La pionera que abrió el camino de la inmunología: la lucha de esta mujer que llevó a la vacuna de la viruela

Su lucha se encontró con fuerte resistencia de la comunidad médicaFue la primera mujer en ejercer la medicina y luchó contra el corsé en su tesis doctoral El 29 de abril se celebra el Día Mundial de la inmunología, una fecha que se dedica a aumentar la conciencia sobre la importancia de la lucha contra las infecciones, la autoinmunidad, así como para promover los beneficios de la investigación en este campo, que tiene a las vacunas como uno de los métodos para lograr ser inmunes a distintas enfermedades. El germen de la primera vacuna de la historia La primera vacuna de la historia fue la de la viruela, que fue administrada el 14 de mayo de 1796 a James Phipps, un niño de ocho años que era hijo del jardinero de Edward Jenner, quien había sido el precursor e inventor tomando pus de viruela vacuna, que había investigado que una vez pasada hacía que, si se contagiaba de la enfermedad, se hacía de forma débil. Una vacuna, la primera de la historia, que fue posible gracias a que Edward Jenner tomó como partida la difusión que había hecho antes Lady Mary Wortley Montagu, una aristócrata inglesa que había observado el método que llevaban a cabo con los más pequeños en Estambul, donde vivió una temporada debido al trabajo de embajador de su marido. Lady Mary Wortley Montagu luchó por la inoculación de la viruela En la época de Wortley Montagu, a principios del siglo XVIII, la viruela era una enfermedad que generaba la muerte entre el 10 y el 15 por ciento de la población europea, con una tasa de mortalidad que alcanzaba el 30 por ciento de los contagiados, y que había sufrido ella misma con el fallecimiento de su hermano por esta razón. Ella había contraído también la enfermedad al mismo tiempo, pero logró sobrevivir, aunque aquello le dejaría huella para evitar que sus hijos se contagiaran. Algo que logró gracias a la inoculación que llevó a cabo en sus dos niños, el primero en Estambul, y la siguiente en Inglaterra. Lady Mary Wortley Montagu con su hijo, Edward Wortley Montagu, por Jean Baptiste Vanmour. Y es que, en 1717, durante la etapa en la que vivió en la antigua Constantinopla, observó como a los niños se les inoculaba de la viruela tomando pus de una ampolla de alguien infectado para luego llevarla a una herida abierta hecha aposta, con el objetivo de que lograran así la inmunidad. Aquello dejó a Lady Mary Wortley Montagu impresionada, como dejó por escrito en una de sus cartas a familia y amigos que enviaba de forma habitual y que fueron recogidas en un libro titulado Cartas desde Estambul, donde también detalló otras de sus observaciones sobre las costumbres y las calles de la ciudad por entonces. Encontró fuerte resistencia Un año después, en 1718, con su regreso a Inglaterra, Lady Mary Wortley Montagu se propuso difundir la inoculación de la viruela como un método para combatir la enfermedad, pero se encontró con una fuerte resistencia de la comunidad médica, que la consideró una “práctica antinatural”, además de la desconfianza en el mundo musulmán que acentuaron desde los estamentos religiosos. A pesar de ello, en 1721 tuvo lugar un brote de viruela en el que la aristócrata no dudó en actuar para proteger a su hija, de tan solo tres años, con la ayuda de un médico londinense. Su lucha por la inmunidad, gracias a su mente abierta durante su etapa en Estambul, no cayó en saco roto porque sería uno de los puntos de partida que tomaría en un futuro Edward Jenner para llegar a su vacuna de la viruela, que fue la primera de la historia y abrió camino para el campo de la inmunología.

Abr 28, 2025 - 17:46
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La pionera que abrió el camino de la inmunología: la lucha de esta mujer que llevó a la vacuna de la viruela

La pionera que abrió el camino de la inmunología: la lucha de esta mujer que llevó a la vacuna de la viruela

Su lucha se encontró con fuerte resistencia de la comunidad médica

Fue la primera mujer en ejercer la medicina y luchó contra el corsé en su tesis doctoral

El 29 de abril se celebra el Día Mundial de la inmunología, una fecha que se dedica a aumentar la conciencia sobre la importancia de la lucha contra las infecciones, la autoinmunidad, así como para promover los beneficios de la investigación en este campo, que tiene a las vacunas como uno de los métodos para lograr ser inmunes a distintas enfermedades.

El germen de la primera vacuna de la historia

La primera vacuna de la historia fue la de la viruela, que fue administrada el 14 de mayo de 1796 a James Phipps, un niño de ocho años que era hijo del jardinero de Edward Jenner, quien había sido el precursor e inventor tomando pus de viruela vacuna, que había investigado que una vez pasada hacía que, si se contagiaba de la enfermedad, se hacía de forma débil.

Una vacuna, la primera de la historia, que fue posible gracias a que Edward Jenner tomó como partida la difusión que había hecho antes Lady Mary Wortley Montagu, una aristócrata inglesa que había observado el método que llevaban a cabo con los más pequeños en Estambul, donde vivió una temporada debido al trabajo de embajador de su marido.

Lady Mary Wortley Montagu luchó por la inoculación de la viruela

En la época de Wortley Montagu, a principios del siglo XVIII, la viruela era una enfermedad que generaba la muerte entre el 10 y el 15 por ciento de la población europea, con una tasa de mortalidad que alcanzaba el 30 por ciento de los contagiados, y que había sufrido ella misma con el fallecimiento de su hermano por esta razón.

Ella había contraído también la enfermedad al mismo tiempo, pero logró sobrevivir, aunque aquello le dejaría huella para evitar que sus hijos se contagiaran. Algo que logró gracias a la inoculación que llevó a cabo en sus dos niños, el primero en Estambul, y la siguiente en Inglaterra.

Lady Mary Wortley Montagu con su hijo, Edward Wortley Montagu, por Jean Baptiste Vanmour.

Y es que, en 1717, durante la etapa en la que vivió en la antigua Constantinopla, observó como a los niños se les inoculaba de la viruela tomando pus de una ampolla de alguien infectado para luego llevarla a una herida abierta hecha aposta, con el objetivo de que lograran así la inmunidad.

Aquello dejó a Lady Mary Wortley Montagu impresionada, como dejó por escrito en una de sus cartas a familia y amigos que enviaba de forma habitual y que fueron recogidas en un libro titulado Cartas desde Estambul, donde también detalló otras de sus observaciones sobre las costumbres y las calles de la ciudad por entonces.

Encontró fuerte resistencia

Un año después, en 1718, con su regreso a Inglaterra, Lady Mary Wortley Montagu se propuso difundir la inoculación de la viruela como un método para combatir la enfermedad, pero se encontró con una fuerte resistencia de la comunidad médica, que la consideró una “práctica antinatural”, además de la desconfianza en el mundo musulmán que acentuaron desde los estamentos religiosos.

A pesar de ello, en 1721 tuvo lugar un brote de viruela en el que la aristócrata no dudó en actuar para proteger a su hija, de tan solo tres años, con la ayuda de un médico londinense. Su lucha por la inmunidad, gracias a su mente abierta durante su etapa en Estambul, no cayó en saco roto porque sería uno de los puntos de partida que tomaría en un futuro Edward Jenner para llegar a su vacuna de la viruela, que fue la primera de la historia y abrió camino para el campo de la inmunología.

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