Tiene 101 años, vive en el campo y reveló su secreto invaluable para estar sano y feliz

Domingo García-Gíl se la pasa entre su casa y el huerto, y tiene una rutina tranquila donde prima su estado de paz; con ánimos de contagiar a otros adultos mayores expuso su fórmula

May 1, 2025 - 20:16
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Tiene 101 años, vive en el campo y reveló su secreto invaluable para estar sano y feliz

España es uno de los países con mayor población con adultos mayores de la Unión Europea. Y a pesar de que puede representar un problema a futuro, desde las pensiones hasta los sistemas de salud, en la actualidad se ve con asombro y orgullo a aquellos que superan con creces los 100 años y aún tienen vitalidad, como es el caso de Domingo García-Gíl, de 101, que todos los días trabaja sin parar.

Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, ese país posee el 20 por ciento de su población mayor a 65 años, en particular en las zonas rurales, donde los habitantes evitaron trasladarse a los grandes centros urbanos para mantener su estilo de vida cerca de la comunidad y la naturaleza que tan bien les hace. Domingo tiene 101 años y el tres de noviembre espera cumplir los 102

Ese es el caso de García-Gíl, quien se volvió famoso en la televisión española tras aparecer en el Canal de Extremadura. El hombre se encuentra en el pueblo de Cabeza del Buey, un sitio con pocos habitantes y que en su mayoría se dedica al trabajo agrícola. En ese contexto de poca urbanización, volcó su divertimento al huerto, su forma de ocio.

“¿Cuá es mi secreto?”, se preguntó retóricamente García-Gíl y entre risas respondió: “Le pedí a Dios que me tenga bueno [sano] para que me mantenga en la situación en la que estoy”. Al momento de hacer el reportaje, el hombre de “101 años y medio” se mostró de camino a su huerto orgánico custodiado por las montañas del entorno. La rutina de Domingo comienza a la mañana, con un rico y potente desayuno, para luego ir a la huerta y después de una siesta, cuidar de sus ovejas

La rutina de este vecino de Cabeza del Buey puede ser implementada por cualquiera que ya esté en una adultez mayor avanzada. “Antes de venir al huerto, me levanto por la mañana, desayuno y luego vengo para acá, a hacer lo que pueda. No siempre sé lo que haré; muchas veces siembro lechuga, papa o cebolla. Sí, de esta forma voy pasando el tiempo, hasta que llega la hora de volverme a casa, a comer y a echarme una siesta”, dijo.

Cada día el hombre camina desde su hogar hasta el terreno sembrado, donde es acompañado por un grupo de amigos y familiares. El vecino se ocupa del trabajo de este espacio productivo porque considera que cosechar sus propias verduras es más sano.

El próximo 3 de noviembre García-Gíl cumplirá 102 años y es una celebridad en el pueblo y en Badajoz, la provincia de la región de Extremadura. “Acá me conocen por Morrillo. Cuando preguntan por mí, enseguida les dan las explicaciones”, sostuvo. El secreto de este español es el trabajo y el objetivo de mantener la mente ocupada en lo que realmente importa. Toda su vida se basó en la agricultura, comentó. Desde trillar, sembrar y arar, es por eso que a esta edad todavía hace los surcos en la tierra, sin quejas. El secreto de Domingo para llegar al siglo de vida es trabajar de lo que a él siempre le gustó, la agricultura

Al ver cómo trabaja en el suelo, García-Gíl parece que no tiene problemas de salud. Su agilidad y fuerza parecen intactas. Aunque está jubilado, decidió no llevar un estilo de vida como cualquier otra persona retirada, por lo que a diario, después de su trabajo en la huerta, atiende a los animales de la granja, en especial a las ovejas de su nieto. “Como no tengo nada que hacer, me vengo acá y me distraigo”, remarcó.

La familia de García-Gíl está compuesta de 12 descendientes: tres hijos, cuatro nietos y cinco bisnietos. Francisco García-Gíl, su hijo del medio, reconoció que cuando lo ven en la calle con su papá piensan que es su hermano: “Muchas veces la gente no se cree la edad que tiene”. Domingo cuida de los animales de la granja, por lo que su día está dedicado completamente a las actividades del campo

José Antonio Almena, su nieto más grande, siente orgullo por el abuelo, a tal punto de compararse con él: “Tiene 60 años más que yo y él parece el nieto y yo el abuelo. Tiene más fuerza para excavar que una retroexcavadora. Se carga todos al hombro”.

“Yo soy fuerte y aguanto bien. Aguantaré acá hasta que Dios me quiera tener”, reflexionó Domingo García-Gíl en una de las calles principales del pueblo, donde tiene su casa, en la que vivió con su esposa -ya difunta- más de 50 años.