El asteroide “destructor de ciudades” podría chocar con la Luna
El asteroide que alguna vez tuvo a todos mordiéndose las uñas por si chocaba con la Tierra ahora está dando de qué hablar por otra razón: su forma es más rara de lo que nadie esperaba, y podría terminar estrellándose contra la Luna en 2032. El 2024 YR4, apodado “el destructor de ciudades” por su […]
¿Un disco volador en el espacio? Así es el asteroide 2024 YR4
La mayoría de los asteroides que conocemos tienen formas irregulares, tipo papa o trompo, pero 2024 YR4 rompe el molde. Gracias a observaciones con el telescopio Gemini South en Chile, un equipo de astrónomos descubrió que este objeto tiene una forma plana y circular, muy parecida a un disco de hockey. ¿Lo más loco? Está girando una vez cada 20 minutos, una velocidad bastante alta para un objeto espacial de su tamaño: entre 30 y 65 metros de ancho (aunque algunas estimaciones lo ubican incluso en 67 metros). Este tipo de rotación rápida podría explicar su forma: cuando un asteroide gira tan veloz, la fuerza centrífuga puede aplanarlo. Es como si la gravedad se rindiera ante tanta velocidad.
Cambio de planes: de la Tierra a la Luna
Según los astrónomos, 2024 YR4 proviene del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, y pertenece a la categoría S-type, lo que significa que está compuesto principalmente de silicatos (minerales comunes en la corteza terrestre, como el cuarzo). Desde su descubrimiento en diciembre de 2024, capturó la atención de agencias como la NASA. En febrero, su probabilidad de impacto con la Tierra alcanzó 1 en 32 (el mayor riesgo registrado para un objeto de su tamaño en la historia moderna). Obvio, eso encendió las alertas y las redes. Pero con más observaciones, esa posibilidad se redujo casi a cero. Actualmente, el riesgo de que nos golpee es de apenas 0.00078%, así que podemos respirar tranquilos… al menos nosotros.
¿Qué pasa si choca con la Luna?
Aunque su impacto no causaría daño real a la Luna (que ha sobrevivido impactos muchísimo más grandes), sí representaría una oportunidad única para la ciencia. Un golpe así permitiría estudiar directamente cómo el tamaño y velocidad de un asteroide influyen en el tamaño del cráter resultante. Básicamente, podríamos ver en tiempo real un experimento natural de geología lunar, sin tener que lanzar misiones costosas o arriesgadas. Y claro, si llegara a pasar, probablemente veríamos imágenes impactantes desde telescopios en la Tierra o incluso satélites. Un momento histórico para la astronomía y un festín para la cultura digital.
¿Por qué importa esto si no va a pasar (probablemente)?
Porque 2024 YR4 es solo el principio. Los expertos advierten que este tipo de objetos espaciales seguirán apareciendo en las próximas décadas. Muchos son difíciles de detectar a tiempo, y mientras más se estudian, más nos damos cuenta de lo poco que sabemos sobre ellos. Además, este caso nos recuerda que el espacio no es tan lejano ni tan tranquilo como solemos pensar. Y que sí, en algún punto, puede que tengamos que enfrentarnos a uno de estos “destructores de ciudades” de verdad.