Los puestos de la Vega de Toledo, entre la incertidumbre y la ilusión por renovarse
No puede haber nada más toledano que tomarse unos churros en el Catalino, una horchata o un limón granizado en el 'Parque' o en Mariano o una berenjenas del puesto de Julián. Su futuro, sin embargo, está pendiente de las obras de la Vega. Lo único cierto es seguirán funcionando hasta Navidad. Son cuatro bares y un puesto de bebidas, encurtidos y frutos secos, ya que el otro, el de Mónica, cerró para siempre la semana pasada. En pie siguen la incombustible churrería de Catalino y su bar, además del restaurante Mariano y el 'Parque'. Tras la reforma, en el verano de 2026, dos de las cuatro terrazas de la Vega irán al interior, abandonando así su tradicional espacio en la zona más próxima a la carretera. Y nadie quiere ir dentro del parque. Aquilino , uno de los responsables de Catalino, dice que están resignados: «No hay más remedio», afirma, pero destaca la paciencia y la amabilidad que está teniendo la concejal de Obras, Loreto Molina , que les ha mantenido informado en todo momento, al igual que otros concejales, como Juan Marín y Florentino Delgado. De momento, no saben cómo aguantarán, entre camiones de obras y andamios, pero confían en que el verano de 2026 ya esté todo terminado. Mientras tanto, salvarán la temporada hasta Navidad, aunque tendrán que mandar unos meses a un Erte a los siete trabajadores de la churrería y el bar. Lo que no saben aún que puesto les será asignado tras la remodelación, pero confía en la buena voluntad del Ayuntamiento. Menos optimista es Ricardo Vicente, propietario de El Parque, que se lamenta porque su temporada finalizará en septiembre y no podrá regresar hasta dentro de más de un año, en el verano de 2026. Y eso si se cumplen los plazos. Además, tampoco saben si podrá continuar en el mismo lugar en el que llevan casi 60 años, un negocio que su tatarabuelo, de origen valenciano, fundó en 1886, en el siglo XIX. Fueron sus antepasados quienes trajeron la horchata a Toledo, una tradición que se mantiene con la misma receta de siempre, con las chufas, que también es muy popular en otro de los bares de la Vega, el de Mariano, que ahora regentan sus hijas, Marta y Mamen, también inquietas por el futuro. A Vicente le preocupa también sus empleados porque «tengo cuatro trabajadores fijos», que mantienen a cuatro familias que viven de su sueldo. ¿Qué hago?», se pregunta. Y, sobre todo, está indignado porque «no nos están informado bien, no sabemos dónde nos van a trasladar cuando finalicen las obras». «Como es lógico, nosotros no queremos ir dentro, no queremos movernos del sitio en donde llevamos más de 60 años» . El empresario recuerda que desde hace años, en la anterior legislatura, están intentando convencer al Ayuntamiento para quedarse todos en su actual ubicación, pero «no nos han hecho caso» En el lado positivo, Ricardo Vicente afirma que se van a modernizar los quioscos. En su caso, llevan tres años casi sin invertir en su mejora por culpa de unas obras que se han ido retrasando en el tiempo. Mientras tanto, prepara su último verano en el lugar de siempre, con un especial dedicado a Eurovisión el próximo fin de semana, con la «mejor horchata de chufa, traída directamente de Alboraya, el más delicioso limón, hecho con limones recién exprimidos, exquisitos helados y los tradicionales fartones, perfectos para mojar en la horchata». La concejal de obras, Loreto Molina, destacó también a ABC la amabilidad y comprensión de los propietarios de los quioscos y puestos, pese a la situación en la que se encuentran. «Me hago cargo de su situación», afirmó la concejal, quien explicó que mantiene contacto directo con ellos para ir informando sobre los avances de una obras que tendrá tres fases y 14 meses de ejecución, y que finalizará el 30 de junio del 2026. Recordó que podrán seguir trabajando durante Navidad y alargar así la temporada, minimizando las molestias ocasionadas por las obras. Sobre la adjudicación de las terrazas, la concejal explicó que se conocerá en su momento, aunque quiso aclarar que aún no se sabe cuál será la forma en que se va a proceder. Lo que sí recordó es que el Ayuntamiento de Toledo tiene como ejemplo los puestos del mercado de minoristas, que consiguieron, tras la obra, mejorar y regularizar su situación. Así la primera fase , que comenzó el lunes, se prolongará hasta el 4 de noviembre y consistirá en la remodelación interna del parque desde el paseo central hasta la zona de la rosaleda. La segunda fase comenzará después de Navidad y se extenderá hasta la primera quincena de junio de 2026, y consistirá en la reforma de la zona delantera donde están emplazados los quioscos, la subida de Duque de Lerma y el paseo central. La tercera fase se ejecutará en Recaredo durante la segunda quincena de junio, con obras menores en taludes y barandillas. Si se cumplen los plazos, en poco más de un año estrenamos Vega.
