A dedo, buscando señales o por votación 'divina': así eligen las principales religiones a sus líderes

Las figuras centrales en las religiones, al modo del Papa o el Dalái Lama, no son la norma en otros credos; en el Islam, el Hinduismo, el Judaísmo o ramas cristianas como el protestantismo los líderes ejercen sobre sus congregaciones y son elegidos (o designados) por diferentes métodos¿Quiénes elegirán al nuevo Papa? Estos son los 133 cardenales que votarán en el cónclave La figura del Papa es una rareza. Pocas religiones, al menos entre las mayoritarias del mundo, tienen un personaje que, como el pontífice, mande sobre toda la comunidad de creyentes. Ni siquiera las otras ramas del cristianismo (protestantes y ortodoxos son las dos principales) responden a este modelo. Solo el Budismo tiene también un responsable máximo, el Dalái Lama; el Islam o el Hinduismo funcionan más como una suma de diferentes tradiciones y prácticas religiosas en las que el liderazgo se ejerce habitualmente a nivel local por los imames o los gurús, encargados de mantener la tradición. Un rol similar al que juegan los rabinos en el judaísmo, aunque en este caso la religión es más unitaria. La elección o designación de estos líderes varía según la religión o incluso –dentro de una misma– entre las diferentes corrientes. Desde la búsqueda de la reencarnación del Dalái Lama hasta la designación de los gurús o las votaciones guiadas por la sabiduría del espíritu santo de los cardenales católicos, diversos métodos conviven en los centros de culto. Cristianismo Agrupadas bajo el paraguas común de Jesús de Nazaret, las diferentes ramas cristianas tienen a su vez diversos modelos de liderazgo. El Papa de Roma ejerce sobre los católicos y es vox pópuli estos días que su elección la realizan 135 cardenales (a quienes nombran los propios pontífices) por una mayoría de dos tercios, una elección guiada, dice la tradición, por inspiración divina. Es la única rama cristiana que tiene un líder máximo tan marcado. Los protestantes, muy diversos, niegan el primado de San Pedro, por lo que rechazan a sus sucesores al frente del obispado de Roma. A su vez, esta rama tiene distintos modelos. En las iglesias de carácter nacional, como el anglicanismo, el jefe supremo de la religión es el Rey, mientras el Arzobispo de Canterbury es primado de la Iglesia de Inglaterra y líder espiritual: se le considera primus inter pares, de manera que ejerce una posición más simbólica y nominal. Los ortodoxos, la otra gran corriente del cristianismo, tampoco tienen un líder global. El único cabeza de la Iglesia, sostienen, es Jesucristo. A nivel local, los líderes de las 14 iglesias autocéfalas (autogobernadas) son los patriarcas y metropolitanos, que se consideran iguales y respetan a su vez al Patriarca de Constantinopla, considerado sucesor del apóstol Andrés como el Papa lo es de San Pedro, y ostenta el título –otra vez– de primus inter pares, de carácter meramente simbólico. La función principal del Patriarca de Constantinopla (Bartolomé I es el actual) como líder simbólico honorífico era presidir los concilios ecuménicos y ejerce de alguna manera de portavoz de la iglesia, pero no tiene poder sobre el resto de congregaciones. Los patriarcas regionales se eligen por votación, algo similar al Papa, aunque como sucedió en el caso de la elección del jefe de la iglesia ortodoxa rusa en 2009, un concilio previo puede seleccionar candidatos. El patriarca de Constantinopla es también elegido por el Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico, un organismo formado por obispos. Bartolomé fue designado por unanimidad en 1991. Islam Una religión con unos 1.800 millones de personas que tampoco tiene un líder máximo, aunque algunas de sus ramas sí. “La elección de líderes religiosos en el Islam puede variar considerablemente dependiendo del país, movimiento religioso o ideológico”, explica Adil Mohamed Hachmi, responsable de relaciones públicas de la Liga mundo islámico en España. Los sunitas son el grupo mayoritario, al que pertenecen el 90% de los musulmanes, y sus líderes se conocen como imames. “A menudo son elegidos por la comunidad o la congregación. No hay un proceso formalizado a nivel global, y la elección puede depender de la educación tradicional del conocimiento o memorización del Sagrado Corán y la tradición islámica, o los estudios académicos universitarios de las diferentes grandes universidades islámicas del mundo, como la universidad del Al- Azhar en Egipto, la Universidad Islámica de Medina, la universidad Umm Al Qura, de Arabia Saudi, u otros lugares destacados en Marruecos, Mauritania, Túnez, Turquía, Pakistán, India, Malasia, Indonesia, etc”, elabora Mohamed Hachmi. También puede influir el respeto, los modales o la confianza que inspire en la comunidad, zona o país. En el Islam chiíta los ayatolás son clérigos expertos en la ley islámica (sharia), con derecho a interpretarla, enseñarla y promulgar sus opiniones doctrinales (fatuas). Por encima de ellos

