Final explicado de 'Manual para señoritas': ¿tendrá otra temporada en Netflix?

¿Qué pasaría si Fleabag fuera un personaje de Los Bridgerton? Que sería algo parecido a lo que hace Nadia de Santiago en Manual para señoritas. En esta nueva serie de Netflix de ocho episodios, la actriz interpreta a la irónica Elena Bianda, una carabina de la España del siglo XIX. Para asegurarse estabilidad durante un tiempo, la familia Mencía es perfecta. La madre acaba de fallecer dejando al padre viudo Pedro Mencía (Tristán Ulloa) al cuidado de sus tres hijas, y con su ingenio, termina convenciéndole de que es la mejor candidata para encontrarles a las tres hermanas el pretendiente perfecto.

Sin embargo, pronto se dará cuenta de que esto será una tarea mucho más complicada de lo que esperaba: tendrá que preservar la reputación de Cristina (Isa Montalbán), guardar los secretos de Sara (Zoe Bonafonte) y soportar las travesuras de Carlota (Iratxe Emparán). Pero, sobre todo, tendrá que cuidar su propio corazón del joven y apuesto Santiago (Álvaro Mel), ahijado de Pedro Mencía y amigo de las hermanas.

La serie no solo es novedosa en cuanto al fondo por centrarse más en la figura de las carabinas que en las de sus señoritas, sino en forma por cómo está contada. Elena rompe continuamente la cuarta pared y habla directamente con el espectador. Además, aunque sea una comedia romántica de época, tiene mucho de contemporáneo en cuanto a la estética, el vestuario a medida, la luz, los colores vivos, la música, las localizaciones y la posproducción con rótulos que acompañan los gags visuales.

La serie ha enamorado a los usuarios de la plataforma hasta situarla entre lo más visto. Y, por su final (o mejor dicho, finales) muchos son los que piden ya una segunda temporada.

[A partir de aquí, spoilers de Manual para señoritas]

Final explicado de 'Manual para señoritas'

Prohibido enamorarse, no contar mentiras, el pasado, pasado está, alejar la tentación, no traicionar a tu señorita, tus deseos no son prioridad y mantener las buenas formas. Todas estas lecciones del manual las hemos ido aprendiendo (más o menos) a lo largo de los ocho capítulos de la serie. Queda la lección final: hacer feliz a tu señorita.

Las hermanas Mencía han descubierto el pasado escabroso de Elena y sus artimañas para conseguir el empleo, manipulándolas a ellas y a su padre. Ofendidas, la confrontan por todas sus mentiras. Para ganarse otra vez su confianza, Elena le entrega a Cristina la carta en la que Eduardo (Ivan Lapadula) le confiesa sus verdaderos sentimientos y por qué actuó como actuó, sin embargo, su decepción hace que no quiera saber nada de él.

Como Sara sabe que su hermana aún ama a Eduardo, y también para evitar que cometa un error casándose con Santiago, se compincha con Elena para concertar una encerrona y forzar su reconciliación. Aunque al principio Cristina se muestra reacia a escuchar las disculpas de Eduardo, finalmente no pueden resistirse y terminan acostándose (otra vez).

Por su parte, Santiago, ebrio, llega a casa de los Mencía para paralizar el compromiso y, a pesar de que Elena y Sara se lo tratan de impedir, irrumpe en la habitación de Cristina y descubre a Eduardo escondido debajo de la cama. Es ahí cuando Cristina confiesa que está esperando un hijo de Eduardo. Santiago se da cuenta de que todo su cortejo fue una farsa para hacerle creer que el hijo era suyo. Sin embargo, con la que está más decepcionado es con Elena.

Mientras, sus amigas y compañeras carabinas también viven sus propios amores imposibles. Adela (Itziar Manero), llora desconsolada al ver la verdadera personalidad de Lázaro (Nicolás Illoro), el hijo de doña Paquita. Pero es ella misma quién trata de animarla recordándole que "el amor puede venir de muchos sitios, no solo de un hombre", y es que ambas han forjado una relación propia de madre-hija. En cuanto a Josefina (Paula Usero), esta valora la propuesta de ser el ama de llaves de Esther (Candela Pradas) para poder seguir viviendo su amor una vez esté casada.

Días después, se celebra la boda de Cristina y Eduardo. Pero, antes de casarse, Cristina despide a Elena como carabina de sus hermanas al descubrir que era "la otra" señorita de la que estaba enamorado Santiago, ya que encuentra el manuscrito que ha escrito en el que confiesa sus sentimientos. Sin casa y sin trabajo, Elena lee el manuscrito y, conmovida con "la declaración más bonita de su vida", decide darle una oportunidad al amor y busca a Santiago.

Es aquí cuando la serie, en su tono irónico, plantea dos finales. Como cualquier historia de amor propia de una comedia romántica de época, lo esperado es que Elena lo encuentre, se declare y ambos se fundan en un apasionado beso de amor verdadero. Pero no, eso solo ocurre en la imaginación. En realidad, Santiago parte a Portugal para trabajar como periodista y Elena no llega a tiempo.

¿Habrá segunda temporada de 'Manual para señoritas'?

Aunque Netflix aún no ha confirmado nada, todo apunta a que, con el éxito de la serie y con ese final con tantas tramas abiertas, tendremos una continuación de la serie. Sobre todo, si hacemos caso a lo que le dice la voz en off a nuestra protagonista: "Yo no renunciaría al amor tan pronto".

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