El cónclave y la fumata blanca: así es el proceso para elegir al nuevo papa tras la muerte de Francisco 

Tras la muerte de Francisco comienza el ritual del cónclave que decidirá el nombre del nuevo pontífice.

Abr 21, 2025 - 12:56
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El cónclave y la fumata blanca: así es el proceso para elegir al nuevo papa tras la muerte de Francisco 
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El cónclave para elegir el nuevo papa se celebra después de la muerte del pontífice. En el proceso, los cardenales menores de 80 años, reunidos en la Capilla Sixtina del Vaticano, votan secretamente para elegir al sucesor del Papa. Cada cardenal escribe en una papeleta el nombre de su candidato y la deposita en una urna. Para ser elegido, un candidato necesita obtener una mayoría de dos tercios de los votos. 

  • Contexto. El papa Francisco ha fallecido este lunes a los 88 años, según ha informado el Vaticano. Tras 12 años al frente de la Santa Sede, Jorge Mario Bergoglio (su nombre secular) ha fallecido después de haber salido del hospital tras varias semanas ingresado por una bronquitis

Detalles del proceso en el cónclave. En 1996, Juan Pablo II promulgó una nueva constitución apostólica, Universi Dominici Gregis, que con dos modificaciones introducidas por Benedicto XVI en 2007 y 2013, es la norma que rige este ritual. 

Convocatoria. Al menos 15 días después de la confirmación de la muerte del papa, se celebra una ceremonia presidida por el Decano del Colegio de Cardenales para constituir el  nuevo cónclave. No obstante, según una disposición añadida por Benedicto XVI en 2013, el inicio del cónclave se puede adelantar si ya han llegado a Roma todos los participantes. 

  • El cónclave no deberá superar los 120 cardenales electores, procedentes “de todas las partes de la tierra y de las más variadas culturas”, según la norma, y todos ellos deberán de ser menores de 80 años en el día del fallecimiento del máximo pontífice.

Encierro. Los cardenales se alojan en la residencia Santa Marta, dentro del Vaticano, que Juan Pablo II construyó para este fin. Desde allí van y vienen a la Capilla Sixtina, donde tienen lugar las votaciones. 

  • Antes de entrar en la Capilla Sixtina, los cardenales juran guardar secreto absoluto sobre todo lo que ocurra en el cónclave.

Votación. Se realizan votaciones secretas donde cada cardenal escribe el nombre de su candidato en una papeleta. Posteriormente, la lleva al altar, delante del que están los Escrutadores —encargados de contar los votos— y la depositan sobre una urna cubierta por un plato para recoger las papeletas.

  • Tras la votación, las papeletas se recogen y se cuentan para comprobar que están las mismas que cardenales presentes. Estas se leen una por una mientras se dice el nombre de cada candidato en voz alta y son cosidas con una aguja para ser conservadas con más seguridad.

Mayoría de dos tercios. Para que el procedimiento electoral sea considerado válido, el candidato necesitará una mayoría de dos tercios para ser elegido como nuevo sumo pontífice. 

Sin nuevo papa. En el caso de que ningún candidato alcance los apoyos necesarios, se quemarán las papeletas con productos químicos para que el humo salga negro y se realizarán varias rondas de votaciones adicionales.

Siete escrutinios. Las votaciones se realizan por bloques. El primer día solo se vota por la tarde, y a partir de entonces, se vota dos veces por la mañana y otras dos por la tarde. Si al tercer día no hay “fumata blanca”, se hace un descanso de un día para rezar y reflexionar. Entonces se celebran hasta tres series de siete escrutinios, con una pausa entre cada serie, hasta alcanzar el consenso necesario.

  • En previsión de un cónclave largo y dificultades para decidir, la constitución apostólica establece que al concluir sin éxito esas series de siete escrutinios, se pasará a elegir solo entre los dos candidatos más votados previamente que, además, no pueden votar.

Fumata blanca. Una vez alcanzado un veredicto y elegido el nuevo papa, el candidato deberá aceptar el cargo y se le preguntará por el nombre con el que quiere ser conocido durante su mandato. Entonces se anunciará la elección del nuevo papa a través del humo blanco.

  • Posteriormente, el cardenal protodiácono —el más antiguo de la orden— se encargará de salir al balcón y anunciar la conocida frase en latín «Habemus papam”.