May 8, 2025 - 06:54
 0
A dedo, buscando señales o por votación 'divina': así eligen las principales religiones a sus líderes

A dedo, buscando señales o por votación 'divina': así eligen las principales religiones a sus líderes

Las figuras centrales en las religiones, al modo del Papa o el Dalái Lama, no son la norma en otros credos; en el Islam, el Hinduismo, el Judaísmo o ramas cristianas como el protestantismo los líderes ejercen sobre sus congregaciones y son elegidos (o designados) por diferentes métodos

¿Quiénes elegirán al nuevo Papa? Estos son los 133 cardenales que votarán en el cónclave

La figura del Papa es una rareza. Pocas religiones, al menos entre las mayoritarias del mundo, tienen un personaje que, como el pontífice, mande sobre toda la comunidad de creyentes. Ni siquiera las otras ramas del cristianismo (protestantes y ortodoxos son las dos principales) responden a este modelo. Solo el Budismo tiene también un responsable máximo, el Dalái Lama; el Islam o el Hinduismo funcionan más como una suma de diferentes tradiciones y prácticas religiosas en las que el liderazgo se ejerce habitualmente a nivel local por los imames o los gurús, encargados de mantener la tradición. Un rol similar al que juegan los rabinos en el judaísmo, aunque en este caso la religión es más unitaria.

La elección o designación de estos líderes varía según la religión o incluso –dentro de una misma– entre las diferentes corrientes. Desde la búsqueda de la reencarnación del Dalái Lama hasta la designación de los gurús o las votaciones guiadas por la sabiduría del espíritu santo de los cardenales católicos, diversos métodos conviven en los centros de culto.

Cristianismo

Agrupadas bajo el paraguas común de Jesús de Nazaret, las diferentes ramas cristianas tienen a su vez diversos modelos de liderazgo. El Papa de Roma ejerce sobre los católicos y es vox pópuli estos días que su elección la realizan 135 cardenales (a quienes nombran los propios pontífices) por una mayoría de dos tercios, una elección guiada, dice la tradición, por inspiración divina. Es la única rama cristiana que tiene un líder máximo tan marcado.

Los protestantes, muy diversos, niegan el primado de San Pedro, por lo que rechazan a sus sucesores al frente del obispado de Roma. A su vez, esta rama tiene distintos modelos. En las iglesias de carácter nacional, como el anglicanismo, el jefe supremo de la religión es el Rey, mientras el Arzobispo de Canterbury es primado de la Iglesia de Inglaterra y líder espiritual: se le considera primus inter pares, de manera que ejerce una posición más simbólica y nominal.

Los ortodoxos, la otra gran corriente del cristianismo, tampoco tienen un líder global. El único cabeza de la Iglesia, sostienen, es Jesucristo. A nivel local, los líderes de las 14 iglesias autocéfalas (autogobernadas) son los patriarcas y metropolitanos, que se consideran iguales y respetan a su vez al Patriarca de Constantinopla, considerado sucesor del apóstol Andrés como el Papa lo es de San Pedro, y ostenta el título –otra vez– de primus inter pares, de carácter meramente simbólico. La función principal del Patriarca de Constantinopla (Bartolomé I es el actual) como líder simbólico honorífico era presidir los concilios ecuménicos y ejerce de alguna manera de portavoz de la iglesia, pero no tiene poder sobre el resto de congregaciones.

Los patriarcas regionales se eligen por votación, algo similar al Papa, aunque como sucedió en el caso de la elección del jefe de la iglesia ortodoxa rusa en 2009, un concilio previo puede seleccionar candidatos. El patriarca de Constantinopla es también elegido por el Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico, un organismo formado por obispos. Bartolomé fue designado por unanimidad en 1991.

Islam

Una religión con unos 1.800 millones de personas que tampoco tiene un líder máximo, aunque algunas de sus ramas sí. “La elección de líderes religiosos en el Islam puede variar considerablemente dependiendo del país, movimiento religioso o ideológico”, explica Adil Mohamed Hachmi, responsable de relaciones públicas de la Liga mundo islámico en España.

