Un experto en medicina regenerativa desvela el mejor horario para desayunar, comer y cenar si quieres cuidar tu salud
Nuevos estudios científicos avalan la importancia de la crononutrición en la salud. Y esto, traducido, se refiere al efecto que tiene la alimentación sobre el ciclo circadiano y en cómo influye el momento en le que se realizan las ingestas. Lo que se come y cuándo se come interfiere casi de la misma manera para nuestra salud. No hace mucho en nutrición se hablaba de qué se come o de qué manera, sin embargo hace tiempo que los expertos vienen añadiendo la variable del cuándo. Claro, que si se come mal, apaga y vámonos. Pero si no se come bien y además se hace a mala hora, la repercusión para la salud es aún mayor, según varios artículos científicos y la voz de Marcos Mazzuka , experto en medicina regenerativa y salud integrativa, en su visita al podcast Tengo un plan . «Si comemos con los horarios que tenemos en España estamos fatal», apunta el experto, que ahonda en que el «exceso con el que comemos», y sobre todo a la hora en la que lo hacemos, «la mayoría de los alimentos van a quedar rezagados en el colon y se van a pudrir por falta de enzimas». Esto último que dice el doctor viene dado debido a lo que llama «horarios solares enzimáticos», que quiere decir que las enzimas intestinales -proteínas que descomponen los alimentos para que el cuerpo pueda absorber los nutrientes - tienen un horario que va de cinco a ocho de la mañana , posteriormente de once a una y media de la tarde , y concluye de seis de la tarde a las ocho de la noche . «Son los tres horarios solares o enzimáticos», indica Mazzuka. Una investigación reciente liderada por investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universidad de Columbia (EE UU), insiste recientemente en esta tesis al demostrar que consumir más del 45% de la ingesta calórica diaria después de las cinco de la tarde se asocia a un aumento de los niveles de glucosa. El especialista señala que tenemos un problema, pero insiste en que se puede solucionar. «Hay un camino a una vida más limpia». Para ello, recomienda seguir hábitos sencillos y, sobre todo, ser consciente de todo lo que se hace».
Nuevos estudios científicos avalan la importancia de la crononutrición en la salud. Y esto, traducido, se refiere al efecto que tiene la alimentación sobre el ciclo circadiano y en cómo influye el momento en le que se realizan las ingestas. Lo que se come y cuándo se come interfiere casi de la misma manera para nuestra salud. No hace mucho en nutrición se hablaba de qué se come o de qué manera, sin embargo hace tiempo que los expertos vienen añadiendo la variable del cuándo. Claro, que si se come mal, apaga y vámonos. Pero si no se come bien y además se hace a mala hora, la repercusión para la salud es aún mayor, según varios artículos científicos y la voz de Marcos Mazzuka , experto en medicina regenerativa y salud integrativa, en su visita al podcast Tengo un plan . «Si comemos con los horarios que tenemos en España estamos fatal», apunta el experto, que ahonda en que el «exceso con el que comemos», y sobre todo a la hora en la que lo hacemos, «la mayoría de los alimentos van a quedar rezagados en el colon y se van a pudrir por falta de enzimas». Esto último que dice el doctor viene dado debido a lo que llama «horarios solares enzimáticos», que quiere decir que las enzimas intestinales -proteínas que descomponen los alimentos para que el cuerpo pueda absorber los nutrientes - tienen un horario que va de cinco a ocho de la mañana , posteriormente de once a una y media de la tarde , y concluye de seis de la tarde a las ocho de la noche . «Son los tres horarios solares o enzimáticos», indica Mazzuka. Una investigación reciente liderada por investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universidad de Columbia (EE UU), insiste recientemente en esta tesis al demostrar que consumir más del 45% de la ingesta calórica diaria después de las cinco de la tarde se asocia a un aumento de los niveles de glucosa. El especialista señala que tenemos un problema, pero insiste en que se puede solucionar. «Hay un camino a una vida más limpia». Para ello, recomienda seguir hábitos sencillos y, sobre todo, ser consciente de todo lo que se hace».
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