Tradición catalana con rosas de Latinoamérica: Colombia y Ecuador son los mayores exportadores de la flor de Sant Jordi

El gremio de floristas denuncia "intrusismo" y avisa de que los profesionales tendrán solo el 15% de los puestos.

Abr 23, 2025 - 08:56
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Tradición catalana con rosas de Latinoamérica: Colombia y Ecuador son los mayores exportadores de la flor de Sant Jordi

Sant Jordi es una tradición que nace y vive en Cataluña, pero que, cada vez más, se va abriendo al resto del mundo. También las rosas que se venden son cada año más internacionales, debido a la presencia casi testimonial de las producidas en suelo catalán. Uno de los principales motivos de la caída de la producción local es el cambio climático, ya que las rosas necesitan frío y sol. Esto ha provocado que en Cataluña no se produzcan más allá de algún pequeño agricultor, debido a que el clima ha provocado que las de aquí sean más pequeñas y menos esbeltas.

Ante esta situación, el Gremio de Mayoristas de Mercabarna-flor explica que Latinoamérica se ha erigido como el mayor exportador de rosas, con Colombia a la cabeza (68%) y Ecuador (22%) como segundo país. De Europa, el exportador más grande de esta flor emblemática es, precisamente, el país de los tulipanes, Países Bajos, que aportará un 10% de las que se venderán durante la jornada. Asimismo, los mayoristas apuntan que prevén vender hasta siete millones de rosas por Sant Jordi e incluso esperan superar esta cifra. Unas ventas que permitirían volver a datos prepandémicos.

Más rosas de colores y con ornamentación

La tradición dice que las rosas de Sant Jordi son rojas, pero en los últimos años ha ido aumentando la tendencia a venderlas de diferentes colores, que este año se volverá a repetir. Hay flores blancas, verdes, amarillas... o incluso con los colores de equipos deportivos como el FC Barcelona, el RCD Espanyol o el Club Joventut de Badalona de básquet. Eso sí, las rojas seguirán siendo un año más las que más se venderán: se prevé que sean un 80% del total.

De estas, la variedad más destacada será la 'Freedom', importada desde Sudamérica. Según los expertos, es una flor que se caracteriza por tener un "rojo intenso", sus pocos pinchos y por su durabilidad. Otra de las variedades que destaca es la 'Red Naomi', de Holanda, aunque cada año va disminuyendo su presencia.

Por otro lado, desde Mercabarna-flor señalan que, este año, la tendencia para decorar las rosas seguirán siendo materiales reciclables y biodegradables, como el papel, el cartón o la rafia. Asimismo, subrayan que destacará el uso de verdes naturales combinados con otros colores, como también la utilización de hierbas aromáticas, como el eucalipto, porque "aportan color y olor al conjunto".

Críticas por el intrusismo en la venta de rosas

El sector profesional de la venta de flores ya mostró durante el pasado Sant Jordi su preocupación por la venta individual y sin licencia de rosas. Este año, recriminan que la presencia profesional tan solo representará un 15% de los puestos y calculan que venderán un millón de rosas. Además, critican que los puestos "intrusivos" no pueden garantizar la procedencia, calidad, durabilidad y su valor artístico, así como que las guardan en cubos a temperatura ambiente entre dos y tres días antes de salir a la calle.

Para contrarrestar la proliferación de este fenómeno, el Gremi de Floristes de Catalunya impulsó el distintivo 'Rosa d’Autor' -diseño inspirado en "una rosa hecha en 'trencadís'" por la alumna del grado de Diseño Paula Jericó-, con el objetivo de desmarcarse de los puestos ambulantes. "Reclamamos la reducción de los puestos de particulares que salen a la calle sin ningún control administrativo ni fiscal, creando masificación y causando una pérdida en el sector profesional", dice el presidente del gremio, Joan Guillén.

En nombre de todo el sector, pide a los Ayuntamientos de Cataluña que "se reduzcan las licencias de ventas de rosas que se otorgan a particulares como mínimo un 50%". Desde el gremio, apuntan que el consistorio de Barcelona dio 4.100 licencias de venta a particulares en el Sant Jordi de 2024 y calculan que, además, hubo 2.000 puestos más sin licencia. También recuerdan que la figura del florista está 365 días el año y es comercio de proximidad y se tiene que defender.

Esta preocupación también hizo que, a las puertas de Sant Jordi, el colectivo de floristas de Cataluña reclamase "protección y apoyo ante el intrusismo" en una carta dirigida al presidente de la Generalitat, Salvador Illa. Los firmantes mostraron su "profunda preocupación" por la situación del sector y alertaron de que la competencia desleal pone en riesgo la viabilidad de muchos negocios. Pidieron una regulación "clara y específica" para la venta de rosas en Sant Jordi y que se limiten las licencias a entidades no comerciales.