Los sunitas son el grupo mayoritario, al que pertenecen el 90% de los musulmanes, y sus líderes se conocen como imames. “A menudo son elegidos por la comunidad o la congregación. No hay un proceso formalizado a nivel global, y la elección puede depender de la educación tradicional del conocimiento o memorización del Sagrado Corán y la tradición islámica, o los estudios académicos universitarios de las diferentes grandes universidades islámicas del mundo, como la universidad del Al- Azhar en Egipto, la Universidad Islámica de Medina, la universidad Umm Al Qura, de Arabia Saudi, u otros lugares destacados en Marruecos, Mauritania, Túnez, Turquía, Pakistán, India, Malasia, Indonesia, etc”, elabora Mohamed Hachmi. También puede influir el respeto, los modales o la confianza que inspire en la comunidad, zona o país.

En el Islam chiíta los ayatolás son clérigos expertos en la ley islámica (sharia), con derecho a interpretarla, enseñarla y promulgar sus opiniones doctrinales (fatuas). Por encima de ellos están los gran ayatolás (mayari). Como explica Adil Mohamed Hachmi, estos líderes religiosos chiítas se asocian principalmente con la República Islámica de Irán, aunque también pueden aparecer en las comunidades de países como Irak, Líbano, Bahréin y Yemen.

En algunas comunidades, los líderes son elegidos a través de consejos o seminarios, donde se discuten y seleccionan a los candidatos adecuados basándose en su formación religiosa y su capacidad para guiar a la comunidad.

Según la zona, los líderes religiosos pueden ser influenciados también por factores políticos y culturales, lo que puede afectar cómo son elegidos y reconocidos por la comunidad.

Por último, el imam explica que también se da en ocasiones la “contratación por organismos, instituciones oficiales, gubernamentales o no, como la Muslim World League, o ministerios islámicos de países como Arabia Saudí, Egipto, Marruecos, Turquía, Catar, Emiratos Árabes, Irán, Malasia, los países de los Balcanes, Rusia o movimientos como los hermanos musulmanes, tabligh y dawa, justicia y caridad o desarrollo, etc”.

Hinduismo

Originaria del subcontinente indio, la tercera religión con más fieles del mundo (1.300 millones de personas) no es un credo unitario, al menos no como puede entenderse que lo es el cristianismo católico. El hinduismo lo conforman un conjunto heterogéneo de prácticas tradicionales – no existe una institución central que lo regule– y su influencia va más allá de la mera religión hasta considerarse una filosofía de vida que incluye la oración, la meditación y peregrinajes.

“El liderazgo en el hinduismo no está centralizado ni regulado por una única institución. En lugar de una autoridad suprema o jerarquía piramidal, el hinduismo se organiza en torno a una multiplicidad de tradiciones (sampradayas), linajes espirituales (paramparas), escuelas filosóficas y comunidades devocionales (bhakti), cada una con sus propios sistemas de liderazgo”, explica Juan Carlos Ramchandani (Krishna Kripa Dasa), sacerdote hindú (puróhita) y presidente de la Federación Hindú de España.

“En la mayoría de las corrientes, el liderazgo espiritual está encarnado en la figura del guru o acharya, un maestro que guía a los discípulos en su camino espiritual. Su autoridad no proviene de una institución central, sino de su sabiduría, experiencia espiritual, y del reconocimiento por parte de su comunidad o linaje”, continúa. “Un guru puede ser tanto un renunciante (sannyasi) como un casado (grihastha) con profundo conocimiento de las escrituras y la práctica espiritual”.

El rol fundamental de sus líderes es el de guía espiritual (gurú significa literalmente “el que disipa la oscuridad”), explica el sacerdote hindú, “modelos vivientes del dharma” (la conducta justa, ética y espiritual que sostiene el orden del universo y la vida humana), y en muchas tradiciones también tiene entre sus funciones preservar y transmitir un linaje espiritual específico (doctrinas, rituales, prácticas de meditación y enseñanzas éticas).

La diversidad de tradiciones tiene su reflejo en las diferentes maneras que estas tienen de elegir a sus líderes. Los métodos más habituales son la designación directa por el maestro anterior, el reconocimiento espontáneo por parte de la comunidad ante ciertas cualidades excepcionales, la herencia familiar o, en algunos casos, una serie de reglas más formales, como pueden ser un consejo de monjes o unos estatutos que determinen quién puede asumir el liderazgo.

