El dátil de Arabia Saudí quiere ser el nuevo chocolate Dubái: de alimento de beduinos a capricho de ricos
Puede que, aparentemente, no haya una relación muy directa entre un dátil saudí y el conglomerado francés de firmas de lujo Louis Vuitton Moët Hennesy (LVMH), pero están más cerca que nunca. Concienciado Arabia Saudí con no quedarse atrás en cuanto a proyección internacional, el país gobernado por Salmán bin Abdulaziz desde 2015 no quiere perder la estela de visibilización en la que algunos de sus vecinos llevan varios cuerpos de ventaja ante el gran gigante de la península arábiga. Estados y emiratos con un menor peso histórico y menos población han sabido jugar esa baza, posicionándose bien como destino turístico al alza o bien como referente cultural y deportivo. Dubái o Catar tomaron así una iniciativa con grandes eventos a los que Arabia Saudí quizá llega más tarde, pero con la fuerza de un ciclón. Y aquí es donde el dátil entra en acción. Inmerso en un ambicioso proyecto estatal bautizado como Saudi Vision 2030, Arabia Saudí no solo está detrás de reducir su dependencia del petróleo, sino también de mejorar su posicionamiento al mundo y, en cierto modo, exportar un estilo de vida donde van a convivir dátiles con megaconstrucciones como Neom (una ciudad edificada de cero), un macrocomplejo turístico como Qiddiya o inversiones inmobiliarias multimillonarias como Red Sea Global. Abrirse al mundo a base de dátiles Plantación de dátiles en Al-Ghat. ©Bateel International. Su nombre es Bateel International LLC y aunque oficialmente la sede está en Dubái, la propiedad está dividida en dos grandes grupos: L Catterton Asia, un fondo de inversión operado por el grupo LVMH, y la familia Al Sudairy, fundadora de la marca en el año 1991 y titulares del 80% de la empresa. Son, además, propietarios de las plantaciones en el noroeste del país, a unos 230 kilómetros de Riad, capital saudí, extendiéndose por una serie de oasis en Al-Ghat en los que se contabilizan más de 100.000 palmeras datileras, fruto de una empresa que dio sus primeros pasos en el año 1932. Una palmera datilera. ©Bateel International. Aquellos primeros años comenzaron de la mano de Abdulrahman Al Sudairi, cuya hermana Hussa bint Ahmed Al Sudairi fue una de las esposas del rey Abdulaziz (creador del estado árabe moderno) y madre de varios reyes de Arabia Saudí, incluido el actual Salmán bin Abdulaziz. Aunque oficialmente la casa real saudí no tiene ningún tipo de relación comercial o contractual con Bateel. Sin embargo, la eclosión sería en el año 1991. Y, mucho más tarde, los Al Sudairy se dieron cuenta del poder que tenían entre manos con estos dátiles gourmet que permitían ser el timbre perfecto con el que abrir las puertas al estilo de vida árabe. El savoir faire francés La tienda Bateel en el centro comercial Al Rashid Mall Al Khobar. ©Bateel International. Por eso, entre otras razones, el grupo LVMH entró en la propiedad (en 2014), aportando su saber hacer en la creación de marcas de lujo y el que daría pie a la expansión de Café Bateel, una serie de cafeterías de alto standing más allá de la península arábiga, donde ya había varios de estos establecimientos. Más cercanos a las tiendas de lujo que a una simple confitería, los establecimientos de Bateel tienen ese aura de joyería gastronómica en la que cada detalle se cuida. Ahora el compromiso se refuerza, aunque hubo rumores de que LVMH estaba interesado en vender su accionariado en Bateel y que, incluso había recibido ofertas de Public Investment Fund (el fondo de inversión que depende directamente de la monarquía saudí) para adquirir su parte ninguno se llegó a concretar. Lo que sí se ha concretado es la llegada a Bateel International LLC de Nurtac Afridi como CEO, tras un exitoso paso por la chocolatera belga Godiva, y que reemplazó en 2024 al veteranísimo Ata Atmar, siendo elegida directamente por Ziad Al-Sudairy, fundador y presidente de la compañía. "Es un proyecto centrado en la calidad, no en el coste", explicaba Al-Sudairy en una entrevista publicitada por la propia empresa, donde además advertía del éxito de Bateel que se expande, aún hoy centrado en países de mayoría musulmana, con cafés y tiendas donde vender sus dátiles. Dátiles saudíes que lleguen a Corea y a EEUU El aspecto de las tiendas está más próximo a las tiendas de lujo que a confiterías o pastelerías. ©Bateel International. El fichaje de Afridi apunta en esa línea, impulsando el crecimiento de la marca Bateel desde los 200 locales que hoy hay hasta una globalización de más de 500 establecimientos que pueda ir desde Nueva York a Seúl con un mensaje: el del snack saludable. Para ello, además, el dátil tiene que evolucionar. Bateel ya tiene la materia prima y no va a regatear la calidad en relación al coste, pero sí a llevarlo a un punto por encima más allá del alimento beduino que

