Marzo 2025, el segundo mes más caluroso de la historia
El calor extremo dejó de ser una advertencia para convertirse en una constante. Marzo de 2025 fue el segundo más caluroso a nivel global y marcó un nuevo punto crítico en la crisis climática. Según el Servicio de Cambio Climático Copernicus, la temperatura promedio del planeta estuvo 1,6 ºC por encima de los niveles preindustriales, […]

El calor extremo dejó de ser una advertencia para convertirse en una constante. Marzo de 2025 fue el segundo más caluroso a nivel global y marcó un nuevo punto crítico en la crisis climática. Según el Servicio de Cambio Climático Copernicus, la temperatura promedio del planeta estuvo 1,6 ºC por encima de los niveles preindustriales, una señal clara de que el calentamiento global ya no es una amenaza futura: es el presente. Si te parecieron raras las lluvias en temporada seca o el calor insoportable fuera de verano, no es tu imaginación: el clima está cambiando, y lo hace a un ritmo récord.
Temperatura en marzo: el planeta está que arde
Esto no son solo números en un reporte. Ese 1,6 ºC significa olas de calor más brutales, lluvias que no sabes si esperar o temer, sequías que se alargan y una naturaleza que responde con fuerza. Si sentiste que el clima estaba raro (lluvias en temporada seca o un calor que no da tregua fuera de verano), no es tu cabeza; es el planeta cambiando a velocidad récord. Desde julio de 2023, cada mes ha sido más caliente que cualquier registro histórico, y marzo 2025 no se quedó atrás. Los científicos lo dicen sin rodeos: esto es obra humana, desde los combustibles fósiles hasta la deforestación que no para. Cada décima extra sube el volumen de huracanes, incendios y sequías. No es casualidad; es consecuencia.
Latinoamérica sintiendo el impacto
El calor no discrimina, y en Latinoamérica lo estamos viviendo en carne propia. En México y Centroamérica, marzo trajo temperaturas sofocantes que asfixiaron cultivos esenciales, dispararon el uso de energía eléctrica y complicaron la salud de miles de personas vulnerables. Más al sur, en Argentina y Paraguay, las intensas olas de calor se mezclaron con tormentas repentinas e impredecibles, dejando caos, damnificados y pérdidas. No es solo “allá lejos” en los polos helados; nos está pegando duro aquí y ahora, desde comunidades rurales aisladas hasta ciudades grandes que no dan abasto.
La Antártida y el Ártico, cada vez con menos hielo
Hablando de polos, el Ártico marcó un nuevo récord: la menor extensión de hielo en marzo en 47 años, y ya van cuatro meses seguidos en caída libre. Menos hielo no es solo una foto triste; sube el nivel del mar y revuelve el clima global como un dominó fuera de control. Las lluvias lo pueden confirmar: mientras el sur de México y partes de Sudamérica se ahogaban en inundaciones, el norte de Brasil y el suroeste de EE.UU. rogaban por una gota. El caos climático es la nueva norma, y lo que antes era predecible (temporadas marcadas, lluvias confiables) ahora es un volado.
¿Y ahora qué?
Aceptar que estamos viviendo un cambio climático acelerado no significa rendirse, sino actuar. Informarse, compartir, exigir políticas públicas responsables, consumir de manera más consciente y presionar a las grandes industrias para que se comprometan con la sostenibilidad. Nuestra generación tiene algo que ninguna otra tuvo: una plataforma global para informar y movilizarse. Hoy podemos viralizar datos, exponer verdades incómodas y hacer presión real. Porque este planeta no tiene un botón de reinicio.
Marzo de 2025 no fue un mes más; fue un grito del planeta. Con la temperatura mundial 1,6 ºC arriba de lo preindustrial, el calentamiento global dejó de ser una advertencia para ser nuestro presente. El Ártico se derrite, el clima se descompone, y Latinoamérica lo siente en cada rincón. Pero esto no es el fin; es un llamado. Podemos actuar, viralizar, empujar por un mundo que respire mejor. Estamos en un momento histórico, y el calor de marzo de 2025 lo dejó más que claro.