Pablo de Rumanía se enfrenta a la extradición tras cinco años evitando la cárcel
Después de cinco años escapando la justicia, Pablo de Rumanía se enfrenta de nuevo a los juzgados. En 2020 fue condenado por un tribunal de Bucarest a tres años y cuatro meses de cárcel por corrupción, pero huyó a Portugal antes de que pudieran llevarle a prisión. Desde entonces, y tras varias órdenes de detención europeas , ha conseguido evadir la condena que le impusieron en 2020. Será el próximo 14 de mayo cuando se sentará ante la Cámara de Extradición, que analizará la solicitud de Rumanía que podría devolver al nieto de Carol II al país. Pablo de Rumanía, de 76 años, que se considera pretendiente al trono inexistente de Rumanía, fue arrestado en su domicilio de París el pasado 7 de abri l. Nacido en Francia, es el hijo de Carlos Mircea Grigore, que es a su vez el primer descendiente de Carlos II pero considerado ilegítimo después de que su matrimonio con Zizi Lambrino fuera declarado morganático. El entonces rey se volvió a casar y tuvo más vástagos, por lo que la línea de sucesión continuó por esa rama. Por eso ahora la actual jefa de la Casa Real es Margarita de Rumanía , hija del matrimonio entre Miguel I y Ana de Borbón-Parma y, por tanto, nieta de Carlos II. Por supuesto, Miguel I fue el último Rey del país, pero Pablo de Rumanía continúa pensando, a día de hoy, que hay u na herencia que no ha recibido pero que le corresponde. Reclama terrenos como el bosque de Snagov, unas 150 hectáreas situadas a 30 kilómetros en un pueblo de Bucarest, o la Granja Real de Băneasa, situada a las afueras de la capital. Y en este empeño de su vida, decidió presentarse a las elecciones en el año 2000 para intentar convertirse en el Presidente de la República . Aunque solo 50.000 personas le votaron, continuó en su lucha por recuperar lo que considera que le pertenece. En los años posteriores se asoció con Remus Truic, un empresario que había trabajado como jefe de gabinete del gobierno de Adrian Năstase, que le prometió cumplir ese sueño . Su acuerdo incluía 4 millones de dólares a cambio de ayudarle a recuperar los terrenos que consideraba suyos, pero era todo parte de una estafa. Era un juego de sobornos y corrupción que terminó por alcanzarle en 2015, cuando fue procesado legalmente. El juicio le determinó como culpable por aceptar a sabiendas un esquema de corrupción , pero cuando la policía fue a detenerle había huido a Portugal. Rumanía emitió una orden de extradición y en 2022 le detuvieron, pero se desestimó la extradición porque los jueces franceses consideraron nula la sentencia. En 2024 fue arrestado de nuevo y, tras dos meses en prisión en la isla se le volvió a poner en libertad al considerar que no se garantizaba su seguridad en las cárceles rumanas . Este 14 de mayo volverá a enfrentarse a la posibilidad de ser devuelto al país cuyos derechos dinásticos quiere recuperar.
Después de cinco años escapando la justicia, Pablo de Rumanía se enfrenta de nuevo a los juzgados. En 2020 fue condenado por un tribunal de Bucarest a tres años y cuatro meses de cárcel por corrupción, pero huyó a Portugal antes de que pudieran llevarle a prisión. Desde entonces, y tras varias órdenes de detención europeas , ha conseguido evadir la condena que le impusieron en 2020. Será el próximo 14 de mayo cuando se sentará ante la Cámara de Extradición, que analizará la solicitud de Rumanía que podría devolver al nieto de Carol II al país. Pablo de Rumanía, de 76 años, que se considera pretendiente al trono inexistente de Rumanía, fue arrestado en su domicilio de París el pasado 7 de abri l. Nacido en Francia, es el hijo de Carlos Mircea Grigore, que es a su vez el primer descendiente de Carlos II pero considerado ilegítimo después de que su matrimonio con Zizi Lambrino fuera declarado morganático. El entonces rey se volvió a casar y tuvo más vástagos, por lo que la línea de sucesión continuó por esa rama. Por eso ahora la actual jefa de la Casa Real es Margarita de Rumanía , hija del matrimonio entre Miguel I y Ana de Borbón-Parma y, por tanto, nieta de Carlos II. Por supuesto, Miguel I fue el último Rey del país, pero Pablo de Rumanía continúa pensando, a día de hoy, que hay u na herencia que no ha recibido pero que le corresponde. Reclama terrenos como el bosque de Snagov, unas 150 hectáreas situadas a 30 kilómetros en un pueblo de Bucarest, o la Granja Real de Băneasa, situada a las afueras de la capital. Y en este empeño de su vida, decidió presentarse a las elecciones en el año 2000 para intentar convertirse en el Presidente de la República . Aunque solo 50.000 personas le votaron, continuó en su lucha por recuperar lo que considera que le pertenece. En los años posteriores se asoció con Remus Truic, un empresario que había trabajado como jefe de gabinete del gobierno de Adrian Năstase, que le prometió cumplir ese sueño . Su acuerdo incluía 4 millones de dólares a cambio de ayudarle a recuperar los terrenos que consideraba suyos, pero era todo parte de una estafa. Era un juego de sobornos y corrupción que terminó por alcanzarle en 2015, cuando fue procesado legalmente. El juicio le determinó como culpable por aceptar a sabiendas un esquema de corrupción , pero cuando la policía fue a detenerle había huido a Portugal. Rumanía emitió una orden de extradición y en 2022 le detuvieron, pero se desestimó la extradición porque los jueces franceses consideraron nula la sentencia. En 2024 fue arrestado de nuevo y, tras dos meses en prisión en la isla se le volvió a poner en libertad al considerar que no se garantizaba su seguridad en las cárceles rumanas . Este 14 de mayo volverá a enfrentarse a la posibilidad de ser devuelto al país cuyos derechos dinásticos quiere recuperar.
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