Val Kilmer rechazó 40 millones de dólares y actuó lesionado en una de las mejores películas de su carrera
Cuando Michael Mann le ofreció trabajar con De Niro y Pacino, el actor no se lo pensó dos veces.

El adiós de Val Kilmer, fallecido a los 65 años víctima de una neumonía, nos hace volver la vista atrás y recordar los mejores títulos de su filmografía. Tras debutar con un clásico de la comedia (Top Secret, 1984), el actor encadenó filmes de culto, grandes blockbusters y filmes de lo más rescatables hasta comienzos del siglo XXI.
Y, entre esa ristra de títulos, brilla con luz propia Heat, el clásico del noir (variedad 'atracos perfectos') dirigido por Michael Mann en 1995. Una película en la que Kilmer estuvo a punto de no participar por varias razones, pero en cuyo rodaje se embarcó sin reparar en sacrificios. Como él mismo decía, la oportunidad de llamar 'Al' y 'Bobby' a Al Pacino y Robert De Niro era demasiado golosa para desperdiciarla.
Un salario bajo y la tendinitis de Jim Morrison
Cuando le llegó la oportunidad de interpretar al ladrón Chris Shiherlis (un papel al que también aspiraba Keanu Reeves), Kilmer no se encontraba en el mejor estado de salud: rodando una escena de The Doors, el actor se había lanzado al público desde el escenario y el especialista de turno no pudo frenar su caída, con lo que se rompió el brazo.
Emular de esta manera los excesos escénicos de Jim Morrison le dejó a Val Kilmer una secuela en forma de tendinitis cálcica en el codo izquierdo. Esta patología le hizo padecer dolor crónico e inflamaciones durante el resto de su vida, así como un llamativo bulto en la articulación que puede verse cada vez que aparece en camiseta.
Para colmo, el actor tuvo que enfrentarse a la oposición de sus propios managers cuando aceptó trabajar en Heat: no era solo que el rodaje de la película se solapase con el de Batman Forever (estrenada también en 1995), sino que Warner estaba dispuesta a cualquier cosa para retenerle en el papel de Bruce Wayne. En opinión de los representantes, Kilmer estaba majara por rechazar aquella oferta de 40 millones de dólares.
El actor, sin embargo, estaba decidido a codearse con los más grandes. De esta manera, rebajó voluntariamente su salario e hizo malabarismos con la agenda para poder compaginar sus vuelos en Gotham City con los manejos criminales en el Los Ángeles de Michael Mann. Como única compensación, pidió que su retrato apareciese junto a los de Pacino y De Niro en el póster de la película.
Tanto sacrificio tuvo sus recompensas. Para empezar, Kilmer pudo sacarle partido al entrenamiento con armas de fuego que le habían dispensado su padre y su abuelo: mientras sus compañeros se las apañaban como podían con el arsenal, él lucía su familiaridad con fusiles, subfusiles y pistolas, llegando a asesorar a los demás actores durante el entrenamiento al que les sometió Mann.
Tras el estreno de Heat, el actor pudo colgarse una medalla bien grande. No solo había aparecido en Batman Forever, la película más vista de 1995 después de Toy Story, sino que también había participado en un filme aclamado por la crítica como uno de los mejores noir de la historia. Y, para colmo, se libró de la avalancha de chascarrillos que cayó sobre su sustituto George Clooney tras el estreno de Batman y Robin.
Como guinda final, Val Kilmer se llevó una satisfacción inesperada al descubrir que sus movimientos en la famosa escena del tiroteo (especialmente su habilidad para recargar su arma) se proyectaban en el entrenamiento de los Marines como ejemplo de eficiencia bajo el fuego enemigo. Pocos criminales de cine se han llevado tanto botín tras un único golpe.
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