Macarrones del cardenal, la receta típica catalana que se prepara de manera sencilla y horneando
Un plato clásico de la gastronomía catalana, que combina ingredientes simples y una cocción al horno, creando una deliciosa mezcla de sabores y texturas perfectas para cualquier celebraciónEste plato típico de la cocina catalana es perfecto para disfrutar las habas en plena temporada En el amplio repertorio de la cocina catalana, los platos de pasta ocupan un lugar especial no tanto por su cantidad, sino por su elaboración cuidada y por el arraigo cultural que implican en muchas casas. Entre ellos, los macarrones del cardenal destacan como una receta que ha resistido el paso del tiempo, ganando adeptos más allá de su región de origen. El plato, sencillo en su planteamiento pero sofisticado en el resultado final, combina ingredientes básicos con una técnica heredada de las cocinas de antaño. Su preparación al horno, el gratinado final y la estructura en capas lo han convertido en una propuesta muy valorada durante festividades y encuentros. La historia de esta elaboración se remonta, al menos, al año 1835, cuando apareció en un recetario anónimo titulado Receptari de la cuynera catalana. Aunque el paso de los años relegó su uso al ámbito más doméstico, el interés reciente por rescatar recetas tradicionales ha permitido que vuelva a ocupar un lugar en menús y mesas contemporáneas. La recuperación de este plato no se ha limitado a las cocinas particulares; reconocidos cocineros catalanes han contribuido a su difusión adaptándolo a contextos actuales sin desvirtuar su esencia. Esta combinación de nostalgia culinaria y adaptación práctica ha devuelto protagonismo a una receta cuyo nombre evoca cierta solemnidad. Su denominación, macarrones del cardenal, puede despertar la curiosidad del comensal menos familiarizado con la tradición. No se conoce con certeza el origen del nombre, pero el componente “cardenal” sugiere connotaciones de lujo moderado, cierta delicadeza o una vinculación festiva. Ingredientes: los elementos esenciales de una receta tradicional Para preparar los macarrones del cardenal se requiere una selección simple pero precisa de ingredientes. La receta tradicional incluye macarrones o penne rigate, carne de cerdo (preferentemente secreto ibérico), cebolla, nata líquida para cocinar, salsa de tomate y queso parmesano rallado. Aunque algunos detalles pueden variar según la interpretación personal o la disponibilidad en el hogar, estos componentes constituyen la base fundamental sobre la que se construye esta elaboración. Además, se utiliza aceite de oliva, sal y pimienta para sazonar el conjunto, y una fuente de horno adecuada para montar el plato antes de su gratinado final. Cómo se preparan los macarrones del cardenal La elaboración comienza con el sofrito de cebolla, que se cocina a fuego lento hasta obtener una textura muy blanda y sabor dulzón. Este paso puede prolongarse durante más de 20 minutos, pero es clave para conseguir la profundidad de sabor que distingue a esta receta. A continuación, se añade la carne picada de cerdo, que se rehoga hasta dorarse. Se incorpora una pequeña cantidad de salsa de tomate, no como base principal, sino para aportar un matiz ligeramente ácido que equilibre la dulzura de la cebolla. Una vez cocinados estos ingredientes, se vierte nata líquida y se deja reducir a fuego medio. El objetivo es obtener una salsa espesa, con cuerpo, que permita cohesionar bien los ingredientes y envolver la pasta. A la mezcla se le suma queso parmesano rallado, que se funde aportando untuosidad. Mientras la salsa reduce, se cuecen los macarrones en agua con sal, procurando dejarlos al dente para que no se deshagan durante la cocción en el horno. El montaje se realiza en una fuente o en moldes individuales. Se disponen capas de pasta y mezcla de carne con salsa, de forma alterna, hasta llenar el recipiente. La última capa suele cubrirse con una porción generosa de queso rallado. La fuente se hornea a 200°C durante aproximadamente 10 minutos, o hasta que el gratinado esté dorado y crujiente. El resultado final es un plato de textura cremosa en su interior, con una superficie tostada que aporta contraste. Se recomienda dejar reposar unos minutos antes de servir para que las capas se compacten y se puedan cortar raciones más definidas. Aunque existen variaciones modernas que incorporan otros quesos o sustituyen el cerdo por otras carnes, la receta tradicional conserva su atractivo gracias a la sencillez de sus ingredientes y a la técnica accesible que requiere. La cocción al horno, el montaje por capas y la combinación de sabores suaves convierten los macarrones del cardenal en una opción versátil.

