No es la palabra del Gobierno contra la de OKDIARIO, sino contra la de los testigos

El Gobierno se ha lanzado a una estrategia absurda y forzado a Paradores, empresa pública presidida por la ex ministra socialista Raquel Sánchez, a publicar un desmentido a las informaciones de OKDIARIO sobre los destrozos causados por José Luis Ábalos en la suite del Parador de Teruel, en septiembre de 2020, a donde acudió en … Continuar leyendo "No es la palabra del Gobierno contra la de OKDIARIO, sino contra la de los testigos"

Abr 14, 2025 - 21:28
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No es la palabra del Gobierno contra la de OKDIARIO, sino contra la de los testigos

El Gobierno se ha lanzado a una estrategia absurda y forzado a Paradores, empresa pública presidida por la ex ministra socialista Raquel Sánchez, a publicar un desmentido a las informaciones de OKDIARIO sobre los destrozos causados por José Luis Ábalos en la suite del Parador de Teruel, en septiembre de 2020, a donde acudió en compañía de un grupo de prostitutas. A estas alturas que el Ejecutivo se enroque y se parapete detrás de la mentira no sorprende a nadie, pero lo que resulta insólito es la contumacia en negar unos hechos que Pedro Sánchez conoció al poco de producirse y que tapó de forma vergonzosa. Dice el refrán que se pilla antes a un mentiroso que un cojo, sobre todo cuando la cojera argumental del Gobierno en este asunto es evidente.

Allá ellos, porque si las declaraciones de los trabajadores del Parador de Teruel -por cierto, presionados por la dirección para que guarden silencio- ofrecidas por OKDIARIO también son un bulo, que sepa el Gobierno y Paradores que no será difícil retratarles como unos solemnes embusteros. Tapar la verdad con desmentidos, insultos y amenazas es un ejercicio inútil, sobre todo cuando las pruebas son contundentes.

La actual presidenta de Paradores fue ministra con Sánchez y los conocedores desde el primer momento de lo ocurrido -Óscar López y Pilar Alegría- han terminado siendo ministros de Sánchez, por lo que cabe inferir que entre la empresa pública y el Consejo de Ministros hay un pasillo de ida y vuelta que obliga a los protagonistas a mentir por imperativo de partido. Pero esa mentira tiene las patas muy cortas. Si el Gobierno cree que tiene controlada la situación por la vía de amenazar a quienes tuvieron conocimiento de los hechos que sepa que se está equivocando. Peor que eso: está metiéndose en un callejón sin salida. Porque con su estrategia de negar la evidencia lo único que está consiguiendo es afianzar su perfil de embusteros patológicos.