Puede que, aparentemente, no haya una relación muy directa entre un dátil saudí y el conglomerado francés de firmas de lujo Louis Vuitton Moët Hennesy (LVMH), pero están más cerca que nunca.
Concienciado Arabia Saudí con no quedarse atrás en cuanto a proyección internacional, el país gobernado por Salmán bin Abdulaziz desde 2015 no quiere perder la estela de visibilización en la que algunos de sus vecinos llevan varios cuerpos de ventaja ante el gran gigante de la península arábiga.
Estados y emiratos con un menor peso histórico y menos población han sabido jugar esa baza, posicionándose bien como destino turístico al alza o bien como referente cultural y deportivo. Dubái o Catar tomaron así una iniciativa con grandes eventos a los que Arabia Saudí quizá llega más tarde, pero con la fuerza de un ciclón.
Y aquí es donde el dátil entra en acción. Inmerso en un ambicioso proyecto estatal bautizado como Saudi Vision 2030, Arabia Saudí no solo está detrás de reducir su dependencia del petróleo, sino también de mejorar su posicionamiento al mundo y, en cierto modo, exportar un estilo de vida donde van a convivir dátiles con megaconstrucciones como Neom (una ciudad edificada de cero), un macrocomplejo turístico como Qiddiya o inversiones inmobiliarias multimillonarias como Red Sea Global.
Abrirse al mundo a base de dátiles

Su nombre es Bateel International LLC y aunque oficialmente la sede está en Dubái, la propiedad está dividida en dos grandes grupos: L Catterton Asia, un fondo de inversión operado por el grupo LVMH, y la familia Al Sudairy, fundadora de la marca en el año 1991 y titulares del 80% de la empresa.
Son, además, propietarios de las plantaciones en el noroeste del país, a unos 230 kilómetros de Riad, capital saudí, extendiéndose por una serie de oasis en Al-Ghat en los que se contabilizan más de 100.000 palmeras datileras, fruto de una empresa que dio sus primeros pasos en el año 1932.

Aquellos primeros años comenzaron de la mano de Abdulrahman Al Sudairi, cuya hermana Hussa bint Ahmed Al Sudairi fue una de las esposas del rey Abdulaziz (creador del estado árabe moderno) y madre de varios reyes de Arabia Saudí, incluido el actual Salmán bin Abdulaziz. Aunque oficialmente la casa real saudí no tiene ningún tipo de relación comercial o contractual con Bateel.
Sin embargo, la eclosión sería en el año 1991. Y, mucho más tarde, los Al Sudairy se dieron cuenta del poder que tenían entre manos con estos dátiles gourmet que permitían ser el timbre perfecto con el que abrir las puertas al estilo de vida árabe.
El savoir faire francés

Por eso, entre otras razones, el grupo LVMH entró en la propiedad (en 2014), aportando su saber hacer en la creación de marcas de lujo y el que daría pie a la expansión de Café Bateel, una serie de cafeterías de alto standing más allá de la península arábiga, donde ya había varios de estos establecimientos.
Más cercanos a las tiendas de lujo que a una simple confitería, los establecimientos de Bateel tienen ese aura de joyería gastronómica en la que cada detalle se cuida.
Ahora el compromiso se refuerza, aunque hubo rumores de que LVMH estaba interesado en vender su accionariado en Bateel y que, incluso había recibido ofertas de Public Investment Fund (el fondo de inversión que depende directamente de la monarquía saudí) para adquirir su parte ninguno se llegó a concretar.
Lo que sí se ha concretado es la llegada a Bateel International LLC de Nurtac Afridi como CEO, tras un exitoso paso por la chocolatera belga Godiva, y que reemplazó en 2024 al veteranísimo Ata Atmar, siendo elegida directamente por Ziad Al-Sudairy, fundador y presidente de la compañía.
"Es un proyecto centrado en la calidad, no en el coste", explicaba Al-Sudairy en una entrevista publicitada por la propia empresa, donde además advertía del éxito de Bateel que se expande, aún hoy centrado en países de mayoría musulmana, con cafés y tiendas donde vender sus dátiles.
Dátiles saudíes que lleguen a Corea y a EEUU

El fichaje de Afridi apunta en esa línea, impulsando el crecimiento de la marca Bateel desde los 200 locales que hoy hay hasta una globalización de más de 500 establecimientos que pueda ir desde Nueva York a Seúl con un mensaje: el del snack saludable.
Para ello, además, el dátil tiene que evolucionar. Bateel ya tiene la materia prima y no va a regatear la calidad en relación al coste, pero sí a llevarlo a un punto por encima más allá del alimento beduino que siempre fue.
Con el reflejo del brillante éxito del chocolate Dubái, Bateel es consciente de que el dátil puede ir mucho más allá situándose en una mesa de lujo de la que ya va siendo partícipe, uniendo sus dátiles a chocolate, frutos secos y, sobre todo, dando una vuelta de tuerca a la presentación, ofreciendo sus dátiles casi en auténticos cofres e, incluso, mutándolo en regalo de San Valentín en sustitución de los clásicos bombones.
El reto: calidad frente a cantidad

El más allá, sobre todo, implica prestigiar al producto. Arabia Saudí es el segundo máximo productor de dátil del mundo, con algo más de 1,1 millones de toneladas y muy por detrás de Egipto, que lidera la tabla con 1,7 millones de toneladas en la que solo encontramos países de Oriente Medio y árabes en el top ten.
La idea, no obstante, no es que Bateel llegue a todas partes, sino a todos los mercados del lujo. Para eso están las 100.000 palmeras datileras que los Al-Sudairy tienen en el norte de Arabia Saudí, que exigen polinizaciones manuales, que Afridi prevé multiplicar por tres para cubrir la demanda y expansión internacional de Bateel se plantea con el objetivo de 2029.
Un reto con un espejo, el del chocolate Dubái, y desde un país que pretende abrirse al mundo y convertir al eterno alimento del beduino en un producto destinado a las élites, vestido de una pátina de savoir faire occidental.
Imágenes | Bateel International
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La noticia
El dátil de Arabia Saudí quiere ser el nuevo chocolate Dubái: de alimento de beduinos a capricho de ricos
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Directo al Paladar
por
Jaime de las Heras
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