Perforan el Gran Agujero Azul y descubren un inquietante secreto de casi 6 mil años
Si pensabas que el Gran Agujero Azul de Belice solo era una maravilla natural para bucear y tomar fotos impresionantes, prepárate para verlo con otros ojos. Este abismo marino de más de 120 metros de profundidad acaba de convertirse en una especie de “máquina del tiempo climática” que reveló un dato brutal: el Caribe está […]

Si pensabas que el Gran Agujero Azul de Belice solo era una maravilla natural para bucear y tomar fotos impresionantes, prepárate para verlo con otros ojos. Este abismo marino de más de 120 metros de profundidad acaba de convertirse en una especie de “máquina del tiempo climática” que reveló un dato brutal: el Caribe está enfrentando más tormentas ahora que en cualquier otro momento de los últimos 5.700 años. ¿La prueba? Un robot submarino descendió hasta el fondo del agujero, perforó la superficie y extrajo un núcleo de sedimentos de 30 metros. Ese cilindro de lodo comprimido se convirtió en un archivo histórico natural que cuenta, capa por capa, la evolución del clima tropical desde tiempos prehistóricos hasta hoy.
Un archivo climático escondido en el Gran Agujero Azul
Situado frente a las costas de Belice, este agujero de más de 120 metros de profundidad es como una cápsula del tiempo submarina. El núcleo sedimentario que sacaron es el registro más largo de ciclones en el Caribe, y cada capa es una página de historia climática. Schmitt explicó que las tormentas dejaron huellas en el sedimento: cuanto más gruesas y claras, más fuertes fueron los huracanes. Los datos muestran un aumento lento pero constante desde hace 5,700 años, pero en los últimos 20 se disparó todo. La frecuencia de tormentas hoy es más alta que en cualquier otro momento de esos seis milenios, y eso no es casualidad: apunta directo al calentamiento de los océanos.
A sediment core from the Great Blue Hole shows the longest continuous record of #TropicalCyclone frequency and a trend of increasing storminess in the southwestern Caribbean over the past 5700 years. https://t.co/XDF1lVIZpg @ScienceAdvances pic.twitter.com/CruXMrz5tn
— Science Magazine (@ScienceMagazine) March 31, 2025
El calentamiento oceánico prende la mecha
¿Por qué tantas tormentas? Simple: el agua caliente es combustible para ciclones. Desde la Revolución Industrial, las emisiones contaminantes han subido la temperatura del mar, y eso hace que las tormentas nazcan más rápido y peguen más duro. Schmitt dice que el océano está más caliente que nunca, y eso no es solo números; en 2024, huracanes como Beryl rompieron récords al volverse Categoría 5 en junio, algo rarísimo. Si sigues el clima en redes, sabrás que el Caribe está en el ojo del huracán, literalmente, y este estudio lo confirma con datos duros.
La Zona de Convergencia se mueve y todo cambia
Otro dato fuerte: la Zona de Convergencia Intertropical, esa franja donde se cocinan los ciclones, se está deslizando al sur. Esto empuja las tormentas a latitudes más bajas, directo al Caribe. Sumale episodios de La Niña más intensos, y tienes una receta para el caos. Los científicos calculan que, si seguimos así, podríamos ver hasta 45 tormentas tropicales y huracanes antes de 2100. Compara eso con el pasado: en siglos anteriores, eran unas pocas por década. Es un salto que no se explica con ciclos naturales ni el Sol, es obra nuestra, y el Gran Agujero Azul lo prueba.
Un futuro con más tormentas en la mira
Imagina un Caribe con tormentas casi cada año: casas inundadas, carreteras colapsadas, cosechas perdidas. El estudio de Science Geology dice que esto no es ciencia ficción, es el rumbo actual. En EE.UU., ya vimos ríos desbordados en 2024 por huracanes como Helene; en Belice y el Caribe, el impacto sería aún más brutal. ¿Qué hacer? Reducir emisiones ya es gran ayuda: cambia a bombillas LED, usa menos el carro, apoya energías limpias. Suena pequeño, pero suma.
La advertencia está en el fondo del mar
El Gran Agujero Azul no es solo un spot para bucear, es un mensajero del pasado con noticias del futuro. Sus 5,700 años de datos gritan que el calentamiento global está acelerando las tormentas, y las últimas dos décadas son la prueba viva. Schmitt lo tiene claro: esto no es natural, es humano. Si no frenamos las emisiones y el calentamiento oceánico, el Caribe podría enfrentar hasta 45 ciclones antes de fin de siglo. Es un llamado a despertarnos: el planeta nos está hablando, y este agujero azul tiene las pruebas.