Todo el mundo dice sin parar este refrán en España, pero nadie sabe que procede de una cárcel de Madrid
En España estamos acostumbrados a utilizar algunas expresiones castizas casi todos los días, pero rara vez somos conscientes de que su origen es puramente madrileño. Hay un refrán del siglo XIX que lo demuestra a la perfección.Uno de los ejemplos más claros lo tenemos cuando mandamos a alguien a hacer puñetas. Este refrán que usamos … Continuar leyendo "Todo el mundo dice sin parar este refrán en España, pero nadie sabe que procede de una cárcel de Madrid"

En España estamos acostumbrados a utilizar algunas expresiones castizas casi todos los días, pero rara vez somos conscientes de que su origen es puramente madrileño. Hay un refrán del siglo XIX que lo demuestra a la perfección.
Uno de los ejemplos más claros lo tenemos cuando mandamos a alguien a hacer puñetas. Este refrán que usamos para zanjar una conversación o rechazar a alguien de forma poco amistosa significa, literalmente, mandarlo a la cárcel.
Y no sólo eso, además, era una amenaza de que esa persona iba a dedicar su tiempo a hacer un trabajo monótono y pesado que nadie querría hacer.
El origen carcelario del refrán madrileño ‘irse a hacer puñetas’
Aunque hoy en día se usa como una opción un tanto maleducada de mandar a alguien lejos, el refrán irse a hacer puñetas significa literalmente mandar a alguien a la cárcel. Concretamente, a la de Casa Galera.
Este centro penitenciario femenino estaba ubicado en la calle de Quiñones en el céntrico barrio madrileño de San Bernardo y fue una de las cárceles más conocidas del siglo XIX.
Las condenadas estaban obligadas a realizar un trabajo muy particular: la elaboración de encajes de ganchillo conocidos como vuelillos o puñetas.
Paradójicamente, estas piezas eran las bocamangas que vestían los secretarios judiciales, los decanos de colegios profesionales, los doctores universitarios, los fiscales y los jueces encima de sus togas.
El problema es que su confección era muy difícil y exigía largas horas de trabajo con una gran concentración. Por ello, era considerado un trabajo muy monótono y pesado.
Es decir, mandar a alguien a hacer puñetas era una doble condena. Por una parte, le mandabas a la cárcel y, por otra, le obligabas a hacer un trabajo que nadie quería ejercer.
Otros refranes típicos de España que tienen su verdadero origen en Madrid
Vete a hacer puñetas no es la única expresión que ha nacido en las calles de Madrid. Por ejemplo, irse de picos pardos es otra historia de la capital muy curiosa.
De hecho, tiene un origen histórico vinculado a la represión social y al control de la moral pública durante el siglo XVIII.
Cuenta la leyenda que, en esa época, el rey Carlos III impulsó diferentes normativas, para intentar ordenar la vida urbana y dotar de mayor esplendor a Madrid. Una de las medidas fue intentar poner control a la prostitución que había en la capital.
Para ello, el monarca impulsó una iniciativa de lo más curiosa, obligar a las prostitutas de Madrid a vestir una indumentaria que las caracterizase: una falda (saya) de color pardo y cortada en los bajos formando picos.
De esta manera, la expresión irse de picos pardos quedó ligada a contratar los servicios de las prostitutas y, poco a poco, evolucionó hasta el significado festivo que tiene hoy en día.
Otra versión muy similar sitúa el origen del refrán en el Siglo de Oro, donde los estudiantes con dinero visitaban a las prostitutas, que para identificarse llevaban un cintillo pardo en el borde de la falda.