Ni en bolsas ni en papel de aluminio: el sencillo truco para congelar el pan y que luego quede crujiente
En unas tostadas con aceite y tomate, en un bocadillo de jamón o para mojar en una salsa caliente: el pan siempre está presente. El problema viene cuando se compra más del que se va a consumir en uno o dos días.Dejarlo sobre la encimera es condenarlo a ponerse duro como una piedra. Se pierde textura, … Continuar leyendo "Ni en bolsas ni en papel de aluminio: el sencillo truco para congelar el pan y que luego quede crujiente"

En unas tostadas con aceite y tomate, en un bocadillo de jamón o para mojar en una salsa caliente: el pan siempre está presente. El problema viene cuando se compra más del que se va a consumir en uno o dos días.
Dejarlo sobre la encimera es condenarlo a ponerse duro como una piedra. Se pierde textura, sabor… y acaba en la basura. Justo ahí es cuando entra en juego el congelador, pero no vale hacerlo de cualquier forma.
Congelar pan sin envolverlo bien es casi garantía de acabar con un bloque gomoso o reseco. La diferencia entre un pan que parece recién hecho y uno que da pena se nota, y mucho. La clave está en cómo se congela y cómo se descongela y en este artículo está el truco infalible para que quede perfecto.
Este es el truco para congelar el pan sin arruinarlo
Lo primero es envolverlo bien. No se puede meter la barra en la bolsa del supermercado o dejarla al aire. Eso lo único que garantiza es escarcha y pan blando al descongelar.
Lo ideal es usar film transparente, muy ajustado. O una bolsa de congelación con cierre hermético, sacando bien el aire antes de cerrarla. Según expertos como los de Albal, esa barrera es lo que evita que el pan atrape humedad del ambiente y termine empapado al descongelar.
Si el pan tiene corteza dura (como una baguette o una hogaza) se puede añadir una protección extra: primero una capa de papel de horno y después la bolsa de congelación. Esto ayuda a mantener la textura de la corteza, que es justo lo que más se resiente en el frío.
Un consejo que puede marcar la diferencia es guardar el pan al fondo de un cajón del congelador. Así se evitan los cambios de temperatura cada vez que se abre la puerta. Y siempre hay que ponerle una etiqueta con la fecha, el pan aguanta bien unos tres meses congelado, pero mejor no pasarse.
¿Cómo descongelar el pan para que quede crujiente?
Cuando llega el momento de recuperar ese pan, hay varias formas de hacerlo bien. La más sencilla es dejarlo a temperatura ambiente sobre una rejilla. No lo cubras con trapos ni lo metas en bolsas: necesita aire. Dependiendo del tamaño puede tardar una hora o más, pero este método respeta la textura y evita sorpresas.
Si lo que quieres es pan crujiente, el horno es el mejor aliado. Precalienta a 180-200°C, moja apenas la base del pan con agua y mételo unos 10 minutos directamente en la rejilla. El vapor que se genera revive la corteza y el calor seca lo justo para dejarlo como recién hecho. No uses papel aluminio ya que este atrapa humedad.
Si tienes mucha prisa puedes meterlo en la freidora de aire. Precalienta, mete el pan 5 minutos y vigila. Queda sorprendentemente bien, especialmente si es una rebanada o un panecillo.
Para pan de molde o bollos, el microondas puede funcionar, pero con truco: poner una servilleta de papel húmeda encima ayuda a que no se sequen. Calienta poco a poco, en intervalos de 15 segundos.