Esta es la razón por la que una azafata advierte sobre la costumbre de aplaudir a la hora de aterrizar: "No es recomendable"
Aunque a muchos pasajeros que toman un vuelo desde España les pueda parecer una nimiedad, lo cierto es que dar aplausos a la tripulación y a los pilotos justo al tocar tierra puede no ser el buen gesto que muchos creen.

Casi todos los pasajeros que se han montado en un avión en España han vivido en algún momento cómo todos los viajeros empezaban a aplaudir justo en el momento en el que la aeronave tocaba tierra al aterrizar. Para muchos es un gesto de agradecimiento tanto hacia los pilotos como hacia los tripulantes de la aeronave, mientras que para otros es algo que produce incluso vergüenza ajena, pero casi nadie piensa que puede ser algo que no sea recomendable.
Una azafata ha publicado un vídeo en su perfil de TikTok, @barbiebac.ok, en el que avisa a los pasajeros que no es aconsejable dar aplausos en el momento del aterrizaje. En una publicación que suma más de 121.000 visualizaciones y supera los 10.000 'Me gusta', la tripulante de vuelo esgrime las razones por las que aplaudir nada más se llega al aeropuerto de destino no es el gesto tan bonito que podría parecer.
Los problemas pueden surgir incluso tras aterrizar
La primera razón que esgrime la azafata para no aplaudir al aterrizar es que los pilotos del avión no los escuchan desde la cabina, ya que está completamente insonorizada, por lo que "ese gesto no llega a quien, en general, se lo dedica". La tripulante de vuelo reconoce que es una manera de liberar estrés o de mostrar agradecimiento, sobre todo tras un aterrizaje complicado, aunque ella aboga por esperar a que la aeronave esté totalmente parada en el aeropuerto antes de celebrar el fin del viaje.
La azafata aconseja aguardar a que el avión esté estacionado para aplaudir, ya que incluso a pesar de que esté ya en tierra, "todavía pueden ocurrir situaciones inesperadas", y da algunos ejemplos: desde que los frenos no funcionen correctamente y se necesitan activar los de emergencia hasta que los neumáticos revienten al entrar en contacto con la superficie y haya que evacuar, los imprevistos pueden surgir antes de que los pasajeros puedan abandonar la aeronave.
Tal y como reconoce la tripulante de vuelo, aplaudir o no tras el aterrizaje es una decisión personal de cada pasajero, pero que el avión toque tierra es el trabajo de muchas personas, "no solo de los pilotos"; la tripulación, los controladores y mucha gente que no está en la aeronave también contribuyen a que un vuelo se realice sin problemas, algo que, para la azafata, supone un alivio para las personas que tienen miedo a volar.