Empezar con un noruego haciendo reguetón vestido de caballero de Juego de Tronos , así sin anestesia, auguró una final de Eurovisión no apta para cobardes. El pop descafeinado de Luxemburgo no abrió mejores expectativas, pero cuando el primer bostezo amenazaba, apareció el estonio Tommy Cash con ese 'Espresso Machiatto' que es una tontuna absoluta y cantada con un desafine de categoría, pero al menos tiene su gracia. ¿Se imaginan un Eurovisión tomándose en serio a sí mismo durante tres horas? Los locutores de RTVE no hicieron ningún comentario sobre la polémica participación de Israel antes de que actuara Yuval Raphael, a quien siguió el «rock experimental» de Lituania, que más o menos hicieron el honor a la etiqueta, si...
Ver Más