El "sinvivir" de los vecinos de un pequeño pueblo de Granada por donde transitan más de cien camiones al día
Los habitantes de Purullena, con el apoyo de su ayuntamiento, reclaman a la Junta un nuevo enlace con la A-92 para evitar peligros, ruidos, olores y daños en su casco urbano por los vehículos de gran tonelajeMiles de vecinos de Coria del Río respiran desde hace años gases tóxicos y nadie le pone solución: “Nos están dejando morir” En Purullena (2.500 habitantes), muy cerca de Guadix, la ubicación del polígono industrial ha hecho que todos vivan con el corazón en un puño a diario por los más de 150 camiones de gran tonelaje que pasan por las calles principales que dan acceso a muchos servicios. La localidad, que se sitúa como puerta de entrada al Geoparque de Granada, es eminentemente rural y en ella viven muchas personas mayores y niños que corren peligro cada vez que pasan estos vehículos. Sin embargo, pese a que el ayuntamiento ha pedido un nuevo enlace con la autovía A-92 que evite este tráfico que va directamente al polígono, desde la Junta de Andalucía dicen que la normativa impide crear una nueva a las dos que ya hay. “Esto es un sinvivir. Por una calle de seis metros de ancho pasan cien camiones diarios. Con lo que conlleva eso: ruidos, olores, roturas de tuberías, coches en las aceras porque no caben dos vehículos, y un peligro constante para los niños y los mayores”, cuenta Javier Casar, vecino del pueblo. Vive en un cruce especialmente conflictivo, junto a una de las salidas del municipio por donde circulan los vehículos pesados que acceden o salen del polígono. “A mí me ha pasado tener que echar mano de mi hija para que no se la llevara un camión”. Además, se producen habitualmente daños en las viviendas y paredes por los golpes de los camiones. Los vecinos están hartos y el Consistorio, del PSOE, pide a la Consejería de Fomento que le pongan otro acceso directo desde la A-92 o alguna alternativa que aleje el peligro al que se exponen. Para los lugareños, el nuevo acceso al polígono que evite que estos camiones atraviesen la zona urbana es una prioridad. Todo porque la empresa cárnica Avinatur, instalada en este polígono especializada en carne de pollo, se ha convertido en el principal foco de tráfico pesado. Lleva siéndolo aproximadamente una década, desde que la explotación pasó de manos de una familia que era su propietaria a convertirse en una de las entidades con mayor expansión en el sector. Si bien las molestias al principio por el tránsito de camiones existían, en los últimos tiempos se han acrecentado, precisamente por esta expansión de la empresa, que llega a hacer uso de centenares de vehículos pesados a diario. Un pueblo harto Según explican los vecinos a este medio, muchos camiones llegan incluso de madrugada y, al estar situadas algunas viviendas a escasos metros de las vías como la calle Real, la principal del municipio por el que han de pasar estos vehículos desde su acceso a la autovía A-92, los lugareños aseguran que no pueden dormir en verano con las ventanas abiertas, amén de otras consecuencias: “El olor es insoportable, peor que un estercolero. Tienes que levantarte a las dos de la mañana a cerrar las ventanas de golpe”, describe Casar. El Ayuntamiento, gobernado por el PSOE, ha trasladado su preocupación en varias ocasiones a la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía para que construya un nuevo enlace con la A-92. El alcalde, José Luis Martínez, considera que “la situación es insostenible” y que “urge una solución antes de que tengamos que lamentar una desgracia”. Asegura que el nuevo acceso beneficiaría a todo el municipio y facilitaría la ampliación del polígono. “No estamos en contra de la empresa, sino del paso de camiones por el centro. Esta empresa da trabajo -alrededor de un millar de personas tienen empleo-, pero hay que garantizar la seguridad de la gente”. “Hay un gimnasio, una biblioteca, una iglesia, un bar, una academia de refuerzo... Los camiones pasan a diario por todo eso. Han rozado coches, se han llevado balcones por delante. Un día va a pasar algo serio”, dice el regidor. Como la carretera provincial pasa por debajo de la A-92, desde el ayuntamiento proponen “un acceso directo desde ahí al polígono, que evitaría atravesar el pueblo”. Cruce de administraciones Desde la Consejería de Fomento reconocen que han analizado la petición del Ayuntamiento, que incluso ha llegado a plantear su propio proyecto, aprovechando uno de los dos accesos que ya existen, este muy próximo a la localidad de Guadix, pero explican que la normativa de carreteras impide abrir un tercer acceso en tan poco espacio. Purullena ya cuenta con los dos enlaces a la A-92 mencionados, por lo que un nuevo ramal incumpliría la normativa de trazado. Según Martínez, “falta voluntad política” puesto que sí hay margen para actuar. “Hemos comprobado que hay un margen de 500 metros en la salida más cercana a Guadix para que se cree este enlace sin saltarse la normativa”. Fuentes de la Delegación

Los habitantes de Purullena, con el apoyo de su ayuntamiento, reclaman a la Junta un nuevo enlace con la A-92 para evitar peligros, ruidos, olores y daños en su casco urbano por los vehículos de gran tonelaje
Miles de vecinos de Coria del Río respiran desde hace años gases tóxicos y nadie le pone solución: “Nos están dejando morir”
En Purullena (2.500 habitantes), muy cerca de Guadix, la ubicación del polígono industrial ha hecho que todos vivan con el corazón en un puño a diario por los más de 150 camiones de gran tonelaje que pasan por las calles principales que dan acceso a muchos servicios. La localidad, que se sitúa como puerta de entrada al Geoparque de Granada, es eminentemente rural y en ella viven muchas personas mayores y niños que corren peligro cada vez que pasan estos vehículos. Sin embargo, pese a que el ayuntamiento ha pedido un nuevo enlace con la autovía A-92 que evite este tráfico que va directamente al polígono, desde la Junta de Andalucía dicen que la normativa impide crear una nueva a las dos que ya hay.
