Lola, que ayudó a Bex a superar su depresión posparto, gana Scruffts 2025, una competición canina que valora el vínculo

A diferencia de las competiciones caninas, en los Scruffts se valora el mestizaje y la vida en familia de los perros.

Mar 14, 2025 - 07:40
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Lola, que ayudó a Bex a superar su depresión posparto, gana Scruffts 2025, una competición canina que valora el vínculo

Lola, un cruce de Whippet, Saluki y Collie, con tan solo un año de edad, se ha ganado el corazón de Reino Unido, alzándose ganadora del título Perro mestizo del año en los Scruffts celebrados en Crufts 2025 en Birmingham.

Scruffts es una competición en la que los británicos votan por su familia multiespecie favorita y donde el principal requisito para participar es que el perro integrante de la misma sea mestizo. ¿Por qué? Para poner en valor a los perros que no son de raza y demostrar lo igualmente válidos que son con respecto a los de pedigrí.

Para valorar a los perros, a diferencia de las competiciones en las que participan los perros de raza, en Scruffts se le da importancia al vínculo que el animal tiene con la familia. En el caso de Lola, ha sido un pilar fundamental en la vida de Bex Hall (su tutora) a quién ayudó a salir de la depresión posparto que sufrió con el nacimiento de su hijo.

"Estoy tan feliz, tan orgullosa de ella, he llorado mucho. Lola llegó a mi vida cuando estaba pasando por un momento difícil, después de un parto difícil con mi bebé. Me había encerrado en mí misma y apenas salía, pero Lola lo cambió todo. Me ha dado una nueva vida", expresaba tras recibir el premio de la mano de la actriz y presentadora británica, Gemma Atkinson y el juez canino, Glenn Davies.

Lola ayudó a Bex a superar su depresión posparto

Bex Hall encontró a Lola en un anuncio de Facebook, según cuenta, "muy desagradable". "En cuanto lo leí quise ir a buscarla y, tras siete horas de conducción, esa misma noche llegó a casa", recuerda Hall. "Procedía de un rescate y cuando la vi supe que tenía que venirse conmigo".

Lola se adaptó a su nuevo hogar desde el primer día. Según su tutora, pronto se convirtió en la "perra perfecta". "Que nos cruzáramos con ella fue como cosa del destino, algo que tenía que pasar", agrega. "Hubo una conexión desde el primer momento".

La familia no tenía planeado tener un perro ya que era un momento complicado para Hall, que acababa de salir de un parto muy traumático y sufría depresión. "La llegada de Lola me ayudó a tener una vida más allá de ser madre", asegura. "Tenía que sacarla a pasear y a que hiciera ejercicio, así que me obligaba a salir de casa".

La llegada de Lola me ayudó a tener una vida más allá de ser madre, me permitió hacer cosas que no estaban relacionadas con la maternidad

"Me hizo querer salir después de meses de encierro, básicamente me devolvió la vida", asegura. "Me permitió hacer cosas que no estaban relacionadas con ser madre, porque cuando tienes un bebé, todo empieza a girar a su alrededor".

Hall cuenta que antes del nacimiento de su hijo llevaba una vida muy activa y que tras el parto, todo se detuvo. "Me sentí muy perdida y gracias a Lola pude recuperar un poco de la vida que llevaba antes gracias a los paseos y a las escapadas que hacíamos juntas", explica. "Además hemos hecho muchos nuevos amigos dentro de la comunidad canina".

"A pesar de que ser madre puede ser abrumador, ya que te cambia totalmente la vida, no lo cambiaría", asegura. "El hecho de ser madre requiere sacrificios y el embarazo en sí puede ser muy duro, como lo fue en mi caso, que tuve que estar en reposo absoluto desde el cuarto mes, sin poder ver a mi caballo y a la vez que perdí a mi anterior perro".

Hall recuerda que tuvo que pasar el duelo encerrada en las mismas cuatro paredes durante meses y que tras el nacimiento de Jackson tuvo muchas dudas. "Me preguntaba hacía dónde iba mi vida, quería recuperar la anterior", confiesa.

"Quería seguir siendo madre, por supuesto, pero necesitaba un poco de mí misma, de mi identidad y eso fue lo que Lola me dio", cuenta. "Ahora soy feliz al ver que mi hijo y ella están creciendo juntos, es algo realmente bonito porque tengo momentos exclusivos solo para Lola, otros para mi hijo y otros que podemos compartir todos juntos".

Además, en cuanto a la relación del pequeño con Lola, Hall cuenta que ambos han tenido que aprender dónde están los límites. "Obviamente todavía ambos son muy pequeños, Lola por ejemplo corre muy rápido y puede golpearlo con la cola si no prestas atención, así que he tenido que volverme estricta con ella", expresa.

"Pero Jackson también está aprendiendo a no cogerla de las orejas o el rabo, así como a invadirla", agrega. "Se llevan muy bien y lo están haciendo ambos genial, son mejores amigos, pero no hay que olvidarse de que no hay que dejarles sin supervisión".

Hall comenta que hay muchas noticias sobre perros que atacan a niños y, en su opinión, es una falta de atención por parte de los padres. "Hay siempre que vigilar las interacciones, tanto por el niño, como por el perro", defiende. "El respeto debe de ser mutuo".