Los valores que mira el campo para ingresar dólares y la puja por los granos
La cosecha se pone en marcha en medio de tensiones globales y en un contexto de volatilidad cambiaria que pone al agro argentino en una encrucijada

Para alivio del gobierno y, particularmente, de la fase 3 del plan económico que anunció el ministro de Economía, Luis Caputo -con el nuevo esquema de flotación del dólar-, el ingreso de divisas del sector agroexportador está en marcha, sin embargo, la liquidación se ralentiza.
Ante la reciente devaluación del peso argentino y las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, en pleno avance de la cosecha de soja y maíz, el campo se enfrenta a una encrucijada con desafíos y oportunidades.
"Tras el inicio de la fase 3 y con solo tres ruedas hábiles, el tipo de cambio abrió en la zona de los 1.200 $/u$s con una devaluación del 10%, pero cerró más cerca de los 1.150, recortando al 5%", planteó Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral
La eliminación del esquema 'blend' generó expectativas de una baja en dólares del 5%, sin embargo, "la soja logra mantenerse y el maíz subir", señala Romano. A pesar de ello, "el productor esperaba recibir más pesos por su soja, y esto no está pasando".
Después del combo de anuncios que incluyó el acuerdo con el FMI y la flexibilización del cepo, en la víspera de una semana corta, "hay que esperar por lo menos hasta el fin de esta semana para ver cómo se estabilizan o qué tendencia muestran las variables", planteó Javier Preciado Patiño, de RIA Consultora.
Por ahora, hubo una fuerte registración de ventas (DJVE) por 2,6 millones de toneladas en tres días. "Si bien en comparación con el promedio de los últimos años hay todavía un atraso en los embarques programados para abril, el avance post viernes 11 ha sido fuerte", aseguró el exsubsecretario de Mercados Agropecuarios.
En ese sentido, Preciado Patiño, aseguró que "se aceleró el ingreso de camiones con soja a los puertos del up River, respecto de las dos primeras semanas de abril". En parte, los movimientos respondieron al cese de las lluvias que atrasaron la cosecha, pero apuntó a "una tendencia a mejorar la operación de crushing y exportación del complejo soja".
Surfear la volatilidad
En la primera quincena de abril, las ventas de soja se emparentan a las del mismo período de 2024. "Solo un poco menos de fijaciones (de precio)", agregó el especialista y resaltó que el valor actual, por debajo a lo que el productor recibía previo a la revaluación del dólar abre alternativas.
Por un lado, se impulsan ventas para cubrir deuda, particularmente las que están expresadas en quintales de soja; al no existir brecha, se liquida y se compra la moneda extranjera a un valor similar y se fija un precio frente al alza de retenciones que el gobierno iniciaría el 1/7.
"Esto habilita la venta para quedarse en dólares con algún manejo financiero para no perder valor; en cambio, los que descreen de esta medida esperarán una devaluación, aunque no es probable, al menos hasta las elecciones de octubre", opinó Preciado Patiño.
Acopio o resguardo de valor
Según un informe del Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina (IEE-SRA), al 2 de abril de 2025 ya se comercializaron 26,7 millones de toneladas de la nueva cosecha (2024/25), lo que representa un incremento del 34% respecto al mismo período del año pasado.
"No es correcto afirmar que los productores estemos vendiendo menos, los números marcan lo contrario", explicó Nicolás Pino, presidente de la entidad.
En cambio, desde la SRA, apuntaron a las empresas exportadoras al aclarar que "el campo no es quien liquida los dólares que ingresan al país por las exportaciones de granos y subproductos".
Aún así, desde el IEE, explicaron que a marzo de 2025, la soja registraba una baja del 25% interanual, el maíz del 18% y el trigo del 26%, lo que se traduce en una "situación de pérdida económica".V
Tensión global
En un análisis del mercado agrícola para la campaña 2025-2026, con especial foco en soja, maíz y trigo, Germán Iturriza, asesor en Agrometeorología señaló que esta campaña sigue el calendario del hemisferio norte y se desarrolla en un contexto de gran incertidumbre geopolítica, marcado por nuevas barreras al comercio en forma de tarifas, especialmente desde Estados Unidos.
Uno de los puntos clave, durante la agri benchmark Cash Crop Conference 2025 que organizó Bedrock, fue el interrogante sobre si estas tarifas podrían volver a generar escenarios de acumulación artificial de stocks, como ocurrió en 2018-2019 con la soja estadounidense. En ese sentido, advirtió por un posible factor bajista para los precios.
Iturriza repasó la producción sudamericana de soja y maíz, destacando que fue muy buena, especialmente en Brasil, que alcanzó un récord histórico. También planteó si los países importadores, como México, actuarán más rápidamente en la búsqueda de maíz argentino o brasileño, aprendiendo de situaciones pasadas. A diferencia de 2018, Brasil está hoy mucho mejor preparado, con mayor volumen, mejor infraestructura y logística, mientras que Argentina se ha quedado un poco rezagada.
Sobre la intención del gobierno norteamericano de debilitar el dólar, explicó que, de concretarse, podría beneficiar la demanda global de granos, ya que aumentaría el poder de compra internacional.
En el mismo escenario, el experto internacional Oliver Balkhausenn de ADM, alertó por la "encrucijada" que marcan las tensiones comerciales, regulaciones estrictas y cambios estructurales en la demanda.
Mientras Brasil y Argentina pueden beneficiarse, países como Canadá y EE. UU. enfrentan desafíos significativos. "Esperamos que en un futuro no haya comercio de maíz y especialmente soja de EE. UU. a China", afirmó.
Entre los riesgos latentes, Balkhausenn señaló que la acumulación de excedentes en EE. UU., exacerba la incertidumbre en el mercado.
Según indicó, aproximadamente 35 a 45 millones de toneladas de soja estadounidense a varios destinos están en riesgo en el futuro previsible.
En este escenario, Brasil emerge como el principal beneficiado, aumentando significativamente su producción y consolidándose como el mayor proveedor global. "Los excedentes proyectados de soja en EE. UU. y el continuo aumento en la producción brasileña están desequilibrando los mercados", aseguró.