mi corazón; mi alma no acaba de comprender.

Muerta la tarde divina, volveré vacilando hacia mi casa, apoyándome en los troncos del camino… Es la senda que hice esta mañana, y no la voy a reconocer. Miraré con asombro el cielo, el valle, los techos de la aldea, y les preguntaré su nombre, porque he olvidado toda la vida.

Mañana me sentaré en el lecho y pediré que me llamen, para oír mi nombre y creer. Y volveré a estallar en llanto. ¡Me has apuñaleado con la dicha!

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