María Abradelo recuerda las proposiciones indecentes que le hacían algunos directivos de la tele: "A mí nadie me va a chantajear"

María Abradelo ha recordado en Y ahora Sonsoles las terribles situaciones que vivió trabajando en los 90 y los 2000 en televisión y ha defendido que no llegó a denunciar porque nunca accedió a esos chantajes.

La presentadora, que, tras ser azafata del Un, dos, tres, trabajó durante años trabajó en TVE, Antena 3, Telecinco y en las autonómicas de Castilla-La Mancha, Valencia y Andalucía, acudió al programa de Antena 3 para hablar de ¿Yo fui mujer florero?, documental de Max en el que hablaba de este tema.

Por ello, ante este concepto de mujer objeto en televisión, ella opinó, generalizando, que "un físico agraciado te abre más las puertas" y hay muchos hombres que se veían en el derecho de ofrecer proposiciones indecentes a cambio de trabajo.

La artista lo habló de su propia experiencia y recordó que, en su día, iba a los castings con el que entonces era la pareja de su madre. Tras pasar varias pruebas, llegaba a la última y "a él no le dejaban entrar", lo cual a ella le hacía sospechar. "Cuando a ti no te dejan entrar con tu padrastro en un casting es que hay algo que esconder", destacó. "Me ha pasado mucho. No solo a mí, creo que a muchísimas compañeras".

Abradelo también se pronunció sobre la mala experiencia, que ya relató en 59 segundos, en la que estaba sentada en el despacho de un representante que le "había ofrecido hacer una película" cuya protagonista era muy conocida. Según narró, le empezó a tocar el cuerpo, así que se levantó, le dio una bofetada y se fue del despacho.

"Para grabar un disco también. Con mi hermana hacíamos maquetas y se quedaban en eso. Enviábamos una maqueta, dos, tres, pero el cuarto peaje era 'no se graba si no vienes a cenar conmigo", rememoró la presentadora y señaló que su madre, que era cantante, "también lo vivió",

La entrevistada apuntó que no solo le pasaba en los despachos, sino que, después de que le dijeran que sí en unos castings, la llamaba por teléfono a casa para decirle que tenía que ir a una fiesta en un barco para que le confirmaran que le daban el programa.

Por ello, María Abradelo tiene claro que, si hubiera accedido a todos esos chantajes, habría trabajado "muchísimo" más, aunque está orgullosa de no haberlo hecho: "Lo que he presentado lo he presentado por mí misma".

"A mí nadie me puede condicionar ni chantajear en mi vida", sentenció y se dirigió al resto de mujeres. "Ni a ninguna joven ni a ninguna mayor, ni en ninguna profesión".

La presentadora quiso dejar claro que no está hablando ahora para aprovecharse, pues no tiene la necesidad de vivir de hablar de nadie, pero defendió que no lo ha denunciado en sede judicial porque tampoco ha llegado a "sufrir esa situación de acoso" porque siempre se negó: "No he llegado a denunciar nada porque no he querido acceder".

De hecho, sí que lo ha hecho con hombres anónimos que, en el pasado, la han estado esperando cada día a las afueras del teatro en el que actuaba o en la televisión valenciana.