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Cambiar todo para no cambiar nada
Salvador Rueda no es arquitecto, pero eso no le impide pensar como uno, o quizás mejor aún: pensar como un urbanista que no está atrapado por la tradición disciplinaria. Su contribución a la arquitectura no pasa por levantar edificios, sino por redefinir el campo de juego donde se levantan, se […]
Salvador Rueda no es arquitecto, pero eso no le impide pensar como uno, o quizás mejor aún: pensar como un urbanista que no está atrapado por la tradición disciplinaria. Su contribución a la arquitectura no pasa por levantar edificios, sino por redefinir el campo de juego donde se levantan, se […]