Yo soy vuestra venganza
Rusia y China son las dos potencias mundiales con capacidad para alterar el orden social y económico del planeta. El Estado por encima del individuo, la mentira sobre la libertad de expresión, perpetuarse en el poder a costa de todo y de todos, desgastando las democracias y favoreciendo a los partidos ultras occidentales, lacayos estos... Leer más La entrada Yo soy vuestra venganza aparece primero en Zenda.

Andrea Rizzi presenta en este ensayo, La era de la revancha, un sabio análisis de la realidad geopolítica mundial que, basado en la revancha, no augura grandes logros para mejorar el entendimiento entre países.
Fraguado en el descontento y desarraigo de las clases trabajadoras con bajo poder adquisitivo y pocos estudios, se forja un discurso nacionalista, antiinmigración, xenófobo y de fácil protesta que fomenta la duda en las instituciones públicas, el descontento con el poder o las clases altas. Erosionar la calidad de la convivencia en regímenes democráticos a costa de los derechos humanos es sencillo si te alías con la mentira, la desinformación y el discurso populista que afianza los temores irracionales y el sentimiento de ira por la injusticia.
Como Rizzi propone, debería imponerse la racionalidad, el espíritu crítico, el diálogo y el pragmatismo frente al imperialismo, autoritarismo, populismo, mesianismo o nihilismo. La avidez de poder, representada en la loba de La Divina Comedia, es la mejor metáfora para comprender el ansia de Putin o Xin para agrandar su poder, que sumado a la soberbia estadounidense formó un peligroso y dispar cóctel político.
El llamado “siglo de la humillación” en China y el colonialismo ruso sustentan sus alianzas. Si a ello sumamos la política que cala en los instintos irracionales, las consecuencias serán enormemente perjudiciales para las clases trabajadoras votantes de Trump (burbujas especulativas, monopolios, oligopolios, aumento de la desigualdad e inflación).
El 11 de diciembre de 2001, China entra en la Organización Mundial del Comercio (OMC); al día siguiente, el jefe de la consultora Arthur Andersen dice en el Congreso estadounidense que la quiebra del gigante energético Enron es producto de ilegalidades en su contabilidad, y el 13 de diciembre EEUU se retira del Tratado sobre Misiles Antibalísticos. Estos tres hechos revuelven viejos miedos y mueven las balanzas mundiales en favor de China y Rusia.
El auge en 2002 de Jean-Marie Le Pen fue la antesala al triunfo de Trump, Bolsonaro o Milei, así como el ascenso de la ultraderecha en toda Europa: Orban (Hungría), Meloni (Italia), Kickl (Austria), Simion (Rumanía), Weidel (Alemania), Pellegrini (Eslovaquia).
En 2005, Francia y Países Bajos votan no en referéndum a la Constitución europea: 2008, invasión de Georgia; 2014, invasión de Ucrania; 2015, la ola de refugiados sirios; 2016, Brexit; 2020, pandemia; y 2022, invasión masiva de Ucrania. Todo ello, unido a la crisis de 2008 y la imposición alemana de políticas de austeridad, convirtieron a Europa en un territorio donde la vida de los hijos iba a ser peor que la de sus padres, lo que representa un retroceso social de casi un siglo y aumenta el malestar del que se nutren las políticas nacionalpopulistas.
Ante este panorama, la Unión Europea solo puede perdurar si acepta su debilidad y pone en marcha un plan de ayuda mutua que nos haga más fuertes para evitar la perdición.
TikTok, controlada por la empresa china ByteDance, es la principal plataforma donde los menores de treinta años buscan la información. El innegable cambio climático castigará más a las clases pobres y reducirá en la Tierra los territorios habitables, lo que producirá un éxodo de población hacia zonas menos cálidas y la inteligencia artificial repercutirá entre un 40 y 60% en el empleo, tanto cualificado como no, aumentando las desigualdades, y la desinformación que alimenta la manipulación sigue creciendo a tenor de una podredumbre moral.
Los abusos de las élites occidentales no justifican los planteamientos nacionalpopulistas. Por ejemplo, China lleva más de una década masacrando impunemente a la etnia de los uigures (campos de internamiento patrocinados por el estado, trabajos forzados, supresión de prácticas religiosas, adoctrinamiento político, malos tratos severos, esterilización, aborto o anticoncepción forzosa).
China amplía su poder comprando empresas tecnológicas extranjeras, aumentado así la influencia exterior con una política que no respeta regla alguna del Derecho internacional o los fallos de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya, y a la que ponen barreras casi todos los países para evitar el contraespionaje.
Y mientras todo acontece, los bloques políticos y económicos del mundo amplían sus alianzas.
La cohesión social que Peter Turchin postula es la esencia para que las sociedades occidentales triunfen sobre las potencias autoritarias; por ello China debe corregir su pirámide poblacional, que se ensancha en los tramos de las personas mayores, y a su vez implementar las políticas sociales. Un dato de este abandono del gobierno chino hacia su población es que el consumo interno es una mínima parte de su PIB. Este consumo marca bien el poder adquisitivo de sus habitantes.
En el otro polo geopolítico está Oriente Próximo, que, como señala Rizzi, marcará un papel esencial en la carga de fuerzas entre Occidente y Oriente. Estas civilizaciones han dado lugar, en la historia, a grandes logros de la humanidad, pero en su cristalización actual son un desafío existencial para los conceptos de democracia y derechos humanos.
La India no tiene ambiente revanchista. Propugnan su papel neutral, beneficiándose de ambos bandos y creciendo a pasos agigantados. Mientras se hacía esta reseña, Apple comunicó que sus componentes fabricados en China pasarían a hacerse en India, y a la par blanquean el gas ruso para ser vendido en Europa. No obstante, si India no se “pierde” en sus luchas étnicas, crecerá sin límite, espoleada por la lucha arancelaria.
Latinoamérica y el Caribe tienen una gran volatilidad política que deja el territorio como un actor secundario en el orden mundial. Presidentes como Milei, Bukele, Daniel Ortega, Maduro o Díaz-Canel, que están en los extremos políticos de los de Uruguay o Costa Rica, hacen de esta parte del mundo otro polvorín que solo necesita más calor para estallar.
El intercambio de bienes entre África y China desde 2001 a 2023 se ha multiplicado por 28, y la erosión democrática en todo el continente es apoyada también por Rusia. En 2024 aún el 8,5% de la población mundial vivía con 2,15 dólares. En este contexto, el devastador impacto del cambio climático amenaza con exacerbar las desigualdades. Ahí hay una bolsa de miseria, de malestar, de posible agitación y resentimiento.
Pese a este devastador análisis, Andrea Rizzi quiere reflejar brotes de esperanza, como el aumento de seis años en la esperanza de vida desde 2001, la duplicidad de las parlamentarias en todo el mundo, la ostensible mejora de la alfabetización o la conciencia de lucha contra la violencia de género, y pone “deberes” para cambiar la representatividad en la ONU o el FMI, reactivar la OMC, asentar el derecho de asilo, responsabilizarse de la contaminación o regular la IA para que la nueva etapa de Trump no sea una hibernación sino un progreso para afianzar los principios de la democracia y la solidaridad.
La hiperdigitalización de la sociedad no puede resecar espacios de vida física, de contacto humano. Como Gramsci propone, se debería reorientar el sentido común en un sentido anticonformista y transformador y que ningún gobernante sea la voz de la venganza.
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Autor: Andrea Rizzi. Título: La era de la revancha. Editorial: Anagrama. Venta: Todos tus libros.
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