Budismo

Los seguidores de Buda Gautama sí tienen una figura central que vela por la comunidad. Dalái Lama es el título que obtiene el dirigente de la Administración Central Tibetana y el líder espiritual del lamaísmo o budismo tibetano, y se consideran encarnaciones de Buda Avalokiteshvara, el buda de la compasión. Así, son elegidos desde muy pequeños; el actual Dalái Lama, el número 14, fue designado cuando tenía tres años. Según esta escuela de pensamiento, realmente el Dalái Lama no se elige, se encuentra, en una búsqueda que llevan a cabo los lamas y altos dirigentes del gobierno tibetano tras la muerte de su líder máximo.

Basados en las ideas de la reencarnación y el valor de la mente humana como fuente de todas las cosas, los budistas tienen como meta conseguir el control de la energía esencial que anima la existencia. Quienes completan este viaje con éxito son los llamados bodhisattvas, y entre ellos destacan los tulkus, que han trascendido la influencia del karma y controlan el tiempo y lugar de sus futuros nacimientos. El Dalái lama sería uno de ellos.

¿Cómo es localizada la nueva encarnación de Buda Avalokiteshvara cuando fallece el Dalái Lama? El propio interesado lo explica en su web. “Cuando me vaya acercando a los noventa años [sucederá este 2025], consultaré a los grandes Lamas de las tradiciones budistas tibetanas, al público tibetano y a otras personas interesadas (...) y volveré a considerar si la institución del Dalái Lama debe continuar o no. En ese momento, se tomará una decisión. Si se decide que debe continuar la reencarnación del Dalái Lama y si es necesario reconocer al Decimoquinto Dalái Lama, la responsabilidad recaerá principalmente sobre los funcionarios pertinentes de la fundación Gaden Phodrang Trust del Dalái Lama. Deberán consultar a los jefes de las tradiciones budistas tibetanas y a los Protectores jurados del Dharma que están inseparablemente vinculados con el linaje de los Dalái Lamas. Deberán dejarse aconsejar y guiar por estas personas y deberán aplicar los procedimientos de búsqueda y reconocimiento de acuerdo con la tradición. Dejaré instrucciones muy claras por escrito”, anuncia.

Entre los budistas hay una cierta inquietud en los últimos años porque el Partido Comunista Chino está maniobrando para inmiscuirse en la designación del nuevo Dalái Lama cuando llegue el momento, y ha establecido un sistema por el que el nuevo líder debe ser reconocido por el partido en un juego que mezcla geopolítica y religión. Pero los budistas recuerdan que “el renacimiento” es una opción del Dalái Lama, que puede elegir si la lleva a cabo o no y en su caso dónde. “Tengan bien presente que si la reencarnación no es reconocida por estos métodos legítimos”, advierte el Dálai Lama en su web, “no deberán reconocer ni aceptar a ningún candidato escogido con fines políticos, sea quien que sea, ni siquiera a los que nazcan en la República Popular de China”.

Judaísmo

Los rabinos son los líderes principales en el judaísmo, una de las religiones monoteístas más antiguas del mundo, que también adolece de un representante máximo. Los rabinos son considerados maestros expertos en la ley judía (Halajáh) y en la interpretación de la Torá (Midrásh) y tienen autoridad en su comunidad. Entre sus principales funciones está el estudio y divulgación del conocimiento religioso, el asesoramiento pastoral, dirigir los servicios de oración o celebrar los acontecimientos de la vida, como los matrimonios, las circuncisiones o los funerales. El término se aplica también al jefe espiritual de una sinagoga.

La forma en que se eligen los rabinos varía según la comunidad. Con carácter general, el proceso de ordenación (semikha) implica la instrucción y estudio de textos religiosos judíos, y la posterior ordenación por otro rabino reconocido. En ocasiones, el rabino es elegido por la comunidad a través de un proceso de votación o consulta.

En Israel, el Gran Rabinato está reconocido en la legislación como la autoridad suprema rabínica y espiritual para el judaísmo y tiene autoridad legal y administrativa para tratar temas religiosos para los judíos del país. El rabinato principal de Israel tiene dos rabinos mayores: uno asquenazí y uno sefardí, quienes son elegidos para periodos de diez años (el actual rabino asquenazí es Kalman Ber y el sefardí es David Yosef, ambos electos desde 2024). Estos se eligen por medio de un órgano electoral compuesto actualmente por 140 personas entre rabinos y figuras públicas.

Este sitio utiliza cookies. Al continuar navegando por el sitio, usted acepta nuestro uso de cookies.