Los aranceles de Trump restan a la banca española más de 32.000 millones en bolsa
El grueso de los recortes se han producido este viernes, cuando han superado los 22.000 millones arrastrados por BBVA y Banco Santander. La toma de beneficios casi duplica los contabilizados por la caída de SVB.

El Ibex 35 ha vivido unas jornadas de tensión al calor del nuevo giro arancelario impulsado desde Estados Unidos. El selectivo ha experimentado este viernes su mayor caída en cinco años tras cerrar con un retroceso del 5,8%, que se eleva al 7% si se tiene en cuenta el freno del 1,2% contabilizado el día anterior. El índice se ve lastrado por la alta representación de la banca, que se convierte en la principal víctima en España. Las seis principales entidades han visto esfumarse más de 32.000 millones de valoración en apenas dos días.
Por poner en contexto, la caída de SVB Financial el 10 de marzo de 2023 y su rescate de emergencia el fin de semana posterior, provocaron entre el viernes y el lunes 13 de marzo un agujero de 16.700 millones en el conjunto de estos seis valores. La sangría experimentada más que dobla la registrada en aquel momento. En términos porcentuales, la peor parte se la llevan CaixaBank y Unicaja, que se dejan más de un 14% en el acumulado de los últimos dos días, siendo de 7.534 millones en el primer caso y de 637 en el segundo.
En Bankinter (-13,5%), por su parte, asciende a 1.252 millones, cantidad ligeramente por debajo de la acusada por Banco Sabadell (-12,3%), con 1.751 millones. De forma paralela, en BBVA (-10,76%) y Banco Santander (-13,5%) el tsunami bursátil arrasa con 7.896 millones y 13.000 millones de valoración, respectivamente. El castigo a la banca ha sido generalizado en toda Europa con BPER Banca (-16,3%), Deutsche Bank (-16%), Banca Popolare (-15,9%) y Unicredit (-15,8%) liderando las ventas masivas en el periodo analizado.
Aunque el sector financiero no se ve afectado directamente por los 'arancelazos', sus cotizaciones se han visto lastradas por las consecuencias indirectas que se puede derivar. La más evidente es el efecto que dichas tasas pueden suponer para la actividad económica con las probabilidades de recesión en aumento. JP Morgan ya da más de un 50% de probabilidades a este escenario en EEUU. El problema radica en que una contracción del PIB se traducirá en un menor volumen de crédito, factor al que se suma el posible recorte del crédito a la exportación si se modera la entrada de productos españoles, desencadenando un efecto dominó.
Más allá de esta lectura, una recesión tiene otras dos aristas posibles. Por un lado, puede hacer repuntar la tasa de morosidad, que en estos momentos se encuentra sobre el 3,33%, un umbral históricamente bajo. Por otro lado, puede obligar al Banco Central Europeo (BCE) a tener que combatir ese menor crecimiento con una política económica más expansiva, es decir, acometer una bajada de tipos más agresiva de lo descontado por el mercado, algo que puede repercutir sobre el margen de intereses, indicador clave para el negocio. El consenso da un suelo al precio de referencia del dinero del 2,25%.
Excepto que esta nueva situación dé al traste con las expectativas y presione al alza la inflación, el escenario base apunta al fin de las bajadas, dado que en estos momentos se mueven sobre el 2,5%. La gran incógnita a resolver en los próximos meses radica en la capacidad de los bancos para contrarrestar el menor precio del dinero con un repunte de los volúmenes en aras de mantener los resultados récord que viene registrando en los últimos dos años. En medio de esta conjunción de factores, los analistas avisan de que las caídas puede que no hayan tocado techo. El propio carácter cíclico de este tipo de valores les debería arrastrar hacia mayores correcciones después de la racha de subidas de los últimos meses con algunas cotizaciones en máximos o cerca de ellos.