Francisco pidió un funeral humilde pero su adiós fue caro de forma inevitable: ¿cuánto costó y quién lo pago?

Exequias - Aunque Francisco pidió austeridad, los costes finales del funeral ascendieron a 1,5 millones de euros, una cifra considerada moderada si se compara con funerales históricos +El cónclave ya tiene fecha: la elección del sucesor del Papa Francisco comenzará el 7 de mayo Roma se bloqueó en cuestión de horas. La Plaza de San Pedro parecía un tablero desbordado de piezas humanas, mientras el centro de la ciudad caía en un atasco monumental. Bajo la presión de 200.000 personas y un despliegue de seguridad sin precedentes, el funeral del papa Francisco se convertía en noticia mundial, aunque esta vez con una particularidad: la Santa Sede no desembolsaría ni un euro para costear el entierro de Jorge Mario Bergoglio. No era un detalle menor, y marcaría el tono de todo el adiós. Un testamento detallado que dejó todo preparado hasta el más mínimo gasto La historia no empezó con su muerte, sino mucho antes, cuando Francisco, en vida, dejó todo atado en un testamento firmado en Santa Marta el 29 de junio de 2022. Allí especificó que un filántropo anónimo sería el encargado de pagar su sepultura, indicando de forma precisa que “las gastos para la preparación de mi sepultura serán cubiertos con la suma del benefactor que he dispuesto, a transferir a la Basílica Papal de Santa María la Mayor”. A partir de ahí, todo el operativo quedó en manos de monseñor Rolandas Makrickas, el hombre designado para administrar el dinero y cumplir las instrucciones. El féretro del papa Francisco en la plaza de San Pedro Aunque en su última voluntad Francisco pidió austeridad, el funeral celebrado el 26 de abril de 2025 no resultó precisamente barato. Como explicó Íñigo Domínguez, corresponsal en Roma de El País, tras analizar los costes y compararlos con otros funerales históricos, “se ha calculado que la organización del funeral costará 1,5 millones de euros”. Aunque pueda parece una suma importante, los expertos entienden que sigue siendo “un presupuesto austero” porque “el de Juan Pablo II costó 5 millones y el de Isabel II más de 100”. Una despedida austera que, aun así, implicó cifras millonarias La magnitud del evento forzó medidas excepcionales de seguridad que afectaron a toda la ciudad. Más de 170 delegaciones oficiales, entre ellas la de Donald Trump y la de Ursula von der Leyen, obligaron a movilizar al ejército, la policía y la protección civil, con un gasto adicional que se sumó al ya considerable despliegue vaticano. Solo el acondicionamiento de la plaza, entre sillas, pantallas gigantes y logística, supuso un desembolso de entre 200.000 y 500.000 euros, mientras los servicios de seguridad oscilaron entre 300.000 y 800.000 euros. A ello se añadieron otros 100.000 a 200.000 euros para comunicación y cobertura mediática. Una vista aérea muestra a los fieles asistiendo a la misa funeral del papa Francisco en la Plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano, el 26 de abril de 2025. EFE/EPA/ALESSANDRO DI MEO

Abr 29, 2025 - 18:07
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Francisco pidió un funeral humilde pero su adiós fue caro de forma inevitable: ¿cuánto costó y quién lo pago?

Francisco pidió un funeral humilde pero su adiós fue caro de forma inevitable: ¿cuánto costó y quién lo pago?

Exequias - Aunque Francisco pidió austeridad, los costes finales del funeral ascendieron a 1,5 millones de euros, una cifra considerada moderada si se compara con funerales históricos +

El cónclave ya tiene fecha: la elección del sucesor del Papa Francisco comenzará el 7 de mayo

Roma se bloqueó en cuestión de horas. La Plaza de San Pedro parecía un tablero desbordado de piezas humanas, mientras el centro de la ciudad caía en un atasco monumental. Bajo la presión de 200.000 personas y un despliegue de seguridad sin precedentes, el funeral del papa Francisco se convertía en noticia mundial, aunque esta vez con una particularidad: la Santa Sede no desembolsaría ni un euro para costear el entierro de Jorge Mario Bergoglio. No era un detalle menor, y marcaría el tono de todo el adiós.

