Setas venenosas, un plato diferente para ella y sus hijos, tres familiares de su ex muertos... arranca el juicio contra Erin Patterson
Según la Fiscalía, la mujer, separada desde 2015, envenenó deliberadamente a sus invitados en 2023.

¿Quiso Erin Patterson envenenar deliberadamente a tres personas con un plato cocinado con setas venenosas? Ocurrió en julio de 2023 en Australia y ahora en un tribunal de la localidad de Morwell, en el estado de Victoria, ha comenzado el juicio. La mujer, de 50 años, se declara "no culpable". Se le acusa de tres delitos de asesinato y uno por tentativa de asesinato. En Australia, el asesinato se castiga con cadena perpetua.
El 29 de julio de 2023, Patterson celebró una cena familiar en su casa de la localidad rural de Leongartha. Preparó un menú a base de un Wellington de ternera con setas, puré de patatas y judías verdes. El Wellington es una pieza de carne cubierta de hojaldre a la que Erin había añadido setas de la especie amanita phalloides.
Tres personas murieron en el hospital días después. Eran los ex suegros de la mujer, Don Patterson, de 70 años, y Gail Patterson, de 70 años, así como la hermana de Gail, Heather Wilkinson, de 66 años. Una cuarta persona, el reverendo Ian Wilkinson, marido de Heather, sobrevivió tras semanas de tratamiento y un trasplante de hígado. El marido de Erin, Simon Patterson, de 50 años, del que estaba separada desde 2015, también fue invitado, pero declinó la invitación.
Un trasplante de hígado
Dos días después de la comida, Erin Patterson acudió al hospital quejándose de diarrea y náuseas. A las autoridades les contó que había cocinado con una mezcla de setas frescas compradas en un supermercado y setas secas compradas en una tienda de comida asiática.
Don se sometió a un trasplante de hígado. Los cirujanos detectaron daños internos. Gail tenía demasiado daño intestinal y no sobreviviría al trasplante. Lo mismo le ocurrió a Heather. A pesar del tratamiento máximo, su salud continuó deteriorándose y falleció primero por insuficiencia multiorgánica. Gail, el mismo día.
Según la fiscalía, Patterson envenenó deliberadamente a sus invitados para matarlos. En cambio, la defensa sostiene que la comida fue una "tragedia, un terrible accidente" y que ella no quería hacer daño a nadie.
"Puso su comida en un plato diferente"
Erin había organizado la cena dos semanas antes. A los Wilkinson les sorprendió la invitación porque nunca habían estado en la casa de la mujer. "Dijo que el propósito del almuerzo era discutir algunos problemas médicos que tenía y para obtener consejos sobre cómo tratarlo con los niños", ha explicado la fiscal Nanette Rogers. Los hijos de Erin tenían entonces 9 y 14 años. "La acusada dijo que era importante que los niños no estuvieran presentes en el almuerzo", añadió.
Cuando Heather Wilkinson fue llevada al hospital, le dijo a Simon Patterson que le había extrañado que Erin comiera de un plato diferente al que se servía a los invitados. "Me di cuenta de que Erin puso su comida en un plato diferente al nuestro. Su plato tenía colores. Me pregunté por qué. Estuve dándole vueltas desde la comida", dijo Heather Wilkinson, según la acusación.
Los hijos de Erin comieron de aquel Wellington, pero sin setas. Los médicos insistieron en que se les hicieran pruebas porque su madre dijo que habían comido sobras de carne Wellington. La acusada dijo que los niños estaban a salvo porque había raspado la masa y las setas del filete ya que no les gustaban las setas.
Me di cuenta de que Erin puso su comida en un plato diferente... Me pregunté por qué"
Aquí se enfrentan las tesis de la acusación y de la defensa, en un juicio presidido por el juez Christopher Beale. La fiscal dice que Erin Patterson no había comido setas venenosas y no había dado de comer a sus hijos las sobras del almuerzo. El abogado de la mujer, Colin Mandy, aseguró que había comido las setas pero que se había puesto menos enferma que los demás.
La fiscal le dijo al jurado que Erin Patterson inventó un diagnóstico de cáncer de ovario para explicar por qué sus hijos no asistieron al almuerzo. "Después de la comida, la acusada anunció que tenía cáncer y pidió consejo sobre si decírselo a los niños o ocultárselo", dijo Rogers.
La relación con su marido ya no era tan amistosa
No hubo intención. Es la tesis de la defensa. Mandy sostiene que su cliente nunca tuvo cáncer y que los invitados habían sido envenenados por las setas que ella había servido, pero que el envenenamiento fue accidental. "El caso de la defensa es que lo que ocurrió fue una tragedia. Un terrible accidente", dijo Mandy.
Rogers dijo a los miembros del jurado que no daría un motivo para los envenenamientos: "Puede que ahora se pregunten por qué haría esto la acusada, cuál es el motivo. Puede que sigan preguntándoselo al final del juicio", dijo la fiscal. "No tienen por qué estar satisfechos de cuál fue el motivo o incluso de que hubiera un motivo»", aseguró.
"Me extrañó que no preguntara (por sus invitados días después)", dijo su marido
El tribunal escuchó que Erin Patterson "en realidad no preguntó" por el estado de sus invitados en los días posteriores a aquella comida tóxica. "Me extrañó que no preguntara", dijo en el juicio Simon Patterson, su marido. Contó que su esposa había enviado "mensajes incendiarios" a un chat grupal familiar, y que estaba siendo "extremadamente agresiva". La pareja, separada desde 2015, mantuvo una relación amistosa hasta 2019, cuando aumentó la tensión entre ellos por desacuerdos sobre la manutención de los hijos.
Simon Patterson volverá a declarar cuando se reanude el juicio la próxima semana (se espera que dure seis semanas). Antes de dar por finalizada la sesión del viernes, el juez Beale recordó al jurado que debe evitar hablar del caso con otras personas, dado el intenso interés de los medios de comunicación. "Desconecten del caso los fines de semana", les pidió.