Así es como deberías lavar el estropajo con el que friegas para que no acumule bacterias, según un estudio
"Nuestro trabajo demuestra que las esponjas de cocina albergan una diversidad de bacterias mucho mayor de lo que se pensaba", aseguraron investigadores alemanes.
Lavar los platos con un estropajo es una tarea diaria que, en el peor de los casos, podría causar infecciones. Y es que esta mítica esponja acumula al día todo tipo de bacterias y gérmenes que podrían afectar a nuestro bienestar.
Además de encontrarse húmeda durante horas mientras y después de ser usada, acumula restos de comida e incluso puede desarrollar un mal olor. Es por ello que un estudio realizado por científicos alemanes, y recogido por BBC, aconseja cómo limpiar estos utensilios.
Algunos expertos, como Massimiliano Cardinale, del Instituto de Microbiología Aplicada de la Universidad Justus Liebeg aseguraron que los resultados fueron sorprendentes: "Nuestro trabajo demuestra que las esponjas de cocina albergan una diversidad de bacterias mucho mayor de lo que se pensaba". Entre ellas, hallaron Moraxella osloensis, que puede originar infecciones.
De hecho, los investigadores advirtieron de que encontraron una densidad similar de bacterias en las heces que en un centímetro cúbico de estropajo. Ante el desconocimiento sobre cómo lavar y limpiar un estropajo, los investigadores confiesan que un lavado con jabón y agua o incluso hervirlas no es la mejor idea, como algunos podrían creer.
Consejos y recomendaciones
Uno de los consejos más aceptados es usar lejía con nueve partes de agua para limpiar las esponjas, ya que podría eliminar hasta las bacterias más resistentes, asegura el profesor de Microbiología de la Universidad de Nueva York, Philip Tierno. A su vez, el profesor añade que si fregamos los platos con un estropajo sucio, cubrimos estos con una "capa de gérmenes".
La introducción de esta esponja en la mezcla de lejía y agua debe durar unos 30 segundos para posteriormente dejarla secar. Sin embargo, los expertos aconsejan que si es visible un deterioro del utensilio, es recomendable cambiarlo por uno nuevo.
A veces estas soluciones "no parecen ser suficientes para reducir la carga de bacterias. Por ello recomendamos reemplazarlas con frecuencia, por ejemplo, cada semana". Asimismo, Tierno advierte: "Una esponja que huele mal es una esponja llena de gérmenes".