Un testamento detallado que dejó todo preparado hasta el más mínimo gasto

La historia no empezó con su muerte, sino mucho antes, cuando Francisco, en vida, dejó todo atado en un testamento firmado en Santa Marta el 29 de junio de 2022. Allí especificó que un filántropo anónimo sería el encargado de pagar su sepultura, indicando de forma precisa que “las gastos para la preparación de mi sepultura serán cubiertos con la suma del benefactor que he dispuesto, a transferir a la Basílica Papal de Santa María la Mayor”. A partir de ahí, todo el operativo quedó en manos de monseñor Rolandas Makrickas, el hombre designado para administrar el dinero y cumplir las instrucciones.

El féretro del papa Francisco en la plaza de San Pedro

Aunque en su última voluntad Francisco pidió austeridad, el funeral celebrado el 26 de abril de 2025 no resultó precisamente barato. Como explicó Íñigo Domínguez, corresponsal en Roma de El País, tras analizar los costes y compararlos con otros funerales históricos, “se ha calculado que la organización del funeral costará 1,5 millones de euros”. Aunque pueda parece una suma importante, los expertos entienden que sigue siendo “un presupuesto austero” porque “el de Juan Pablo II costó 5 millones y el de Isabel II más de 100”.

Una despedida austera que, aun así, implicó cifras millonarias

La magnitud del evento forzó medidas excepcionales de seguridad que afectaron a toda la ciudad. Más de 170 delegaciones oficiales, entre ellas la de Donald Trump y la de Ursula von der Leyen, obligaron a movilizar al ejército, la policía y la protección civil, con un gasto adicional que se sumó al ya considerable despliegue vaticano.

Solo el acondicionamiento de la plaza, entre sillas, pantallas gigantes y logística, supuso un desembolso de entre 200.000 y 500.000 euros, mientras los servicios de seguridad oscilaron entre 300.000 y 800.000 euros. A ello se añadieron otros 100.000 a 200.000 euros para comunicación y cobertura mediática.

Una vista aérea muestra a los fieles asistiendo a la misa funeral del papa Francisco en la Plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano, el 26 de abril de 2025. EFE/EPA/ALESSANDRO DI MEO

El féretro rompió también la tradición. Francisco quiso desmarcarse del habitual trío de ataúdes —ciprés, plomo y roble barnizado— que se utilizó, por ejemplo, en los funerales de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Según había especificado en su testamento, “el sepulcro debe ser en la tierra; sencillo, sin particular decoro y con la única inscripción: Franciscus”, una orden que eliminaba cualquier posibilidad de ornamento excesivo.

La austeridad final no logró silenciar las voces críticas

Su elección del lugar de sepultura tampoco pasó desapercibida. En vez de las grutas vaticanas, como acostumbran la mayoría de los papas, Francisco prefirió la Basílica de Santa María la Mayor, un sitio al que acudía frecuentemente antes y después de sus viajes apostólicos.

Su tumba está ubicada en la nave lateral izquierda, entre la Capilla Paolina —donde se encuentra la Virgen Salus Populi Romani— y la Capilla Sforza. La lápida de mármol lleva grabado únicamente su nombre en latín, acompañado de una representación de su cruz pectoral, en plata, con la figura del Buen Pastor.

La decisión de realizar un funeral más sencillo no convenció a todo el mundo. Desde distintos grupos de fieles se recordó que los predecesores de Francisco también tuvieron entierros humildes. Así, aludieron que calificar de “pomposo” el funeral de Benedicto XVI era, en sus palabras, “pura ignorancia disfrazada de populismo barato”, y subrayaron que “fue un papa humilde hasta el final”. “Su lápida, austera como su vida, lo demuestra. Menos cliché ideológico y más respeto”, demandaron.

El benefactor anónimo, cuyo nombre no figura en ningún documento oficial ni ha sido revelado por la Santa Sede, asumió el coste íntegro de la sepultura, respetando así la voluntad de Francisco de mantener la discreción hasta el último momento. Un gesto que encaja con la línea sobria que marcó todo su pontificado, aunque la realidad mostró que, incluso buscando la simplicidad, un adiós papal nunca es barato.

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