No puede haber nada más toledano que tomarse unos churros en el Catalino, una horchata o un limón granizado en el 'Parque' o en Mariano o una berenjenas del puesto de Julián. Su futuro, sin embargo, está pendiente de las obras de la Vega. Lo único cierto es seguirán funcionando hasta Navidad. Son cuatro bares y un puesto de bebidas, encurtidos y frutos secos, ya que el otro, el de Mónica, cerró para siempre la semana pasada. En pie siguen la incombustible churrería de Catalino y su bar, además del restaurante Mariano y el 'Parque'. Tras la reforma, en el verano de 2026, dos de las cuatro terrazas de la Vega irán al interior, abandonando así su tradicional espacio en la zona más próxima a la carretera. Y nadie quiere ir dentro del parque. Aquilino , uno de los responsables de Catalino, dice que están resignados: «No hay más remedio», afirma, pero destaca la paciencia y la amabilidad que está teniendo la concejal de Obras, Loreto Molina , que les ha mantenido informado en todo momento, al igual que otros concejales, como Juan Marín y Florentino Delgado. De momento, no saben cómo aguantarán, entre camiones de obras y andamios, pero confían en que el verano de 2026 ya esté todo terminado. Mientras tanto, salvarán la temporada hasta Navidad, aunque tendrán que mandar unos meses a un Erte a los siete trabajadores de la churrería y el bar. Lo que no saben aún que puesto les será asignado tras la remodelación, pero confía en la buena voluntad del Ayuntamiento. Menos optimista es Ricardo Vicente, propietario de El Parque, que se lamenta porque su temporada finalizará en septiembre y no podrá regresar hasta dentro de más de un año, en el verano de 2026. Y eso si se cumplen los plazos. Además, tampoco saben si podrá continuar en el mismo lugar en el que llevan casi 60 años, un negocio que su tatarabuelo, de origen valenciano, fundó en 1886, en el siglo XIX. Fueron sus antepasados quienes trajeron la horchata a Toledo, una tradición que se mantiene con la misma receta de siempre, con las chufas, que también es muy popular en otro de los bares de la Vega, el de Mariano, que ahora regentan sus hijas, Marta y Mamen, también inquietas por el futuro. A Vicente le preocupa también sus empleados porque «tengo cuatro trabajadores fijos», que mantienen a cuatro familias que viven de su sueldo. ¿Qué hago?», se pregunta. Y, sobre todo, está indignado porque «no nos están informado bien, no sabemos dónde nos van a trasladar cuando finalicen las obras». «Como es lógico, nosotros no queremos ir dentro, no queremos movernos del sitio en donde llevamos más de 60 años» . El empresario recuerda que desde hace años, en la anterior legislatura, están intentando convencer al Ayuntamiento para quedarse todos en su actual ubicación, pero «no nos han hecho caso» En el lado positivo, Ricardo Vicente afirma que se van a modernizar los quioscos. En su caso, llevan tres años casi sin invertir en su mejora por culpa de unas obras que se han ido retrasando en el tiempo. Mientras tanto, prepara su último verano en el lugar de siempre, con un especial dedicado a Eurovisión el próximo fin de semana, con la «mejor horchata de chufa, traída directamente de Alboraya, el más delicioso limón, hecho con limones recién exprimidos, exquisitos helados y los tradicionales fartones, perfectos para mojar en la horchata». La concejal de obras, Loreto Molina, destacó también a ABC la amabilidad y comprensión de los propietarios de los quioscos y puestos, pese a la situación en la que se encuentran. «Me hago cargo de su situación», afirmó la concejal, quien explicó que mantiene contacto directo con ellos para ir informando sobre los avances de una obras que tendrá tres fases y 14 meses de ejecución, y que finalizará el 30 de junio del 2026. Recordó que podrán seguir trabajando durante Navidad y alargar así la temporada, minimizando las molestias ocasionadas por las obras. Sobre la adjudicación de las terrazas, la concejal explicó que se conocerá en su momento, aunque quiso aclarar que aún no se sabe cuál será la forma en que se va a proceder. Lo que sí recordó es que el Ayuntamiento de Toledo tiene como ejemplo los puestos del mercado de minoristas, que consiguieron, tras la obra, mejorar y regularizar su situación. Así la primera fase , que comenzó el lunes, se prolongará hasta el 4 de noviembre y consistirá en la remodelación interna del parque desde el paseo central hasta la zona de la rosaleda. La segunda fase comenzará después de Navidad y se extenderá hasta la primera quincena de junio de 2026, y consistirá en la reforma de la zona delantera donde están emplazados los quioscos, la subida de Duque de Lerma y el paseo central. La tercera fase se ejecutará en Recaredo durante la segunda quincena de junio, con obras menores en taludes y barandillas. Si se cumplen los plazos, en poco más de un año estrenamos Vega.
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