El perfil criminal de Angi, la autora del 'crimen perfecto': "Mata por el temor de encontrarse a sí misma"
Fue condenada por asesinar a una compañera de trabajo en 2008 y llegó a estar imputada por la muerte en extrañas circunstancias de su marido

Fue condenada por el bautizado como el crimen perfecto y ha vuelto a ser acusada en prisión de encargar otro asesinato a unos sicarios. María Ángeles Molina, alias Angi, es una de las homicidas más magnéticas de la crónica negra de nuestro país. Su sangriento historial empieza en 2008 con el asesinato de Ana Páez, su compañera de trabajo, en el que llegó a suplantar la identidad de la víctima. Aunque quizá no fue esa su primera y mejor obra criminal.
La recién estrenada serie de Netflix Angi, crimen y mentira ahonda en la muerte en extrañas circunstancias de su marido, Juan Antonio Álvarez, ocurrida en Canarias en el año 1996. Aunque en un primer momento fue considerada como un suicidio, María Ángeles llegó a ser imputada en 2016 por un posible homicidio gracias al laborioso trabajo de investigación de un equipo liderado por el criminólogo forense Félix Ríos, quien ha estudiado con detalle y durante años el perfil criminal de Angi, ahora de nuevo investigada por encargar un asesinato desde su celda.
"Fría", "calculadora" y, finalmente, "implacable". Son algunos de los adjetivos que utiliza el criminólogo en su descripción, incluida en su nuevo libro Caso Angi: Cuaderno criminológico, que verá la luz en breve. Pero el perfil de Angi está marcado de forma incontestable por sus "delirios de grandeza". Acomplejada por haber nacido en una familia humilde, "fantasea sobre su origen", atribuyéndose un "pedigrí familiar del que carece". Así, se inventó que su padre era notario. El objetivo que ha marcado su vida va en la misma línea: casarse con un hombre adinerado. Esas expectativas no satisfechas están aderezadas por una "frialdad afectiva" que, presumiblemente, encuentra explicación en su infancia.
Pero no todos los acomplejados por su nivel de vida acaban matando. El criminólogo que más la ha estudiado expone que ese "descontrol en la opulencia" la ha llevado en su recorrido vital a situaciones "rocambolescas" que se van agudizando hasta el punto de verse en la necesidad de matar. "El desencadenante criminal es la única alternativa viable para ella. Matar, o dejar de ser quien quiere aparentar ser, por el terror de encontrarse a sí misma", concluye.
Una asesina "implacable"
A la hora de ejecutar su plan, Angi es "implacable". Lo demostró en el caso de Ana Páez, en el que hizo creer a los investigadores que había muerto en un trágico desenlace de un juego sexual. "Planifica cada paso que da con mucha antelación, se documenta antes de mover ficha y acaba tomando decisiones determinantes", describe Ríos, quien se postuló como uno de los posibles objetivos de esta mujer en su último encargo a sicarios
Cuando Angi ha estado en la fase de "desarrollo de la acción criminal", ha pecado de "exceso de confianza" en sus propias capacidades, lo que en el caso de Ana Páez acabó condenándola por un crimen casi perfecto. Cometió "pequeños errores" en los que no reparó y que, sin embargo. condujeron a la resolución del caso.
La frialdad y la determinación que caracterizan a Angi pueden explicar que haya vuelto a ser detenida acusada de la planificación de un asesinato que, esta vez, no llegó a término. Los Mossos d'Esquadra la arrestaron el pasado mes de marzo durante un permiso penitenciario. Los detalles de la persona a la que habría ordenado eliminar aún son desconocidos -el caso está bajo secreto de sumario-, pero parece que el instinto homicida va en su sangre.