El deterioro global del medio ambiente, una preocupación de Francisco

¿Habrá un acuerdo mundial efectivo con el objeto de cuidar nuestra “casa común” para las próximas generaciones, como propiciaba el Papa?

Abr 28, 2025 - 04:53
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El deterioro global del medio ambiente, una preocupación de Francisco

A partir de la Revolución Industrial, el mundo entró en una etapa de acelerado crecimiento. En el siglo XX, el PBI mundial se multiplicó nada menos que diecinueve veces, al mismo tiempo que se aceleraba el crecimiento mundial de la población.

Recordemos que, para alertarnos sobre los riesgos climáticos del acelerado crecimiento del consumo de combustibles fósiles contaminantes (carbón, petróleo gas), hace dieciocho años que Nicholas Stern escribió su informe sobre el cambio climático mundial que constituye una creciente amenaza, en el que propuso cambios importantes y no simplemente marginales.

La Royal Society (UK) y la US National Academy of Sciences informaron en 2014 que la responsabilidad del calentamiento global recaía en la masiva utilización de fósiles y la deforestación. Además, expresaron que el aumento constante de la temperatura global tendrá un “serio impacto sobre la humanidad y la naturaleza”.

Además, como ya se ha señalado, la NASA expresa que la actividad humana es la causa del aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero. Por su parte La Organización Meteorológica Mundial expresa que estamos empujando al planeta a un territorio desconocido, ya que en la última década se han incrementado la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos. Tras más de un siglo y medio de desarrollo económico, basado en los combustibles fósiles contaminantes, la temperatura ha subido y multiplicado sequías, tormentas, incendios e inundaciones.

Este mes de abril se conoció el informe del Servicio de Cambio Climático de la Unión Europea (Copernicus), que alertando que el planeta se calienta a un ritmo sin precedentes. Son muchas las consecuencias negativas, a saber : aumento de la temperatura, océanos mas cálidos, reducción de las capas de hielo, retroceso de glaciares como Andes, Alpes e Himalaya, reducción de capa de nieve, elevación nivel del mar, pérdida hielo marino ártico, aumento de sequías, olas de calor, lluvias intensas y acidificación de los océanos

Europa es el continente que más se calienta en la actualidad: 2024 fue el año más cálido desde que existen registros; además, es allí donde los efectos negativos del cambio climático son mayores. En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud expresa que el cambio climático es ya una amenaza para la salud en todo el mundo.

El negacionismo climático de grupos empresariales que defienden sus intereses económicos es funcional al agravamiento climático y afecta a grupos vulnerables de distintos países y a las futuras generaciones. Lamentablemente, el bien común es postergado por el bien particular.

Año a año vienen creciendo las emisiones de CO2; las emisiones son ya 44 por ciento mayores a las del año 2000. Al ritmo actual de crecimiento de emisiones de CO2 cruzaríamos la barrera critica de 450 ppm en alrededor de una década. La Agencia Internacional de Energía expresa que deben reducirse las emisiones contaminantes, abatiendo ya la producción de petróleo, carbón y gas.

Recordemos que el papa Francisco había presentado en 2015 un diagnóstico claro y completo de esta grave crisis ambiental global que enfrenta la humanidad mediante la encíclica Laudato Si’. En este documento se plantea el desafío ético que implica evitar los crecientes daños ambientales, que se pronostican para un futuro no muy lejano. En esa encíclica se expresa: “El clima es un bien común, de todos y para todos. […] Hay un escenario científico muy consistente que indica que nos encontramos ante un importante calentamiento del sistema climático. La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo, para combatir ese calentamiento”.

En 2023 el papa Francisco volvió a considerar estos altos riesgos del cambio climático en su exhortación apostólica Laudate Deum, dedicada a todas las personas de “buena voluntad sobre la crisis climática. Entonces expresó: “Han pasado ya ocho años desde que publiqué la Carta encíclica Laudato si’, cuando quise compartir con todos ustedes, hermanas y hermanos de nuestro sufrido planeta, mis más sentidas preocupaciones sobre el cuidado de la casa común. Pero con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre. Más allá de esta posibilidad, es indudable que el impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas. Sentiremos sus efectos en los ámbitos de la salud, las fuentes de trabajo, el acceso a los recursos, la vivienda, las migraciones forzadas, etc.”

Fue oportuno este documento, “Exhortación apostólica Laudate Deum, a todas las personas de buena voluntad sobre la crisis climática”, publicado en vista de la COP de Naciones Unidas en Dubai en 2023, donde el papa Francisco instó a los líderes globales a la acción, porque nos advertía que nos estábamos acercando a un “punto de no retorno”. Las evidencias climáticas son hoy bien claras y confirman las claras advertencias del Papa.

No hay tiempo que perder, por eso es esencial que se implementen acuerdos internacionales que sean realmente efectivos y que tengan como objetivo cuidar nuestra “casa común”. Debemos reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y acelerar la rápida transición hacia un mundo con energías “limpias” y preservación forestal.

La realidad nos dice con claridad que estamos frente a una creciente amenaza global hacia la Tierra, que exige ser encarada, sin demoras, mediante acciones implementadas simultáneamente, insistimos, por todos los países, en el marco de negociaciones internacionales. Esta amenaza ambiental global, requiere una solución global con compromisos de todas las naciones. Queda por ver si seremos capaces de encauzar el crecimiento de la riqueza material, estimulado por la globalización, para asegurar que no haya excluidos de la prosperidad, ni en esta generación ni tampoco en las futuras.

Hoy se nos plantea un gran interrogante: ¿habrá un acuerdo mundial efectivo para lograr este objetivo de cuidar nuestra “casa común” para las próximas generaciones, como propiciaba el Papa Francisco?

Academia Argentina de Ciencias del Ambiente