“Esto es un sinvivir. Por una calle de seis metros de ancho pasan cien camiones diarios. Con lo que conlleva eso: ruidos, olores, roturas de tuberías, coches en las aceras porque no caben dos vehículos, y un peligro constante para los niños y los mayores”, cuenta Javier Casar, vecino del pueblo. Vive en un cruce especialmente conflictivo, junto a una de las salidas del municipio por donde circulan los vehículos pesados que acceden o salen del polígono. “A mí me ha pasado tener que echar mano de mi hija para que no se la llevara un camión”. Además, se producen habitualmente daños en las viviendas y paredes por los golpes de los camiones. Los vecinos están hartos y el Consistorio, del PSOE, pide a la Consejería de Fomento que le pongan otro acceso directo desde la A-92 o alguna alternativa que aleje el peligro al que se exponen.
Para los lugareños, el nuevo acceso al polígono que evite que estos camiones atraviesen la zona urbana es una prioridad. Todo porque la empresa cárnica Avinatur, instalada en este polígono especializada en carne de pollo, se ha convertido en el principal foco de tráfico pesado. Lleva siéndolo aproximadamente una década, desde que la explotación pasó de manos de una familia que era su propietaria a convertirse en una de las entidades con mayor expansión en el sector. Si bien las molestias al principio por el tránsito de camiones existían, en los últimos tiempos se han acrecentado, precisamente por esta expansión de la empresa, que llega a hacer uso de centenares de vehículos pesados a diario.
Un pueblo harto
Según explican los vecinos a este medio, muchos camiones llegan incluso de madrugada y, al estar situadas algunas viviendas a escasos metros de las vías como la calle Real, la principal del municipio por el que han de pasar estos vehículos desde su acceso a la autovía A-92, los lugareños aseguran que no pueden dormir en verano con las ventanas abiertas, amén de otras consecuencias: “El olor es insoportable, peor que un estercolero. Tienes que levantarte a las dos de la mañana a cerrar las ventanas de golpe”, describe Casar.
El Ayuntamiento, gobernado por el PSOE, ha trasladado su preocupación en varias ocasiones a la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía para que construya un nuevo enlace con la A-92. El alcalde, José Luis Martínez, considera que “la situación es insostenible” y que “urge una solución antes de que tengamos que lamentar una desgracia”. Asegura que el nuevo acceso beneficiaría a todo el municipio y facilitaría la ampliación del polígono. “No estamos en contra de la empresa, sino del paso de camiones por el centro. Esta empresa da trabajo -alrededor de un millar de personas tienen empleo-, pero hay que garantizar la seguridad de la gente”.
“Hay un gimnasio, una biblioteca, una iglesia, un bar, una academia de refuerzo... Los camiones pasan a diario por todo eso. Han rozado coches, se han llevado balcones por delante. Un día va a pasar algo serio”, dice el regidor. Como la carretera provincial pasa por debajo de la A-92, desde el ayuntamiento proponen “un acceso directo desde ahí al polígono, que evitaría atravesar el pueblo”.
Cruce de administraciones
Desde la Consejería de Fomento reconocen que han analizado la petición del Ayuntamiento, que incluso ha llegado a plantear su propio proyecto, aprovechando uno de los dos accesos que ya existen, este muy próximo a la localidad de Guadix, pero explican que la normativa de carreteras impide abrir un tercer acceso en tan poco espacio. Purullena ya cuenta con los dos enlaces a la A-92 mencionados, por lo que un nuevo ramal incumpliría la normativa de trazado. Según Martínez, “falta voluntad política” puesto que sí hay margen para actuar. “Hemos comprobado que hay un margen de 500 metros en la salida más cercana a Guadix para que se cree este enlace sin saltarse la normativa”.
Fuentes de la Delegación Territorial de Fomento aseguran que la problemática no se debe ni a la Junta ni a la configuración de la vía, sino a una planificación insuficiente por parte de otras administraciones ante el crecimiento de la actividad empresarial. Desde Fomento explican que cualquier posible solución pasa por que el propio Ayuntamiento o la empresa presenten un estudio técnico y se hagan cargo de su financiación: “Lo normal en estos casos es que, si el acceso es para una empresa concreta, lo costee la empresa”.
Varios vecinos comparten el temor a que ocurra una desgracia. Uno de ellos, Gerardo Remacho asegura que ha presenciado incidentes: “Cada día se arma la marimonera porque a los camiones hay que sumarles los coches de los trabajadores que son unos 900”. Además, como purullenero, desmiente que estén en contra de la actividad empresarial que se lleva a cabo en Avinatur. “Todo lo contrario”, asegura, “estamos contentos con tener una empresa así, da mucho trabajo”.
Desde el ayuntamiento insisten en que seguirán reclamando una solución. Mientras tanto, los vecinos de Purullena conviven con el estruendo de los camiones, el olor y el miedo diario a que un accidente rompa definitivamente la calma del pueblo: “Que los políticos se pongan las pilas. Que no tenga que pasar una desgracia para que se haga algo”.