La Muerte (de Irene Márquez)
Reseñamos La muerte (de Irene Márquez). Un cómic editado por Autsaider que huye de la parte más dramática de la muerte para ofrecernos una brillante colección de historias breves repletas de humor negro.


Edición original: La Muerte (de Irene Márquez) (Autsaider Cómics, 2025)
Guion: Irene Márquez
Dibujo: Irene Márquez
Corrección de textos: Eduardo Bravo
Diseño y maqueta: Ata y Molina
Formato: Rústica. 148 páginas. 22€
Que la muerte nos pille riendo a carcajadas.
«Usted lea este libro y experimente emociones complejas como jocoso disgusto, profundo dolor, risa incrédula, inquietud romántica, risa malévola y la perturbadora certeza de que todos vamos a morir, acompañada de una tensa paz.»
Posiblemente el ser humano es el único ser vivo que es consciente de su propia mortalidad, algo que ha provocado que busque diferentes formas de enfrentarse a esa amarga realidad que nos iguala a todos. A lo largo de la historia este miedo ha provocado que surjan diferentes formas de combatirlo, la más habitual ha sido la creación de religiones en las que tras la muerte nuestra alma va a un lugar creado por ser o seres imaginarios de todo pelaje y sin ninguna prueba tangible de su existencia. Unas creencias – de las que ahora vemos en nuestro país su parte más irracional- que son una forma de consuelo para muchos, pero que ha sido el perfecto caldo de cultivo para controlar a la inmensa mayoría de la población por parte de unos pocos que la han convertido en la justificación perfecta para algunas de las mayores atrocidades que ha cometido el ser humano contra sus semejantes. Si la humanidad hubiera optado por ser más pragmática y tomarse la realidad de la muerte con humor no se habrían cometido tantísimas barbaridades. Una visión de la muerte desde el humor que es justo lo que nos encontramos en La muerte (de Irene Márquez) que acaban de publicar con el cariño que ponen en cada proyecto los capos de Autsaider cómics que nos regalan otro cómic para reír a mandíbula batiente como el reciente Black Metal de Magius.
Irene Márquez (1990 – Valdepeñas, Ciudad Real) ha creado un cómic en el que nos encontramos con historias de diferente extensión, desde tiras de tres viñetas hasta historias de casi cuarenta páginas. Algunas a todo color y otras en blanco y negro, hasta un total de 48 historietas con el nexo común de hablar todas sobre la muerte mostrando sus múltiples caras y situaciones relacionadas con ella, pero siempre desde un humor negrísimo y alejado de cualquier tipo de solemnidad o drama ya que el mensaje principal del cómic es que no hay que tomarse la muerte en serio. Entre algunos segmentos de historias se intercalan ilustraciones realizadas por la autora junto con alguna foto de pequeñas esculturas.
Como es habitual en las obras formadas por diferentes historias no todas ellas tienen la misma calidad, pero, aunque todas abordan el mismo tema, la lectura del tomo de forma continuada en ningún momento resulta repetitiva. Algo que es producto de una variedad en las situaciones planteadas que nunca caen en la monotonía de forma que el resultado global se puede calificar como sobresaliente. Muchas de ellas consiguen que estallemos en carcajadas gracias a un giro final brillante o desconcertante. Pero esas risas pueden resultar algunas veces algo incomodas o culpables por la crudeza, e incluso crueldad, del humor negro empleado por la autora que puede no ser para todos los gustos. Pero esa capacidad para incomodar, ser irreverente e ir en contra de todo lo establecido es precisamente esa es la gracia de unas historias que saben emplear un humor muy negro, pero que no cae en ningún momento en el más rancio, racista y machista que veíamos en otras épocas.
En las historias contenidas en La muerte (de Irene Márquez) tienen cabida todas las ideas que nos podamos imaginar sobre todo lo relacionado con la muerte, uno de los pocos actos realmente democráticos en nuestro mundo, aunque claro es algo casi siempre involuntario sobre lo que ni el dinero ni el poder tienen la última palabra. A lo largo de sus páginas nos encontramos con momentos surrealista y descacharrantes entre accidentes, condenados a muerte, suicidas, velatorios, fantasmas y funerales muy divertido, pero también con algún toque siniestro y terrorífico e, incluso existencial que nos hacen cuestionarnos la relación de ser humano con la muerte. Algo relativamente similar a las fantásticas Ideas negras de Franquin, pero con un toque muy personal de Irene Márquez en todos los aspectos tanto el humor como el apartado visual en el que se puede ver varios registros diferentes ya que como hemos dicho nos encontramos con historias de diferentes longitudes y acabado con una que está casi solamente abocetado junto con otras en un muy eficaz blanco y negro y otras a color. Todas con una narrativa muy sólida y unos personajes muy expresivos que potencian la hilaridad de las historias. Un trabajo gráfico muy solvente como ya ha demostrado a lo largo de toda su carrera.
La parte que peor funciona del volumen son las dos partes de la historia larga, aunque no es mala se sale demasiado del tono general del libro tanto por la extensión como por la forma de abordarla.
Como es norma de la casa la edición de Autsaider es brillante con un gran diseño y reproducción y un precio bastante ajustado para los tiempos que corren. Además, coincide en el tiempo con la reedición de uno de los cómics más divertidos que ha publicado a lo largo de su historia: Tokyo Zombie de Yusaku Hanakuma.
Habitualmente hacer bien humor es mucho más difícil que abordar historias más serias, una dificultad que se dispara si se trata de hacer humor negro sobre algo tan dramático en la vida como la muerte. Sin embargo, Irene Márquez pasa la prueba con nota con uno de los cómics más divertidos del año. Una joya que quizás no sea para todos, pero, que quienes gusten de ese tipo de humor van a disfrutar enormemente.
Lo mejor
• La capacidad para reírse de las situaciones más difíciles.
• Lo bien que maneja los diferentes registros de historias cortas, funcionan igual de bien las de varias páginas como de tres viñetas.
• El dibujo.
Lo peor
• La historia larga no casa del todo bien con el resto de las que podemos leer en el volumen.