Un plato clásico de la gastronomía catalana, que combina ingredientes simples y una cocción al horno, creando una deliciosa mezcla de sabores y texturas perfectas para cualquier celebración
Este plato típico de la cocina catalana es perfecto para disfrutar las habas en plena temporada
En el amplio repertorio de la cocina catalana, los platos de pasta ocupan un lugar especial no tanto por su cantidad, sino por su elaboración cuidada y por el arraigo cultural que implican en muchas casas. Entre ellos, los macarrones del cardenal destacan como una receta que ha resistido el paso del tiempo, ganando adeptos más allá de su región de origen.
El plato, sencillo en su planteamiento pero sofisticado en el resultado final, combina ingredientes básicos con una técnica heredada de las cocinas de antaño. Su preparación al horno, el gratinado final y la estructura en capas lo han convertido en una propuesta muy valorada durante festividades y encuentros.
La historia de esta elaboración se remonta, al menos, al año 1835, cuando apareció en un recetario anónimo titulado Receptari de la cuynera catalana. Aunque el paso de los años relegó su uso al ámbito más doméstico, el interés reciente por rescatar recetas tradicionales ha permitido que vuelva a ocupar un lugar en menús y mesas contemporáneas.
La recuperación de este plato no se ha limitado a las cocinas particulares; reconocidos cocineros catalanes han contribuido a su difusión adaptándolo a contextos actuales sin desvirtuar su esencia. Esta combinación de nostalgia culinaria y adaptación práctica ha devuelto protagonismo a una receta cuyo nombre evoca cierta solemnidad.
Su denominación, macarrones del cardenal, puede despertar la curiosidad del comensal menos familiarizado con la tradición. No se conoce con certeza el origen del nombre, pero el componente “cardenal” sugiere connotaciones de lujo moderado, cierta delicadeza o una vinculación festiva.
Ingredientes: los elementos esenciales de una receta tradicional
Para preparar los macarrones del cardenal se requiere una selección simple pero precisa de ingredientes. La receta tradicional incluye macarrones o penne rigate, carne de cerdo (preferentemente secreto ibérico), cebolla, nata líquida para cocinar, salsa de tomate y queso parmesano rallado.
Aunque algunos detalles pueden variar según la interpretación personal o la disponibilidad en el hogar, estos componentes constituyen la base fundamental sobre la que se construye esta elaboración. Además, se utiliza aceite de oliva, sal y pimienta para sazonar el conjunto, y una fuente de horno adecuada para montar el plato antes de su gratinado final.
Cómo se preparan los macarrones del cardenal
La elaboración comienza con el sofrito de cebolla, que se cocina a fuego lento hasta obtener una textura muy blanda y sabor dulzón. Este paso puede prolongarse durante más de 20 minutos, pero es clave para conseguir la profundidad de sabor que distingue a esta receta.
A continuación, se añade la carne picada de cerdo, que se rehoga hasta dorarse. Se incorpora una pequeña cantidad de salsa de tomate, no como base principal, sino para aportar un matiz ligeramente ácido que equilibre la dulzura de la cebolla.
Una vez cocinados estos ingredientes, se vierte nata líquida y se deja reducir a fuego medio. El objetivo es obtener una salsa espesa, con cuerpo, que permita cohesionar bien los ingredientes y envolver la pasta. A la mezcla se le suma queso parmesano rallado, que se funde aportando untuosidad. Mientras la salsa reduce, se cuecen los macarrones en agua con sal, procurando dejarlos al dente para que no se deshagan durante la cocción en el horno.
El montaje se realiza en una fuente o en moldes individuales. Se disponen capas de pasta y mezcla de carne con salsa, de forma alterna, hasta llenar el recipiente. La última capa suele cubrirse con una porción generosa de queso rallado. La fuente se hornea a 200°C durante aproximadamente 10 minutos, o hasta que el gratinado esté dorado y crujiente.
El resultado final es un plato de textura cremosa en su interior, con una superficie tostada que aporta contraste. Se recomienda dejar reposar unos minutos antes de servir para que las capas se compacten y se puedan cortar raciones más definidas.
Aunque existen variaciones modernas que incorporan otros quesos o sustituyen el cerdo por otras carnes, la receta tradicional conserva su atractivo gracias a la sencillez de sus ingredientes y a la técnica accesible que requiere. La cocción al horno, el montaje por capas y la combinación de sabores suaves convierten los macarrones del cardenal en una opción versátil.