España se frena en la asignación de fondos de recuperación por la burocracia y los cuellos de botella: "Se necesita un ritmo mayor"

La construcción, el comercio y las telecomunicaciones son los sectores más beneficiados.

Abr 3, 2025 - 07:08
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España se frena en la asignación de fondos de recuperación por la burocracia y los cuellos de botella: "Se necesita un ritmo mayor"

Los fondos europeos son un pilar clave de la economía de España, como país más beneficiado por las ayudas para la recuperación (Next Generation) tras la pandemia, pero la entrega de este dinero a las comunidades autónomas se ha frenado en los últimos tiempos, según un informe elaborado y publicado por Esade. Así, de los 80.000 millones de euros comprometidos por la UE en la primera etapa de acuerdos europeos, hasta el 31 de enero de 2025 se habían convocado casi 75.000 millones y adjudicado algo más de 49.000. Es decir: se ha convocado un 94% de lo originalmente conseguido y se ha concedido alrededor de un 61%.

Ese ritmo, dice el informe, "es más lento de lo necesario" y el documento también habla de habla de problemas burocráticos, y al mismo tiempo de la falta de capacidad de algunas empresas para absorber estas ayudas. En ese escenario, Cataluña lidera en términos absolutos, seguida de Andalucía y a mayor distancia País Vasco y la Comunidad de Madrid. Sin embargo, en términos per cápita, el País Vasco, Aragón y Castilla-La Mancha muestran una absorción más eficiente. El caso catalán es importante en este sentido, pues ha acelerado en los últimos tiempos precisamente esa absorción de fondos.

Se ven, no obstante, varias brechas, que Esade apoya en el retraso en la publicación de las convocatorias y la resolución de las mismas, la complejidad de los procedimientos administrativos, y la falta de capacidad de absorción de algunos beneficiarios potenciales. Es decir, España debería reducir barreras burocráticas para preparar mejor a las empresas en el uso de esos fondos, ligados directamente a los proyectos que se presenten.

Por otro lado, por sectores de actividad la construcción (que incluye cualquier tipo de desarrollo, incluido infraestructuras) lidera con más de 3.000 millones de euros seguida del comercio a bastante distancia y dejando a la información y las telecomunicaciones en tercer lugar. Más rezagadas se encuentran áreas clave como los transportes, la defensa o la energía, que ahora mismo son capitales para el futuro de Europa. En el cruce por comunidades autónomas y sector, el de la construcción muestra una notable intensidad en varias autonomías, destacando Cataluña, Andalucía y el País Vasco, aupadas por ello a los primeros puestos.

El análisis de los datos de licitaciones muestra una clara concentración del gasto público en grandes proyectos de infraestructuras ferroviarias y equipamiento sanitario avanzado. Las mayores adjudicaciones se concentran en Adif, con contratos que superan los 400 millones de euros para la construcción de líneas de alta velocidad. También sobresalen proyectos estratégicos como la construcción del nuevo canal de acceso para integrar la Alta Velocidad en Valencia, la ampliación de la Estación Valencia-Joaquín Sorolla, el Corredor Cantábrico Mediterráneo, y el suministro de 42 trenes para Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya. En el sector sanitario destaca la inversión en tecnología de radioterapia avanzada a través de las Consejerías de Sanidad autonómicas e INGESA, con contratos adjudicados mediante acuerdos marco o procedimientos negociados.

Adif es la gran beneficiada por los fondos

Paralelamente, España también ha impulsado otras inversiones en sectores emergentes o en clásicos, pero en menor medida por ejemplo con significativos contratos para digitalización, consultoría TI y renovación de flotas de transporte. Al mismo tiempo, proyectos como la formación en capacidades digitales de RTVE, iniciativas europeas de microelectrónica, restauración ambiental de zonas mineras y gestión integral de residuos son también otras patas de la estrategia que tiene el Gobierno para el uso de estas ayudas. Pero hay algunos matices. Mientras estas grandes licitaciones se tramitan mediante procedimientos abiertos, los fondos destinados a pequeñas empresas de comercio y hostelería, así como a salud y educación, son más difíciles de rastrear, según se refleja en el documento publicado por Esade.

Con todo, España tiene un volumen muy grande de fondos de recuperación pero va lenta en su asignación y en su uso, y eso es un problema si se ve la foto completa. El diagnóstico es claro. Así, el informe pide fortalecer las capacidades administrativas locales, especialmente en los municipios y entidades de menor tamaño. La experiencia hasta ahora demuestra que existe una brecha significativa en la capacidad de gestión que debe abordarse mediante programas de formación específicos y el refuerzo de equipos técnicos. "No es deseable que la falta de capacidad administrativa local se convierta en un cuello de botella para la ejecución de los fondos", alerta el análisis.

Asimismo, debe haber, dicen, "una mayor coordinación" entre las instituciones. "Sería recomendable aprovechar la experiencia de las comunidades autónomas en la gestión de fondos europeos para establecer mecanismos más eficientes de coordinación, simplificando los procesos sin perder el necesario control sobre los fondos", concluyen.

Y ven como "un tercer aspecto crucial" la necesidad de acelerar los procesos de concesión. "La significativa brecha entre fondos comprometidos y efectivamente concedidos (aproximadamente 25.000 millones de euros) sugiere la urgencia de agilizar los procesos de evaluación y adjudicación", avisa Esade. Esto es particularmente relevante considerando el horizonte temporal de 2026 para la ejecución de los fondos.

Por último, en diciembre de 2024, España solicitó un quinto desembolso por valor de 25.000 millones de euros, compuesto por 8.000 millones en ayudas directas y 16.000 millones en préstamos, tras demostrar el cumplimiento de 84 hitos y objetivos. La recepción de estos fondos está condicionada al cumplimiento de reformas e inversiones acordadas con la Comisión Europea, "destinadas a promover la recuperación económica y la transformación estructural del país", según lo que pide Bruselas desde 2020, cuando se aprobó este fondo.