Funeral del papa Francisco: así es el misterioso ritual para constatar la muerte del sumo pontífice
Tras el fallecimiento de Jorge Bergoglio, dieron a conocer el ritual que usó el Vaticano para constatar la muerte del papa Francisco.

La noche del lunes 21 de abril de 2025, el Vaticano confirmó oficialmente el fallecimiento del papa Francisco. En cumplimiento del protocolo establecido para estos casos, el cardenal Kevin Joseph Farrell, actual camarlengo de la Santa Iglesia Romana, encabezó el rito de constatación de la muerte del Sumo Pontífice, realizado en la Capilla de la Domus Sanctæ Marthæ, donde residía el Papa desde el inicio de su pontificado.
El acto litúrgico comenzó puntualmente, y contó con la presencia del Decano del Colegio Cardenalicio, algunos familiares del Pontífice, y representantes de la Dirección de Sanidad e Higiene del Vaticano. Todos los eclesiásticos presentes vistieron hábitos corales, como indica la normativa litúrgica.
El ritual milenario que Francisco decidió dejar atrás
Durante siglos, la muerte de un papa estuvo marcada por un riguroso protocolo litúrgico, cargado de símbolos que reflejaban el peso histórico y espiritual del cargo. Este ritual se dividía en tres etapas: la vigilia, el funeral y la sepultura, y cada una estaba llena de gestos solemnes que buscaban reflejar la trascendencia del momento.
Desde la constatación de la muerte, que antaño implicaba golpear suavemente la frente del pontífice con un martillo de plata mientras se lo llamaba por su nombre de pila, hasta el entierro en un triple ataúd (de ciprés, plomo y roble), todo respondía a una tradición milenaria.
Francisco, sin embargo, decidió romper con ese esquema. En el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis que reformó en noviembre de 2024, introdujo cambios sustanciales en el protocolo funerario.
Entre otras modificaciones, renunció a ser sepultado en la cripta de San Pedro, como fue costumbre con la mayoría de los pontífices, y expresó su deseo de descansar en la basílica de Santa María La Mayor, un lugar que siempre le fue significativo. Así, el Papa argentino no solo marcó su pontificado con gestos de austeridad y cercanía, sino que también quiso que su último adiós reflejara esos mismos valores. Aunque muchas de las tradiciones antiguas ya no se aplican, siguen siendo parte del legado ritual del Vaticano, hoy resignificado por la impronta de Francisco.
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El traslado a San Pedro y una despedida distinta
Según informó Matteo Bruni, vocero de la Santa Sede, el traslado del cuerpo a la Basílica de San Pedro está previsto para el miércoles 23 de abril por la mañana.
Allí, fieles de todo el mundo podrán rendirle homenaje al papa argentino. Los detalles de la ceremonia se definirán tras la primera congregación general de los cardenales.
Sin embargo, esta despedida tendrá particularidades únicas: el papa Francisco modificó en vida varios aspectos del ceremonial fúnebre, buscando eliminar formalismos innecesarios y acercar aún más su figura a la del pueblo.
Francisco pidió una despedida más austera
En su libro,entrevista El sucesor (2024), el periodista Javier Martínez Brocal reveló que el Papa quiso simplificar los rituales tras su muerte, decisión que fue tomada en vida y comunicada a las autoridades vaticanas.
Entre las modificaciones más importantes, se destaca que el rito de constatación de la muerte ya no se realiza en el dormitorio del Papa, como era tradición, sino en una capilla.
También, el cuerpo ya no es colocado en un catafalco ni en los tres ataúdes tradicionales (ciprés, plomo y roble), sino directamente en un féretro de madera y zinc, donde permanecerá expuesto hasta el funeral.
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Además, se eliminó la antigua práctica de mantener el cuerpo fuera del ataúd en distintas etapas antes del sepelio. Ahora el Papa será trasladado directamente en su féretro a la basílica, donde estará abierto para su despedida pública, en una dinámica más cercana a la que se utiliza en los funerales de obispos.
Cambios también en el lenguaje y la estructura
Otro gesto del papa Francisco fue pedir que, durante la ceremonia, se usen títulos sencillos, como papa, obispo de Roma o pastor, evitando términos más solemnes como romano pontífice. Esto va en línea con su estilo pastoral y su rechazo a cualquier tipo de ostentación.
Incluso la Cámara Apostólica, un órgano tradicional que ayudaba al camarlengo a gestionar el período de sede vacante, fue suprimida. Ahora, solo participarán en esa tarea el cardenal coordinador del Consejo de Asuntos Económicos y dos cardenales más, que rotarán cada tres días entre los electores.
Un legado de cercanía hasta el final
Con estas decisiones, Francisco reafirmó hasta su último aliento su visión de una Iglesia humilde, cercana y sin excesos. Lejos de las pompas imperiales que caracterizaron a otros funerales papales, su despedida sigue la línea de sencillez que marcó todo su pontificado.
El papa Francisco no solo reformó la Iglesia durante su vida, sino que también reescribió su propia despedida, dejando como última enseñanza que el poder no reside en los símbolos, sino en el servicio.