Privados de poder hacer una celebración sobre el terreno de juego, el mismo donde se ha ganado la conquista de la 28ª Liga de su historia, ante la amenaza de una invasión como la de 2023 y la activación de los aspersores, el
Barça se recluyó en su vestuario del estadio de
Cornellà-El Prat para festejar el alirón. Los futbolistas culés dieron rienda suelta a la euforia y metieron dentro al presidente
Joan Laporta y al vicepresidente deportivo,
Rafa Yuste. Con ellos saltaron de alegría cantando el "campeones, campeones".
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