La historia real de La Tumba de las Luciérnagas es mil veces peor que lo que nos contó la película

La Tumba de las Luciérnagas es una película que, aunque pasen los años, una vez que la vez ya no la olvidas, es que no solo la animación es especial, la historia es muy triste y dolorosa, y nos da un vistazo de la crueldad y horrores que se vivieron durante la Segunda Guerra Mundial (SGM).

La película se estrenó en 1988, fue dirigida por el reconocido director Isao Takahata y es parte de las emblemáticas películas de Estudios Ghibli; sin embargo, es catalogada como la película más triste del estudio, pues nos cuenta la historia de dos hermanitos en medio de la guerra.

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El filme se basa en la vida de Seita, un niño de 14 años, y su hermana pequeña Setsuko, de 5 años, en el momento en el que la Segunda Guerra Mundial los alcanza en Japón, y es que nos muestra, de una manera cruda, la muerte de su madre y cómo es que los pequeños quedan solos en el mundo.

Un mundo lleno de temor, crueldad, violencia y guerra, en donde la indiferencia era normal y cada persona luchaba por sobrevivir sin importar lo que costara o si se pasaba por encima de otros, y un mundo que dio la espalda a los pequeños y los dejó a su suerte, pasando hambre, frío, cansancio y finalmente… la muerte.

Sin embargo, aunque la historia es muy triste y nos deja con el corazón partido, también nos demuestra lo poderosa y valiosa que es la relación de hermanos, pues nos hace parte de una de las historias de hermandad más hermosas que podremos ver en el cine.

La historia real de La Tumba de las Luciérnagas y que es peor que la película

Isao Takahata se inspiró en la novela autobiográfica de Akiyuki Nosaka, donde cuenta lo que fue ser un sobreviviente de los ataques aéreos a la ciudad de Kobe en Japón durante la SGM y lo impactante que fue ver la muerte, destrucción y hambre de primera mano, pues su hermana luchó contra la desnutrición.

Pero no fue la única inspiración del director, pues él mismo, a los 9 años, también fue un sobreviviente de la desgracia, ya que enfrentó un bombardeo en la ciudad de Okayama junto a su hermana, quien era un año mayor que él. El director, ha afirmado varias veces que, en esos momentos, no podía dejar de temblar solo de pensar que hubiera podido perder a su hermana.

Otra de las inspiraciones de Isao Takahata para la historia, fue una foto que el sargento de 23 años, Joe O’Donnell, tomó luego de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, pues en ella aparece un niño cargando en la espalda el cuerpo sin vida de su hermano menor.

La fotografía marcó al mundo y se plasmó en La Tumba de las Luciérnagas, pues en el filme, Seita carga a su hermanita Setsuko en su espalda y es una de las imágenes más emblemáticas y recordadas de la película, justo como pasó en la vida real, con un niño descalzo y serio que llevaba en la espalda a su hermano.

“No traía zapatos. Su cara estaba seria. La cabeza del bebé estaba echada hacia atrás como si estuviera dormido. El niño se quedó parado por cinco o 10 minutos”, dijo O’Donnell tras tomar la foto.

La Segunda Guerra Mundial fue uno de los eventos en la humanidad más terribles, dejando, según expertos, hasta 100 millones de muertos, entre civiles y soldados, miles de niños huérfanos y causando devastación. En Japón, de los mayores golpes fueron las bombas Hiroshima y Nagasaki, lanzadas por Estados Unidos.

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