Ni Madrid ni Barcelona: ésta es la ciudad de España donde hay un papa enterrado
Cuando pensamos en los papas de la Iglesia Católica, lo habitual es imaginar sus tumbas en el Vaticano, concretamente bajo la majestuosa Basílica de San Pedro. Allí descansan muchos de los líderes religiosos más importantes de la historia. Sin embargo, lo que no todos saben es que no todos los pontífices están enterrados en el … Continuar leyendo "Ni Madrid ni Barcelona: ésta es la ciudad de España donde hay un papa enterrado"

Cuando pensamos en los papas de la Iglesia Católica, lo habitual es imaginar sus tumbas en el Vaticano, concretamente bajo la majestuosa Basílica de San Pedro. Allí descansan muchos de los líderes religiosos más importantes de la historia. Sin embargo, lo que no todos saben es que no todos los pontífices están enterrados en el pequeño Estado del Vaticano. A lo largo de la historia, razones políticas, geográficas o personales han llevado a que algunos restos papales reposen en lugares muy distintos, alejados de Roma. España, un país de profunda tradición católica, guarda uno de estos secretos en la ciudad donde permanece un papa enterrado como testimonio vivo de la historia de la Iglesia.
El reciente fallecimiento del Papa Francisco, quien se une a la larga lista de 266 pontífices que han guiado a la Iglesia, ha reavivado la curiosidad sobre dónde descansan los antiguos papas. Aunque la mayoría están en Roma, otros, como veremos, encontraron su lugar eterno lejos de la cúpula vaticana. Uno de ellos, sorprendentemente, está enterrado en Andalucía, convirtiéndose en una rareza poco conocida incluso entre los más devotos. ¿Quién fue este papa y por qué sus restos terminaron tan lejos de Roma?
La ciudad de España donde hay un papa enterrado
La tradición establece que los papas suelen ser sepultados en las Grutas Vaticanas, el espacio subterráneo bajo la Basílica de San Pedro donde reposan figuras de vital importancia para la fe católica. San Pedro, considerado el primer Papa, es el ejemplo más icónico de esta práctica. Sin embargo, la historia no siempre sigue caminos predecibles. Factores como guerras, desplazamientos de la sede papal o cambios territoriales provocaron que algunos papas fueran enterrados fuera de Roma.
Durante siglos, Italia fue cuna de pontífices, pero también hubo papas de otras nacionalidades: franceses, españoles, alemanes e incluso polacos. Cada caso tiene sus particularidades. Algunos papas descansan en otros lugares de Europa como Francia o dentro de Italia pero fuera de los límites vaticanos.
Un ejemplo curioso es el de Clemente V, enterrado en la abadía francesa de Uzeste, o Juan XXII, cuyo sepulcro se encuentra en la Catedral de Aviñón. En tiempos de inestabilidad, cuando el papado se trasladó a Aviñón en el siglo XIV, las normas de entierro cambiaron notablemente.
Otros papas, como Pío IX, están enterrados en la Basílica de San Lorenzo Extramuros en Roma, fuera del territorio vaticano, como también lo está Gregorio XII en la Catedral de Recanati. Estas excepciones, aunque menos conocidas, forman parte de la rica y a menudo compleja historia de la Iglesia Católica.
Hay que considerar también el caso de Pedro de Luna, conocido como el Papa Luna, que aunque no fue reconocido universalmente como papa legítimo, llegó a ser elegido en un cónclave durante el Cisma de Occidente. Sus restos descansan en el Castillo de Peñíscola, en Castellón. Su figura, marcada por la disputa y la resistencia, forma parte de uno de los capítulos más turbulentos de la Iglesia.
La Catedral de Jaén
Pío I, el décimo Papa de la Iglesia Católica, que gobernó entre los años 140 y 154 d.C. Originario de Aquilea (en la actual Italia), Pío I jugó un papel clave en la consolidación del cristianismo primitivo frente a las numerosas herejías que surgieron en aquellos primeros siglos.
Su vida estuvo marcada por la defensa de la ortodoxia cristiana y, aunque sufrió persecución bajo el Imperio Romano, su figura ganó un gran entre los primeros cristianos. Tras su muerte, su cuerpo fue venerado como reliquia sagrada.
Pero, ¿cómo llegó a España? La respuesta está en la tradición de trasladar reliquias durante la Edad Media y el Renacimiento, cuando se consideraba un gran honor para las diócesis albergar los restos de santos o papas. Así fue como la diócesis de Jaén recibió el cuerpo de Pío I.
Hoy en día, los restos de este antiguo pontífice descansan en la Capilla de San Eufrasio dentro de la Catedral de Jaén. Construida en el siglo XVI bajo el diseño de Andrés de Vandelvira, es una joya del Renacimiento español. Su estructura majestuosa no solo destaca por su belleza arquitectónica, sino también por su peculiaridad: es la única catedral española rodeada de balcones, una característica que sorprende a todos sus visitantes.
En su interior, la Capilla de San Eufrasio guarda un tesoro casi desconocido: las reliquias de Pío I. Esta capilla fue concebida inicialmente para honrar al primer obispo de la diócesis, San Eufrasio, pero posteriormente albergó los restos del papa. Desde 1793, el cuerpo de Pío I reposa allí, protegido y venerado.
La ciudad donde está enterrado el papa Pío I es un testimonio poderoso del papel que España ha jugado en la historia de la Iglesia. Más allá de ser un dato curioso, invita a reflexionar sobre los caminos de la fe y el peso del legado cristiano. Un motivo más para admirar y valorar el patrimonio espiritual y cultural que atesora nuestro país.