Ya no lo oculta: La sorprendente reacción de Isabel Preysler a la muerte de Mario Vargas Llosa ha dejado a todos sin aliento
Cuando el adiós trasciende lo personal. A veces, la muerte de figuras emblemáticas traspasa el umbral de lo íntimo para convertirse en un suceso que sobrecoge a toda la sociedad. No se trata solo de perder a un ser humano, sino a una voz, a una mirada del mundo que dejó huella en generaciones. Eso ... Leer más

Cuando el adiós trasciende lo personal.
A veces, la muerte de figuras emblemáticas traspasa el umbral de lo íntimo para convertirse en un suceso que sobrecoge a toda la sociedad. No se trata solo de perder a un ser humano, sino a una voz, a una mirada del mundo que dejó huella en generaciones. Eso ha ocurrido con el fallecimiento de Mario Vargas Llosa, uno de los últimos gigantes de la literatura en lengua española.
El escritor hispanoperuano murió a los 89 años en su casa de Lima, donde residía desde 2022. La noticia ha sido confirmada por su familia mediante un comunicado que no ha revelado la causa exacta del deceso, aunque sí ha adelantado que no habrá ninguna ceremonia pública en su honor. “Con profundo dolor, hacemos público que nuestro padre, Mario Vargas Llosa, ha fallecido hoy en Lima, rodeado de su familia y en paz», escribió su hijo Álvaro Vargas Llosa en la red social X.
El mensaje, también replicado por su hija Morgana, destaca que Vargas Llosa murió en calma, acompañado por los suyos. “Su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores alrededor del mundo, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja detrás suyo una obra que lo sobrevivirá”, se lee en el emotivo comunicado. La familia ha pedido privacidad y ha confirmado que sus restos serán incinerados, como él mismo dispuso.
Vuelta a los orígenes.
Desde que regresó a Perú en 2022, Vargas Llosa recuperó una rutina ligada a su ciudad natal y a su historia. Volvió a residir en su apartamento del distrito limeño de Barranco, frente al Pacífico, y retomó su vínculo con Patricia Llosa, con quien compartió los últimos años. Fue también entonces cuando hizo visitas simbólicas a lugares esenciales de su vida y obra, como el local donde estaba instalado el bar ‘La Catedral’, escenario de su novela más introspectiva.
Durante esos meses, las imágenes compartidas por su hijo Álvaro lo mostraban frágil pero animado, con la dignidad serena de quien ha vivido intensamente. Una de esas fotos lo captó frente al colegio militar Leoncio Prado, donde estudió de joven y afianzó su vocación literaria, en contra de la voluntad de su padre. Allí nació la rebeldía narrativa que lo llevaría a escribir La ciudad y los perros y a transformar para siempre la literatura latinoamericana.
Su trayectoria es de una contundencia abrumadora. Desde su debut con La ciudad y los perros en 1963 hasta su consagración con el Premio Nobel de Literatura en 2010, Vargas Llosa retrató con crudeza las estructuras del poder y las contradicciones humanas. Fue, además, el primer escritor de habla española en ser admitido en la Academia Francesa, honor que aceptó evocando a Francia como la tierra que le permitió descubrir “otra América Latina”.
Un hombre, muchas vidas.
Nacido en Arequipa en 1936, fue un autor infatigable, marcado por la disciplina y un deseo ardiente de comprender y contar el mundo. Su vida abarcó muchos ámbitos: la escritura, la política, el periodismo, el teatro. Se atrevió incluso a postularse a la presidencia de Perú en 1990, un intento fallido que no empañó el respeto que le tenían muchos compatriotas.
La suya fue una existencia marcada por logros y premios —Nobel, Cervantes, Príncipe de Asturias— pero también por las sombras personales. La figura de su padre, autoritaria y contraria a su vocación, fue un motor en su obra. Pese a todo, su legado literario es hoy indiscutible, y ha dejado títulos imprescindibles como Lituma en los Andes, La fiesta del Chivo o Conversación en La Catedral.
En sus últimos días, quienes vivían en Barranco lo veían caminar con bastón por las calles de Lima. Una imagen que parecía sacada de una de sus novelas: la del hombre que, tras haber conquistado el mundo con las palabras, vuelve al punto de partida para reconciliarse con sus raíces. Aunque la causa oficial de su muerte no fue revelada por la familia, fue su amigo Enrique Ghersi quien confirmó que una neumonía le arrebató la vida.
Reacciones y silencios.
“Estas enfermedades pueden ser muy complicadas, y lamentablemente se nos ha ido», declaró el jurista Enrique Ghersi en una entrevista reciente. Recordó la última celebración de cumpleaños del escritor, llena de alegría, bromas y familia. Nadie imaginaba que dos semanas después todo terminaría. “Mario y yo tenemos una muy larga amistad… Estuvo muy contento, muy feliz”, expresó con pesar quien fuera también jefe de su campaña presidencial.
Mientras el mundo literario y político lamenta la pérdida, hay silencios que también pesan. Uno de ellos es el de Tamara Falcó, quien ha reaparecido en redes sin hacer alusión al fallecimiento, optando en cambio por felicitar a una amiga. Una reacción que ha generado comentarios, dada su conexión pasada con el escritor a través de su madre, Isabel Preysler.
Desde el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, hasta la Casa Real han expresado su pesar. “El Olimpo de las letras universales le ha abierto sus puertas a Mario Vargas Llosa”, escribieron desde la Corona, acompañando el mensaje con una imagen de los Reyes junto al autor. Pero entre todas las reacciones, la más esperada era quizás la de Isabel Preysler.
Un adiós también sentimental.
Según ha podido saber el medio Tardear, Preysler recibió la noticia de forma inesperada y en estado de shock. Hacía más de dos años que no tenía contacto con quien fue uno de los grandes amores de su vida. “Esta mañana se ha enterado por una persona y se ha quedado en ‘shock'», ha explicado el periodista Álex Álvarez. La relación entre ambos fue intensa y mediática, y terminó marcada por el desgaste y los celos.
Tras la muerte de Miguel Boyer, fue Vargas Llosa quien llenó un nuevo espacio en la vida de la socialité. Su historia juntos ocupó portadas y entrevistas, y ella siempre habló con admiración de su entonces pareja. Aunque la separación fue definitiva, el vínculo que compartieron dejó huella. Su reacción al fallecimiento del autor de La fiesta del Chivo ha sido, por ahora, privada.
Hoy, el mundo se despide no solo del autor de novelas magistrales, sino del hombre que desafió los moldes, buscó siempre la verdad —aunque incomodara— y defendió con pasión su visión del mundo. Mario Vargas Llosa ha muerto, pero su voz sigue resonando entre las páginas que dejó escritas. En ellas, sigue vivo